Capítulo 3

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- Suguru, por favor.. solo un poco~ - Negué con la cabeza, a penas pasaron cinco minutos desde que los chicos entraron.

- Satoru, aguanta un poco mas, ambos sabemos que no quieres esto.. Es solo tu instinto. - Le susurré en el oído para que pudiera entender.

Pésima idea.

Mi aliento hizo que Satoru se descontrolara aún más. - Por favor, Suguru duele demasiado.. - Rogó una vez mas, podía ver como pequeñas lágrimas se acumulaban en sus ojos por la desesperación.

- Te lo suplico... necesito tu olor... - No pude aguantar mas y permití que Satoru se voltease.

Comenzó a olfatear toda mi ropa, pegó su nariz a mi cuello y así se quedó unos cuantos minutos.

Yo estaba totalmente rígido. No me moví porque al mínimo estimulo Satoru perdería el control.

- No hagas eso, Satoru. - Comenzó a lamer un poco mi cuello como si intentara beber mis feromonas.

Cuando escuché que por fin se fueron los demás, empujé la puerta hacía afuera.

- No quiero salir, estoy bien aquí... - Susurró Satoru en mi cuello. Estaba a punto de explotar por tanta estimulación.

El aroma a Vainilla de Satoru inundó demasiado los vestidores a penas salimos, ademas que casi me asfixio adentro por la cantidad de feromonas que soltaba.

- Satoru, debemos ir a la enfermería. - El se negó así que lo empuje un poco para que diera pasos hacia atrás.

- Suguru, te quiero a ti... aquí.. quiero tus cachorritos.. - Era solo el celo, era solo el celo.

Le coloqué como pude mi chaqueta y lo cargue como pude hasta la enfermería.

- Señorita, por favor.. ayúdelo. Entró en celo y no quiere alejarse de mi... - Explique lo más rápido que pude mientras respiraba a bocanadas de aire, había aguantado la respiración para no seguir estimulándome.

- ¿El no quiere soltarlo por nada? - Negué con la cabeza, tenía aun a Satoru en mis brazos. Su aroma se había tranquilizado al portar mi ropa con mi olor.

- El se calmó hace unos minutos... Le coloqué algo de mi ropa.. No se si es malo o bueno... - La cara de la enfermera casi se desfiguró.

- Debe ponerlo como sea en la camilla, si no lo hace no podremos hacer que su celo baje. - Asentí. Me acerque e intenté que Satoru me soltara.

- No, no quiero... estoy bien... - Murmuró mientras se aferraba a mi cuello.

- El.. no quiere, está apretándome para no soltarse.. - Se notaba en mi cuello aún la saliva de Satoru.

- Dios... ¿Cuáles son sus nombres jovencitos?

- Geto Suguru y el Gojo Satoru.

- Bien, les daré una autorización de irse a sus casas además de una licencia para ambos hasta que termine el celo del señor Gojo. - Asentí confundido.

- ¿Una licencia para mi también? Pero solo el está en celo. - Satoru poco a poco estaba quedándose dormido en mis brazos.

- Si otro alfa se acerca al señor Gojo, el se desanimara, podría no comer bien y su estado de ánimo será muy bajo hasta una semana después del celo. Esto pasa cuando el omega reconoce a "Su alfa" sin estar marcado.

Me quedé paralizado.

- ¿Su alfa? Pero Satoru no es mi pareja, nunca lo he cortejado ni intentado algo más. - ¿Como podría ser yo el alfa de Satoru?

No lo podía negar, una parte de mi estaba feliz por tener ese titulo al menos momentáneamente.

- Pero al parecer el lo eligió a usted como su alfa. ¿Sabe si el tiene pretendientes? - Asentí.

¿Te quedarás conmigo? | Satosugu | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora