𝒱𝐼 ୧ . 𝒪verthink

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Las dos observaron el riachuelo que fluía con rapidez debajo de ellas, debajo del puente

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Las dos observaron el riachuelo que fluía con rapidez debajo de ellas, debajo del puente.

Me alegra que hayas empezado a escuchar a tu corazón.

¿Cómo?

—Que me alegro de tu logro

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Que me alegro de tu logro. De haber empezado a seguir tu corazón y no solo las ordenes de los demás ni de una moneda.

Kanao estaba perpleja, que recuerde nunca había usado su moneda en su presencia, al haber recibido las palabras de la contraria principalmente como ordenes. 

Y para agregar, el uso de esas palabras no hacía más que recordarle a cierta charla que tuvo alguna vez.


"-Ya veo. -Silencio- Deberías elegir por tu cuenta, escuchar a tu corazón. Es importante seguir ordenes, pero tu vida no puede basarse a ello."


A pesar de eso, decidió no decir nada al respecto.

Gracias... —Contesto en un susurro con ligera sonrisa.

No hay por qué. —Volteó a ver a sus manos, en eso, sus ojos se expandieron y una expresión avergonzada se reflejo en su rostro. —¡Es muy tarde! Rápido, tienes que irte antes de que te descubran. —Agarro su mano sin dudarlo y se la llevó a la par corriendo.— Es mi culpa, yo te entretuve.

No respondió al respecto, no le importaba en ese punto ha ser sincera. Que la descubrieran si así se quería, lo único que le importaba era ella.

Desconocía cuando fue el momento en el que ella se convirtió en su prioridad, no importaba, amaba que ella fuera su todo.


¿Kanao? ¡Kanao! —La llamo varias veces, finalmente logrando que le pusiera atención— Llevas sin responderme durante como 5 minutos. —La tenía agarrada de los hombros. Al parecer ya estaban en el principio del jardín.— Debes irte ya.

No quiero... —Musito con desgana. Quería seguir con ella, en ese jardín, tomando té y observándola bailar.

Tampoco quisiera, pero te toca. —Demando.

La de ojos amatista pestañeo varias veces, aún negándose a esta decisión, pero no le quedaba de otra.

Gracias. —Hizo una reverencia y se marchó.

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A pesar de lo ordenado por parte de la sin-nombre. No acato al pie de la letra sus palabras.

No fue directamente a la finca mariposa, en cambio, se quedo a mitad del trayecto por el bosque. Sentándose en una gran roca, recogiendo sus piernas y abrazándolas con sus brazos.

Poniéndose a pensar sobre todas las coincidencias que compartía la sin-nombre con Tanjiro y viceversa.

En un principio admitía enteramente que estas eran meras coincidencias.

¿Cuántas en el mundo podían ser azabaches con ojos rosas? ¿O cuantas podían tener un gusto por el baile y la costura?

Era claro, pero mientras más tiempo pasaba; aparte de estrecharse su amistad, más veía similitudes.

La gota que derramo el vaso fue con esas últimas palabras en el puente.

Creía enteramente que había algo más para que; dejando de lado sus actitudes parecidas, sus palabras fueran realmente parecidas.

Pero había inconsistencias en esta historia.

Se suponía que Nezuko estaba muerta.

No podía de repente revivir y empezar a habitar en un jardín que estaba a mitad del bosque.


Mientras sus dudas y extrañezas gobernaban su mente los rayos del sol daba luz al día y señal de la ida de la noche. 

En ningún momento tomo importancia a esto.

Y como había asegurado con anterioridad: No le importaba ya sí descubrían que se escapaba a mitad de la noche solo para ir al bosque. Permaneciendo en su lugar sin inmutarse al respecto.

El frío viento mañanero daba de cuenta el fin del verano y la llegada del otoño.

Cuento más sobre-pensaba más mal se sentía. Tal y como había dicho la joven:
"Debes mantener una rutina de sueño saludable, esto te hará daño y un día te rendirá cuentas."

Tal día era hoy, y empezaba a invadirla el cansancio y un intenso dolor de cabeza. Recostó su cabeza sobre sus brazos para intentar relajarse, despejar su mente y calmar el dolor.

Cerró los ojos y sin darse cuenta, se sumió en un profundo sueño.

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¡Kanao! —Un grito la despertó sin aviso.

Al levantar la vista y enfocar bien pudo ver bien quién era la persona que la había llamado de repente: Su hermana mayor y maestra, Kocho Shinobu.

Al levantar la vista y enfocar bien pudo ver bien quién era la persona que la había llamado de repente: Su hermana mayor y maestra, Kocho Shinobu

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La inspiración fue épicamente en picada en este capítulo.

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𝒯he girl from the gar̲d̲e̲n̲  桜 🇰​ananezu .🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora