Conquista y contexto

113 11 0
                                    

Advertencia: Descripción de violencia gráfica

Gojo merodeaba por los alrededores del castillo de Chillingham, su semblante usualmente despreocupado ahora era tenso y cargado de frustración, las respuestas que había estado buscando parecían más inalcanzables de lo que imaginaba, había estado vagando sin rumbo por más de 3 horas, los lugareños de los alrededores solo hablaban sobre las leyendas que envolvían la zona, afirmando lo embrujado que estaba todo ese terreno, pero nadie le ofrecía información concreta, no eran más que "leyendas" cuentos de terror que no se centraban en ningún punto histórico, casi estaba molesto con los propios habitantes de ahí al no conocer de historia cuando hipócritamente, a él tampoco le gustaba la historia, y lo que sabía era por los fastidiosos de su clan y obligatoriamente por la preparatoria, pero más de ahí, nada. Gojo sabía que algo mucho más complicado, oscuro, y por ende, más antiguo, residía en ese estúpido castillo, pero sus preguntas seguían sin respuesta.

Finalmente, después de horas de búsqueda, llegó a un pequeño pueblo cercano, supuso que buscando en zonas conurbanas no encontraría lo que quería, así que se alejó a los extremos, habían pocas casas, éstas eran viejas, algunas con techos de paja, otras con lámina, unas más con madera, paredes, estructuras de piedra que parecían haber soportado siglos de historias sin ser contadas, caminando cercas, fue ahí donde se encontró con una pequeña casa, rústica y cubierta de musgo a las afueras, que parecía estar al borde del tiempo, en la puerta, una pareja de ancianos lo observaba con curiosidad desde la entrada, no sabía si por sus miradas lo estaban juzgando como forastero bandido o como alguien perdido, pero decidió acercarse.

—Buenas tardes, joven —dijo el anciano, su voz sonaba muy ronca, pero parecía amable—. ¿Buscas algo en particular?

Gojo, sin querer levantar sospechas, pero tampoco verse como un criminal que merodea zonas remotas, disimuló su verdadera razón para estar allí.

—¡Buenas tardes! ¡Sí!, Es...es, para un proyecto escolar—. Respondió, fingiendo cierta incomodidad adolescente—. Estoy investigando la historia de esta zona para una tarea de la universidad.

La anciana, que no había dicho nada hasta el momento, esbozó una sonrisa dulce, sus ojos brillaban con una mezcla de alegría y nostalgia.

—¡Qué muchachito tan curioso! No es común que la juventud de ahora se interese por la historia, ¿Por qué no entras? Mi esposo y yo podemos contarte lo que sabemos—. Su tono era tan suave como el roce de las hojas de otoño contra la ventana.

Parecían amables, muy amables, aunque Gojo estaba tenso, sabiendo que el lugar completo irradiaba algo más oscuro, pero necesitaba respuestas, así que aceptó la invitación, sabía que esta era probablemente una muy buena oportunidad de obtener información concreta sobre lo que había sucedido en el castillo. Entró, no quiso ser tan evidente, la casa parecía conservada bien dentro de lo que cabe, aunque era muy anticuada para sus gustos, el anciano le indicó tranquilo un lugar, fue y se sentó en una vieja pero acogedora silla de madera mientras la mujer servía té, el aroma a hierbas llenó el ambiente, creando una atmósfera que contrastaba con la inquietud creciente en su mente.

—¿Sobre que es tu tarea muchacho?, Puedes comenzar a preguntar—. Dijo la señora, sentándose a lado de su esposo.

—Es sobre... El castillo que está cerca de aquí, he estado buscando entre los demás habitantes pero sólo me han dicho leyendas que lo rodean pero no información precisa... Me gustaría saber que habrá pasado ahí—. Espetó, rogando no ser tan sospechoso.

—El castillo de Chillingham, ¿verdad? Lo que pasó ahí... —. Comenzó el anciano, tomando un sorbo de su té—. Hace más de 300 años, ese lugar estaba lleno de vida, la familia real que lo habitaba tenía cientos de sirvientes, bueno, esclavos realmente, que vivían bajo su yugo, el más notable de esos sirvientes se llamaba, Salathiel Goro, era un joven muchacho que había nacido en la servidumbre, pero cuya lealtad a la familia fue tal que muchos decían que era el verdadero corazón del lugar, gracias a su disciplina y trabajo desmedido para ellos.

Now That I've Found You | GojohimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora