La brisa matutina soplaba suavemente entre los altos pinos que rodeaban la fortaleza del Clan Nie. Nie Mingjue, ya como líder del clan, observaba desde lo alto de una colina, donde podía ver cómo sus discípulos se entrenaban bajo el estricto código de disciplina que él mismo había instaurado. Su mirada, siempre severa, no descansaba. Sabía que la guerra era inminente y que no podía permitirse la más mínima debilidad.
Nie Huaisang, su hermano menor, permanecía a su lado, jugueteando con su característico abanico. A pesar de la fachada de despreocupación, sabía que algo estaba en el aire. Susurros de tensiones entre clanes se extendían como fuego, y las acciones del Clan Jin y del Clan Wen eran cada vez más impredecibles.
—Hermano mayor, ¿no te cansas nunca de estar tan serio? —bromeó Huaisang mientras agitaba su abanico para aliviar el calor del día.
—Alguien tiene que mantenerse vigilante —respondió Mingjue con tono firme—. No todos pueden permitirse el lujo de ser despreocupados.
Huaisang sonrió, pero antes de que pudiera responder, un mensajero llegó corriendo hacia ellos desde la entrada de la fortaleza.
—Jefe Nie, alguien ha llegado… —El mensajero dudó, como si no supiera cómo continuar—. Dice que es alguien del clan. Una hermana.
Mingjue se quedó inmóvil, sus ojos se entrecerraron, incapaz de procesar lo que acababa de oír. Solo había tenido un hermano. La palabra "hermana" resonó en su mente como un eco de una historia antigua, un recuerdo lejano y doloroso.
—¿Qué estás diciendo? —preguntó con un tono más peligroso que curioso.
Huaisang bajó su abanico y también frunció el ceño, confundido por las palabras del mensajero.
—Es cierto, jefe Nie. Ella dice que es Nie Fenghua, su hermana. Ha regresado.
Mingjue se giró hacia su hermano menor, pero no había palabras que pudieran expresarse en ese momento. Solo había acción. Bajaron rápidamente la colina hacia la entrada principal de la fortaleza, donde un grupo de guardias ya rodeaba a la misteriosa visitante.
Ahí estaba, una figura alta y elegante vestida con las ropas características del Clan Nie. Su porte era seguro, pero lo que más destacaba era la mirada decidida y firme que dirigía hacia los dos hermanos. Su cabello, largo y oscuro, caía como un río negro sobre sus hombros, mientras su expresión era una mezcla de determinación y un profundo cansancio.
—Fenghua... —Las palabras de Mingjue se ahogaron en su garganta. Durante años había creído que su hermana menor había muerto durante una emboscada cuando eran niños. Su padre nunca habló de ello, y su desaparición fue un tema de luto silenciado en la familia.
—Hermano mayor —respondió Fenghua con voz calmada, pero llena de una gravedad que reflejaba los años perdidos—. Estoy de vuelta.
Huaisang se quedó boquiabierto, pero fue el primero en reaccionar. Dio un paso adelante, todavía incrédulo.
—¿Fenghua? ¿Cómo es posible...? —susurró, su abanico ahora inmóvil entre sus dedos.
—Lo explicaré todo —dijo ella, dirigiéndose a ambos—. Pero por ahora, solo deben saber que estoy aquí para quedarme. La tormenta que se avecina no es pequeña, y el Clan Nie necesitará estar más unido que nunca.
Mingjue, aún abrumado por la situación, dio un paso adelante y la observó de cerca. Sí, los rasgos eran inconfundibles. Era su hermana. La pequeña que había perdido hacía tanto tiempo. Pero ahora ya no era una niña, sino una mujer fuerte, endurecida por lo que fuera que hubiera vivido en todos esos años.
—¿Cómo sobreviviste? —preguntó finalmente.
—Fue más complicado de lo que puedo explicar en pocas palabras, pero sobreviví a la emboscada gracias a un cultivador errante que me rescató. He estado bajo su protección desde entonces, pero ahora he regresado porque el peligro es mucho mayor de lo que parece.
Los ojos de Fenghua mostraban un dolor que ni siquiera Mingjue había visto antes. Ella había pasado por pruebas que ni siquiera podía imaginar, pero algo en su porte sugería que había regresado más fuerte de lo que nunca fue.
—Bien —dijo Mingjue, recomponiéndose—. Si es verdad lo que dices, si eres mi hermana, entonces Qinghe es tu hogar. Pero necesitaré pruebas, y necesito entender qué papel juegas ahora. Nuestro mundo ha cambiado desde que te fuiste.
—Lo sé —dijo Fenghua suavemente—. Y he cambiado con él. Pero confía en mí, hermano. He vuelto para luchar a tu lado.
Huaisang, todavía en estado de asombro, miró a Fenghua con ojos llenos de curiosidad. Nunca la había conocido bien, pero ahora algo en su presencia le decía que ella sería crucial en los tiempos oscuros que estaban por venir.
Mientras los tres hermanos Nie se miraban a los ojos, sabían que el futuro estaba lleno de incertidumbre. El regreso de Fenghua no solo alteraría el equilibrio dentro del clan, sino que también desataría nuevos desafíos que ninguno de ellos estaba preparado para enfrentar.
La guerra estaba al borde del horizonte, y el Clan Nie no podía permitirse perder. No ahora, no con todo lo que estaba en juego.
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La Nie Perdida
FanfictionDescubrieron a un hermano perdido hace mucho tiempo, el Clan Nie se enfrenta a nuevos desafíos y revelaciones que podrían cambiar el destino de la secta y de los hermanos Nie para siempre.