Capítulo 1

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Como casi todas las mañanas me desperté con un peliblanco en mi espalda. Con cuidado me levanté para que este pudiera seguir durmiendo.

Me duché como de costumbre y me puse algo de ropa que normalmente tengo en casa de Satoru. Preparé el desayuno y cuando estaba poniendo los platos en la mesa el olor a vainilla inundó la casa.

- Buenos días, bello durmiente - Reímos juntos.

- Buenos días papá luchón. - Volvimos a reír mientras este se sentaba.

- Me iré en un rato, mis hermanas están con miguel y no me gustaría que estén todo el fin de semana fuera de casa. - El omega frente a mi de inmediato se puso triste.

Suspiré. - Volveré en la noche.. - Este al instante estuvo feliz, a lo que reí.

Lavé los platos sucios, ordené la sala de estar y me alisté para ir a recoger a mis hermanas.

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- ¡Niñas! - Extendí mis brazos y ambas vinieron corriendo hacia mi.

- Te extrañamos Sugu-Nii - Con un cálido abrazo nos despedimos de miguel y caminamos a casa de Satoru.

- ¿Como se portaron? - ambas se miraron y hablaron a coro.

- ¡Bien! ¡Salimos al parque!

Luego de caminar un rato, tomamos un helado y nos dirigimos a casa del omega.

Cuando llegamos Satoru estaba duchándose así que usé mis llaves para entrar.

- Niñas, recuerden que deben comportarse. Quédense en la sala de estar, yo estaré arriba. Si necesitan algo toquen la puerta.

Subí las escaleras para encontrarme con la habitación de Satoru vacía y el en el baño aún.

Me senté en el escritorio para comenzar a hacer mis tareas, era mi último año y quería salir con buenas calificaciones.

- ¡Suguru! ¡Creí que no vendrías hasta la noche! - El peli-blanco me abrazó.

Encontraba extraño el contacto físico entre hombres de esta manera, pero aguantaba única y exclusivamente a Satoru.

- Las niñas estaban algo cansadas. - El olor del omega era pura felicidad, a lo que sonreí.

- Debemos hacer la tarea, tiene un 60% de valor a la calificación final.

- Si, si lo que digas...

Pasamos unas cuantas horas terminando la tarea, se acercaba el invierno entonces a las cinco de la tarde ya estaba frió.

Las niñas estaban durmiendo en la habitación de invitados y Satoru junto a mí en la sala de estar mirando peliculas.

- Suguru, tengo mucho frió... - Vacilaba si acercarse a mi o no, extendí mi brazo y de un segundo a otro ya estaba acurrucado en mi costado.

Miramos algunas películas. En el transcurso de estas, el peli-blanco se durmió.

- Este chico... - Murmuré para mi mismo. 

Apague la televisión y cargué a Satoru sin esfuerzo a su cama.

Me cambie a algo mas cómodo y me acosté junto a él, ya que habíamos visto dos o tres películas, dieron las nueve de la noche, suerte que era sábado.

Sentía los suaves suspiros de parte del omega a mi lado mientras yo revisaba unas notas para un pequeño poema.

- Sugu...- Escuché un suspiro del peliblanco.

- ¿Pasa algo? - Dejé la nota en la mesita de noche y me volteé a ver al contrario.

- N-no te vayas... - Pesadillas, acerqué a Satoru y lo acurruque cerca de mi.

¿Te quedarás conmigo? | Satosugu | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora