Caos - Aurora [Englot]

Capítulo 32

Chompu's POV:

Thul me estaba ayudando demasiado en aquellos días, por las tardes siempre se reunía conmigo y espiábamos juntos a Engfa, me resultaba divertido poder hacerlo acompañada, además... él tenía muchísima información de ella, no sabía como lo hizo, pero tenía muchísima más que yo, que tan solo lo ayudé a complementar algunos datos que me preguntaba.

—¡Oh, venga! ¿Dónde vas a llevarme?

Dije de una forma divertida con mis pies subidos a la guantera, giré mi rostro y conseguí ver el rostro irritado de Thul intentando que quitara mi sucio calzado de su auto.

—¿Puedes dejar de ser tan molesta e impaciente, Chompu? He dicho que en cuanto lleguemos, lo sabrás, pero es una sorpresa.

Sonreí para mí misma, haciéndome alguna idea de qué podría ser. Thul era muy bueno conmigo, me contaba cosas sobre mi Diosa y todos los días me ayudaba a saber cosas sobre ella, tanto que al final yo ansiaba por más y más y más... Eran noches enteras las que me pasaba intentando observar a Engfa dormir desde la posición de mi ventana pero por desgracia no lo conseguía por más posiciones que probara.

Estaba conociendo más o menos el camino que tomábamos y lo confirmé al ver la entrada del colegio. Thul aparcó en un apartadero que había dejándome una vista bastante clara a la puerta principal.

—¿Qué pasa?

Lo miré por un momento cuando él señaló hacia la puerta, fruncí el ceño y mis orbes fueron a parar a aquel lugar que indicó.

En aquel momento, salían Charlotte y Engfa, la ojimiel parecía estar hablándole y la morena sonreía e incluso llegaba a reírse, la sangre me hervía en las venas...

—Oh, mira, hemos llegado justo a tiempo para la película lésbica.

—Ellas son amigas.

Murmuré en un tono ronco, repitiendo lo que me habían dicho Sarocha y Rebecca sobre ellas dos.

—Claro. Son amigas, ¿ves?

Mi mirada volvió a ellas dos para ver cómo Engfa se adelantaba un poco para darle un beso rápido a Charlotte en los labios, la otra imbécil miraba hacia todos lados después de eso mostrándose avergonzada o algo así.

Apreté mis puños con fuerza, mi respiración se estaba acelerando cada vez más, los bombeos de mi corazón retumbaban desde mi cabeza hasta los dedos de mis pies, sentía una cosa muy clara: rabia. Fui a coger la manija de la puerta del auto para ir a interrumpir aquella situación pero me encontré con el seguro echado.

—Si sales ahora será un error. Todo a su tiempo, ¿de acuerdo?

Su fuerte mano se puso sobre mi antebrazo y me acarició de una forma algo extraña, algo... un gesto cariñoso.

—Dime, ¿cómo se siente?

—¿Verlas así?

Murmuré con la voz ronca de la rabia.

—No, ¿cómo se siente saber que ella te ha ganado? Engfa las tenía a las dos y... ella ha elegido. ¿Cómo se siente?

Aquellas palabras retumbaron en mi cabeza tanto que di un gruñido.

—Abre esta puerta. Quiero arrancarle la cabeza a esa basura extranjera.

Forcejeé con la manija de la puerta hasta que Thul me empujó, haciendo que mi espalda se pegara al respaldo.

—He dicho que tengas paciencia. Todo viene solo, la venganza es algo que debe servirse en un plato frío y tienes que pensar una forma de deshacerte de ella sin que piensen que fuiste tú, ¿no?