Detrás de un espejo

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Advertencia: Contenido +18, lenguaje un tanto vulgar.

A la mañana siguiente | Beaumont Hexham

Utahime se despertó lentamente, sintiendo una calidez envolvente y una presión que la mantenía inmóvil, al abrir los ojos, su comodidad confusa se transformó rápidamente en sorpresa y bochorno al darse cuenta de que estaba aprisionada en los brazos y piernas de Gojo, quien la abrazaba como si fuera un peluche.

—¡Oi! ¡Gojo, suéltame! —exclamó, mientras intentaba zafarse de su abrazo.

Gojo despertó, sorpresivamente había dormido de manera profunda, además estaba muy cómodo y cálido, el grito y forcejeo de Utahime lo desorbitó, soltó una risa despreocupada mientras apretaba un poco más su agarre.

—5 minutos más.

—¡No!, Ya, ¡suéltame!—. Utahime seguía forcejeando inútil, lo único que lograba mover eran las cobijas encima.

—¿Porqué haces tanto drama?, No parecías tan molesta hace unos minutos cuando me babeabas el pecho mientras dormías —respondió con satisfacción por echarle en cara que otra vez había estado babeando mientras dormía en su pecho..

El rostro de Utahime se encendió de vergüenza, se volteó de inmediato, con las mejillas ardiendo, apretó los labios mientras meditaba que podía decir en su defensa pero no le llegaba nada. En eso, cambió a sorpresa porque Gojo se separó de un momento a otro, después de tenerlo pegado a sus espaldas.

—¡Bueno da igual!—.Dijo mientras se ponía de pie rápido y corría al baño.

—¡Exactamente!  Son tonterías—. lo reprendió, tratando de ocultar su vergüenza—. Y ya es tarde, deberíamos estar listos para regresar, ¡date prisa ahí!.

Gojo dentro del baño le gritó que se daría un baño y ella preparara sus cosas, con voz algo teñida en nerviosismo.

Él joven albino se metió a la regadera de inmediato, pensando por un momento que grifo abrir, si el frío o el caliente, por su estado necesitaba que una cubeta con hielos le cayera encima. Se había apartado rápido de ella porque al verla darse la vuelta completa sintió su cuerpo, más específicamente su trasero pegándose a su cadera, y sus pechos cayeron encima de sus brazos que la aprisionaban, estando enredados de las piernas, y siendo de mañana, no pudo ocultar su erección, antes de que ella lo notara prefirió huir, era una completa vergüenza.

Decidió templar el agua, caía en cascadas por su cabello, los hilos de agua tibia recorriendo su marcado abdomen, bajaban también desde su mandíbula, cuello, pecho, sintiendo hueco, vacío ahora que no estaba acurrucada en él. Se sorprendió de como sus cuerpos encajaban con tanta facilidad, como si estuvieran destinados a vivir un abrazo, o a fusionarse más bien, podía ser el calor de su cuerpo, o de la propia estancia del baño, del agua que lo envolvía o del recuerdo de haber tenido el placer de sentir las curvas pronunciadas de ella contra el, moviéndose, haciéndolo sentirla más y más. Utahime había estado forcejeando para librarse sin darse cuenta lo que podía provocar su movimiento estando tan pegada a su torso, sus caderas, darse la vuelta había sido su perdición. ¿Desde cuándo le habían crecido las tetas? Hace casi un año que no se recuperaba de haberla visto en un vestido tan corto, escotado y entallado como para que ahora tuviera que soportar su cuerpo definido cerca, brindándole calor, escuchando sus pequeños suspiros tranquilos, sentirla aferrarse a él, durmiendo juntos como una pareja luego de...

El no era ajeno al sexo y la idea de tenerla le volaba la cabeza como un adolescente, ni siquiera dimensionaba completo sus fantasías con la realidad, y a este punto saber que pudo haberla seducido en lugar de perder el tiempo molestándola lo hacía enfadar consigo mismo.

Now That I've Found You | GojohimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora