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Kanao no puede dormir, por lo tanto decide ir a dar una caminata por el bosque en mitad de la noche. Encontrándose un pequeño jardín completamente fuera de lugar con el bosque, ¿lo más llamativo de este? aquella joven que bail...
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-Después me lo explicas, ¿si? si deseas puedes pasar a sentarte. -Invito como si de aquel jardín se tratase de su hogar.
-¿Eh?
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La misteriosa chica se devolvió al interior del jardín, seguida por Kanao. Que iba a paso lento y desconfiado, se preguntaba en que momento la había notado si iba tan centrada en su danza, más tal vez, por el rabillo del ojo, ¿no?
Decidió dejar de darle vueltas al asunto y mejor observar que hacía la pelinegra de mechas anaranjadas.
-¿Qué haces aquí? -Pregunto mientras ahora servía un poco de té verde en una taza. Que sabrá Dios de donde la ha sacado.
Kanao siguió dudosa de que responder. Pero la chica se veía de confiar, ¿no? tal vez sea buena idea comentarle.- No podía dormir, así que vine a caminar un rato... -Explicó en un tono tímido y suave.
-Ya veo. -Ahí le ofreció una de las tazas llenas de té verde, que fue recibida por la Tsuyuri.
En esos momentos ninguna de las dos dijo nada más, y la joven de ese lugar se levanto a seguir nuevamente con su baile. El cual fue admirado en primera fila por Kanao.
Pasaron unos cuantos minutos, que se trataron únicamente del maravilloso baile de la desconocida.
-¿E-es Nihon Buyo? -Indago Kanao, a lo que recibió un asentimiento de la contraria.
Kanao no volvió a preguntar, se mantuvo en silencio observándola bailar, y debes en cuando tomando un poco de su té.
-¿Cuál es tu nombre? -Pregunto la desconocida, que ahora se sentaba en frente de la cazadora.
Dudo unos segundos antes de responder.- Tsuyuri Kanao.
-Es un lindo nombre. Mucho gusto, Tsuyuri-san.
Extrañamente sintió como sus mejillas se calentaban, y probablemente, se tornaban de un delicado rosa como el los pétalos de sakura.
-G-gracias... -Empezaba a creer que era la primera vez que hablaba tanto.- ¿Y el tuyo? -tuvo la valentía de preguntar.
El rostro serio y frío fue reemplazado por una tierna risa.
-Todo a su tiempo, Kanao. -Menciono mientras colocaba su dedo índice sobre sus labios. Cosa que únicamente logro dejar confundida a la cazadora.
Ella no quiso rechistar, tampoco tenía la fuerza de voluntad para hacerlo. Aunque realmente estaba curiosa, ¿Cuál sería su nombre?
-¿Sabes? -Volvió a pronunciar la misteriosa joven.- Yo creo que ya deberías volver, pronto amanecerá. Y dudo que les parezca normal que no estés a estas horas sin haber estado en una misión.
Tenía razón, ahora que lo veía pronto amanecería, y su no aparecía...
-Sí... -Confirmo en un tono bajo- Gracias...
Ella se levanto del suelo, limpiándose un poco el polvo antes de dar una reverencia y empezar a marcharse.
-No es por nada Kanao... -Se despidió con un gesto de mano a la joven.
En esos momentos ahora caminaba considerablemente rápido hacía la finca, no podía perder ni un segundo, pero, ¿Cómo esa chica sabía lo de las misiones? Esa pregunta empezó a rondar por su cabeza sin parar durante todo el trayecto.
Al darse cuenta había llegado, justo a tiempo, por lo que ingreso y fue directo a su habitación, feliz de que a esas horas no había nadie despierto.
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