La Invasión

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Jimin se sumió en un profundo sueño, ajeno a la inquietante realidad que lo rodeaba.
En sus sueños, las sombras se desvanecían y las preocupaciones se desdibujaban.
Sin embargo, la calma de la noche se rompió cuando un suave clic resonó en su departamento.
Taehyung, el nuevo vecino, había logrado abrir la puerta sin hacer ruido, utilizando una copia de la llave que había conseguido con un astuto engaño.

Taehyung era un hombre atractivo, con rasgos finos que capturaban la atención.
Tenía una sonrisa encantadora y unos ojos oscuros que parecían brillar con una intensidad inquietante.
Esa noche, sin embargo, no era su aspecto lo que lo llevaba a la casa de Jimin; era una curiosidad oscura, un deseo de invadir el espacio de alguien que lo intrigaba.
Para él, Jimin era más que un simple vecino; era un rompecabezas que deseaba resolver.

Mientras Jimin dormía plácidamente, Taehyung se movió por el apartamento con la gracia de un depredador acechando a su presa. Observó cada rincón, admirando la decoración y la disposición de los objetos, pero su atención se centró en el joven que yacía en la cama, inconsciente de su presencia.

La curiosidad y la obsesión comenzaban a fusionarse en su mente, alimentando un impulso que apenas podía controlar.

La habitación estaba a oscuras, iluminada solo por la tenue luz que entraba por la ventana.
Jimin, con su rostro sereno, era completamente ajeno a la intrusión. Taehyung se acercó lentamente, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.
Se detuvo al borde de la cama, observando cada detalle del rostro de Jimin, la suavidad de sus rasgos y la manera en que sus labios se curvaban en una leve sonrisa mientras soñaba.

En ese instante, Taehyung sintió una punzada de deseo, pero también una chispa de inseguridad.
No podía negar que había algo atractivo en Jimin: su despreocupación, su confianza, todo lo que él anhelaba ser.
Sin embargo, también había algo más, una necesidad de posesión que le resultaba inconfundible.
No solo quería conocerlo; quería ser parte de su vida, aunque eso significara cruzar límites que nunca debería haber cruzado.

Jimin, por otro lado, comenzó a moverse en su sueño, una señal de que la tranquilidad estaba a punto de desmoronarse.
Con un susurro, Taehyung se inclinó hacia él, inhalando su aroma, que le pareció embriagador.
Pero en ese momento, el destino jugó una carta inesperada.
Un ruido sutil fuera de la ventana atrajo la atención de Jimin, quien se despertó de golpe.

Los ojos de Jimin se abrieron con sorpresa y miedo al encontrar a Taehyung, un desconocido guapo y carismático, parado junto a su cama. En un instante, las emociones se mezclaron: la confusión, el miedo y, de manera inexplicable, una chispa de atracción que le hizo dudar de sus instintos.

—¿Quién eres? —preguntó Jimin, su voz temblorosa y llena de desconfianza, mientras su corazón latía frenéticamente.

Taehyung esbozó una sonrisa que intentó ser tranquilizadora, pero en su interior, sabía que había cruzado una línea peligrosa.

—Soy Taehyung, tu vecino —respondió, su voz suave, casi seductora—. Quería conocerte, así que pensé que vendría a saludarte disculpa si siempre estoy con mascarilla

Jimin sintió un escalofrío recorrer su espalda.
La calma en la voz de Taehyung chocaba con la invasión de su espacio personal.
Mientras Jimin intentaba procesar la situación, la realidad de lo que estaba sucediendo comenzó a hundirse en su mente.

—¡¿Cómo entraste aquí?! —demandó Jimin, ahora completamente alerta y consciente del peligro.

—Oh, no te preocupes por eso. Solo estaba curioso. No quería asustarte, pero no pude resistirme. Siempre te he visto desde la ventana y… —la voz de Taehyung se desvaneció en un murmullo, como si las palabras que pronunciaba apenas pudieran contener la intensidad de sus emociones.

Jimin, sintiéndose atrapado entre el miedo y la atracción, sabía que tenía que actuar.
Con un movimiento rápido, se levantó de la cama y retrocedió, buscando algo que lo protegiera de aquel extraño que había irrumpido en su vida.

—Sal de mi casa, ahora! —dijo con determinación, aunque su voz temblaba ligeramente.

Taehyung se quedó parado, sus ojos fijos en Jimin, evaluando la situación. Había algo en su mirada que sugería que no se iría tan fácilmente.
Lo que había comenzado como un simple encuentro había escalado a una tensión palpable, un tira y afloja entre la atracción y el peligro inminente.

stalker (ver.vmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora