Temporada 2. 16

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Tras un breve descanso, Hanbin decidió tomar una selfie, donde se veía la mitad de su rostro y su uniforme, y se la envió a su novio. A los minutos, decidió llamarlo.

—¿Qué tal?, ¿me veo bien?

—Wow... te ves sexy así. Sigue trabajando... —respondió Hao, con un tono de broma.

—JAJAJA, pero si sigo trabajando, ¿no crees que otros me verán?

—Tonto, si sabes cómo provocarme—La risa de Hao sonaba al otro lado de la línea.

Hanbin sonrió, sintiendo su corazón latir con fuerza.

—No importa, porque de todas formas eres mío

—¿Y cómo está R-Ricky?

—¿Cambias de tema? —dijo Hao

—No es eso, tenía curiosidad...

—Sí, está mejor. El maldito ahora recibe dinero hasta por mostrar señales de vida en Instagram. Lo envidio.

—El dinero gratis te lo doy yo— reía a través de la pantalla

—Hanbin, es tu primer día, no vas a ser millonario tan rápido.

—¿Quién dijo que no? —replicó, con un tono de desafío.

—¿Andas fantasioso?. Ve a seguir trabajando— lo regañó de manera cariñosa.

—Bueno... te amo

—Yo también—envío un sonido de beso al aire.

Hanbin imitó el gesto, sonriendo mientras cortaba la llamada , sintiéndose afortunado por tener a alguien que lo apoyara en cada paso de su vida.

Tres horas después, la gerente apareció y tras contar el dinero de la tarde, sus ojos se abrieron grandes, en shock.

—¡Fue realmente una buena venta hoy!— le habló a los chicos—¡Están haciendo un buen trabajo!

—¡Gracias!.

Fuera, el cielo ya estaba oscureciendo, Sung iba dirigiéndose a su coche cuándo su compañero lo frena.

—Hey, Sung Hanbin, ¿me pasas tu contacto?—le extendió su celular

—¡Claro!— se acercó.

—Sería bueno poder comunicarnos por nuestros celulares.

—Si, no hay problema con éso— le devolvió una agradable sonrisa —¡nos vemos mañana!.

Esa noche, cuando regresó a casa alrededor de las 9, estaba de buen humor. Se quitó los zapatos y la ropa que llevaba, estirándose mientras bostezaba. Al llegar a la cocina, se sorprendió al ver a su novio, cocinando. Se quedó quieto, observándolo con admiración.

Hao llevaba un delantal para no mancharse, tenía las mangas remangadas, shorts y unas pantuflas.

—¡Oh, ya llegaste! —le sonrió mientras seguía revolviendo aquella mezcla con la mano.

In the end you were my soulmate [Haobin]Where stories live. Discover now