Now That I've Found You

170 17 18
                                    

Advertencia: Contenido ligeramente sugerente

Llegando a la catedral.

La pareja, luego de haber huido corriendo de entre las viejas casas se detuvo en las puertas de la vieja iglesia, ambos tratando de recuperar el aliento después de lo precipitado que fue la carrera. Utahime, al levantar la vista hacia las altas torres y arcos detallados, quedó cautivada, había leído y estudiado sobre estilos de arte e historia, sus ojos recorrían cada rincón de la edificación, tomando notas de cada detalle.

—¡Vaya! —dijo, con entusiasmo—. No creí que vinieras a una iglesia católica por tu cuenta, Gojo. ¡Quizá debería agradecer a esos viejos fantasmas por guiarte hasta aquí!

Gojo rodó los ojos, sonriendo, y replicó con un tono bromista:

—Claro que vine por mi cuenta... Sólo me dieron la dirección, ¿Por quién me tomas?

Pero Utahime ya se había perdido en la vasta arquitectura, señalando información corta sobre los estilos barroco y victoriano mezclados con detalles gótico-romanos, entró en la iglesia, dejando a Gojo detrás, quien la siguió sorprendido por el entusiasmo académico de ella sobre todos esos detalles que él no notó, no había sido justo, el vino casi muriendo desesperado.

—Ya veo... —dijo Gojo, tratando de contener la risa mientras la escuchaba hablar apasionadamente sobre cada elemento arquitectónico—. Así que Yaga tenía razón; realmente conoces bastante de... estas cosas. —Observó cómo Utahime hacía el saludo en cruz y, aunque al principio parecía confundido, intentó imitarla.

Utahime, sin prestarle demasiada atención, señaló hacia el fondo, hacia una puerta oscura de madera.

—Si no me equivoco, esa puerta marrón debería llevar a las oficinas del clérigo, así que...

—¿Qué? ¿Clé-qué? —interrumpió Gojo, frunciendo el ceño.

Utahime suspiró, reprimiendo una risa.

—El personal de la iglesia, Gojo, ¿entiendes?

Él le volvió a rodar los ojos con aire despreocupado.

—Ah, eso, claro, no trates de usar palabras raras solo para confundirme.

Utahime soltó una risa ligera y se adelantó mientras Gojo la seguía, aparentemente resignado a ser el "turista" mientras ella, en su entusiasmo, asumía el rol de guía.

Al cruzar la puerta de madera, se encontraron con el sacerdote, quien los observaba con una expresión cálida y un plato vacío en una mano, al parecer, habían interrumpido su almuerzo. Sin embargo, el hombre los saludó con entusiasmo.

—Oh, los escuché desde el comedor y reconocí esa voz, —dijo, mirando a Gojo con una sonrisa entre divertida y afectuosa.

Gojo, con su típica confianza, devolvió el saludo y le aseguró:

—No hay de que preocuparse, ya está todo bajo control, Todo en orden.

El sacerdote les ofreció una taza de té, pero ambos se disculparon cortésmente y explicaron que aún tenían trabajo pendiente, el sacerdote asintió comprensivo, pero no pudo resistirse a lanzar un comentario que hizo que Gojo palideciera.

—Así que ella es la señorita que buscabas tan desesperadamente, ¿no es así?

Utahime se congeló un segundo, sus ojos alternaban entre el sacerdote y Gojo, que, al escuchar las palabras, dio un respingo, y una ligera contracción nerviosa le afectó el párpado inferior temblando.

—¿Eh? No fue tan así, sólo bueno, ella sí, se trataba de ella—. Protestó Gojo, pero el sacerdote, encantado con su efecto, continuó implacable.

Now That I've Found You | GojohimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora