ㅤ𓇼。🍁ೀ美術.☕。♡
˹ㅤ I ㅤ˼ㅤ 𝗘𝗩𝗘𝗥𝗠𝗢𝗥𝗘.
Donde Hana Minatozaki se muda temporalmente con su hermano mayor debido a problemas familiares y comienza conocer más sobre la "asombrosa" escuela secundaria Furin.
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ᅠᅠ•ᅠᅠActualizaciones lentas.
ᅠᅠ•ᅠᅠCapi...
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ㅤㅤㅤLa mano de Kenichi tomaba una de sus muñecas mientras iban escaleras arriba, siendo seguidos por el resto del grupo. Hana solo intentó caminar calmadamente. Se preguntó qué tan grave fue la amenaza de la leonas para que todos estuvieran con expresiones serias y en silencio, se sintió incómoda, cómo si hubiera hecho algo mal.
Tenía que existir algún tipo de código entre pandillas que deseche esta situación injusta como si no fuera nada, ¿cierto?
Cuando llegaron a la azotea, el brillo del sol golpeó sus ojos, obligándola a parpadear varias veces para acostumbrarse, y así logró ver dos figuras: eran Haruka y Umemiya. El mayor tenía una mueca agria mientras parecía pensar, apenas volteando en su dirección en el momento que cruzaron la puerta. ¿Acaso Haruka se adelantó para contarle lo sucedido? Imposible. Él no es de los que se interesan en peleas ajenas.
—Minatozaki, siéntate.
Mierda. Se equivocó.
La orden acompañada de esa mala cara solo provocó que Hana quisiera voltearse y huir tan rápido como sus piernas le permitieran. No estaba lista para afrontar la responsabilidad de pelearse con otra persona, incluso ser lo suficientemente valiente como para dar la palabra ante alguien que le acusó dolor en el pasado. Se sintió regañada, los latidos de su corazón hicieron que el aliento se le cortara mientras que, con duda, se acercaba a Umemiya.
—Primero que nada —dice él, poniéndole su pesada y gran mano en el hombro—. ¿Cómo está, Arise–chan?
Se preocupó por nada. Ella soltó un suspiro aliviada mientras sus compañeros tenían una mueca desconcertante ante la poca atención del líder, les tendría que sacar una foto para el recuerdo. Hana quiso dirigir la conversación hacia otro lado hablando sobre su amiga, pero Kenichi los interrumpió recordando el asunto principal por el cual estaban ahí reunidos. ¿No sabe leer entre líneas? No, en absoluto. De mala gana explicó la situación omitiendo las partes en donde Yaeko la había acosado durante tres años.
Son detalles pequeños. Nada relevante.
Lo último que pudo afirmar es que el nombre les sentaba bien, Yaeko es un espécimen carente de sentido común y salvaje, pero llamarla animal sería un insulto para esos seres inocentes.
—Es un problema grande —suspiro Umemiya, pasándose una mano por el cabello. La duda se instaló en su interior como una picadura, la sensación de que no estaba siendo totalmente sincera lo inquietó. Tal vez debería presionarla un poco—. Las pandillas femeninas son escasas, pero bastantes… ¿Cómo decirlo?
—Salvajes. Imprudentes. Torpes —completó Kenichi enumerando esas características con los dedos.
—Supongo. Saben que no todas las pandillas les pondrán un alto, así que se aprovechan de la situación —sentándose en una banca cercana, Hajime recargó el peso de su cuerpo en sus brazos al echarse cómodamente para atrás—. Es la primera vez que la Furin tiene tantas mujeres entre sus grupos, más de una pandilla querrán saber quiénes son.
