Como casi todas las mañanas me desperté con un peliblanco en mi espalda. Con cuidado me levanté para que este pudiera seguir durmiendo.
Me duché como de costumbre y me puse algo de ropa que normalmente tengo en casa de Satoru. Preparé el desayuno y cuando estaba poniendo los platos en la mesa el olor a vainilla inundó la casa.
- Buenos días, bello durmiente - Reímos juntos.
- Buenos días papá luchón. - Volvimos a reír mientras este se sentaba.
- Me iré en un rato, mis hermanas están con miguel y no me gustaría que estén todo el fin de semana fuera de casa. - El omega frente a mi de inmediato se puso triste.
Suspiré. - Volveré en la noche.. - Este al instante estuvo feliz, a lo que reí.
Lavé los platos sucios, ordené la sala de estar y me alisté para ir a recoger a mis hermanas.
<----->
- ¡Niñas! - Extendí mis brazos y ambas vinieron corriendo hacia mi.
- Te extrañamos Sugu-Nii - Con un cálido abrazo nos despedimos de miguel y caminamos a casa de Satoru.
- ¿Como se portaron? - ambas se miraron y hablaron a coro.
- ¡Bien! ¡Salimos al parque!
Luego de caminar un rato, tomamos un helado y nos dirigimos a casa del omega.
Cuando llegamos Satoru estaba duchándose así que usé mis llaves para entrar.
- Niñas, recuerden que deben comportarse. Quédense en la sala de estar, yo estaré arriba. Si necesitan algo toquen la puerta.
Subí las escaleras para encontrarme con la habitación de Satoru vacía y el en el baño aún.
Me senté en el escritorio para comenzar a hacer mis tareas, era mi último año y quería salir con buenas calificaciones.
- ¡Suguru! ¡Creí que no vendrías hasta la noche! - El peli-blanco me abrazó.
Encontraba extraño el contacto físico entre hombres de esta manera, pero aguantaba única y exclusivamente a Satoru.
- Las niñas estaban algo cansadas. - El olor del omega era pura felicidad, a lo que sonreí.
- Debemos hacer la tarea, tiene un 60% de valor a la calificación final.
- Si, si lo que digas...
Pasamos unas cuantas horas terminando la tarea, se acercaba el invierno entonces a las cinco de la tarde ya estaba frió.
Las niñas estaban durmiendo en la habitación de invitados y Satoru junto a mí en la sala de estar mirando peliculas.
- Suguru, tengo mucho frió... - Vacilaba si acercarse a mi o no, extendí mi brazo y de un segundo a otro ya estaba acurrucado en mi costado.
Miramos algunas películas. En el transcurso de estas, el peli-blanco se durmió.
- Este chico... - Murmuré para mi mismo.
Apague la televisión y cargué a Satoru sin esfuerzo a su cama.
Me cambie a algo mas cómodo y me acosté junto a él, ya que habíamos visto dos o tres películas, dieron las nueve de la noche, suerte que era sábado.
Sentía los suaves suspiros de parte del omega a mi lado mientras yo revisaba unas notas para un pequeño poema.
- Sugu...- Escuché un suspiro del peliblanco.
- ¿Pasa algo? - Dejé la nota en la mesita de noche y me volteé a ver al contrario.
- N-no te vayas... - Pesadillas, acerqué a Satoru y lo acurruque cerca de mi.
ESTÁS LEYENDO
¿Te quedarás conmigo? | Satosugu | Omegaverse
Fanfic• Esto es solo mi instinto.. ¿verdad? • Mundo sin maldiciones. Omega-verse.