El sol se estaba ocultando tras los edificios de la ciudad, tiñendo el cielo con una mezcla de colores cálidos y brillantes. En la escuela de hechicería de Tokio, Gojo Satoru, la hechicera más poderosa y conocida, observaba la escena desde una de las ventanas del edificio principal, pero su mente estaba lejos de las vistas.
Desde hace tiempo, sus pensamientos habían estado centrados en alguien inesperado: Yuji Itadori. A pesar de su actitud despreocupada y su naturaleza juguetona, Gojo sabía que había algo especial en él, algo que iba más allá de su conexión con Sukuna. En algún momento, sin que ella se diera cuenta, sus sentimientos por Yuji habían comenzado a cambiar, transformándose en algo más profundo, más personal.
Pero últimamente, Gojo había notado algo que la inquietaba. Utahime Iori, la hechicera de Kioto, había estado pasando mucho tiempo con Yuji. Desde la última vez que los estudiantes de Tokio y Kioto colaboraron en una misión, Yuji y Utahime parecían haberse acercado más de lo que Gojo esperaba. Aunque Utahime siempre había sido seria y distante, Gojo no pudo evitar notar las sutiles sonrisas y la manera en que los ojos de Utahime se suavizaban cada vez que Yuji hablaba con ella.
"¿Por qué no me ha buscado hoy?" se preguntó Gojo mientras cruzaba los brazos, frustrada. Aunque era la maestra de Yuji, había disfrutado de esos momentos casuales que compartían juntos: sus bromas, su admiración genuina hacia ella, y sobre todo, la confianza mutua.
Pero desde hace un tiempo, Yuji había comenzado a pasar más tiempo en Kioto, entrenando bajo la supervisión de Utahime. La excusa oficial era que Utahime le estaba enseñando algunas técnicas de defensa específicas, pero Gojo no podía evitar sentir una punzada de celos cada vez que pensaba en ello.
Aquella tarde, mientras Gojo caminaba por los pasillos, se encontró con Megumi Fushiguro.
Gojo: ¿Has visto a Yuji?-preguntó con una falsa despreocupación-
Megumi la miró, sabiendo que algo no estaba bien, pero como siempre, optó por la discreción.
Fushiguro: Está en Kioto, entrenando con Utahime-sensei, como te dijo antes. Volverá mañana-
Gojo apretó los labios. Sabía que no tenía derecho a sentirse así. Utahime era una buena hechicera, y Yuji tenía derecho a entrenar con quien quisiera. Pero algo en su interior se revolvía cada vez que pensaba en los dos juntos.
Con un suspiro, Gojo decidió visitar Kioto. Se dijo a sí misma que era solo para supervisar el progreso de Yuji, pero en el fondo sabía que tenía otras razones.
Al llegar a Kioto, Gojo se dirigió al dojo donde sabía que Yuji y Utahime estarían entrenando. Cuando entró, los encontró practicando una técnica de barrera. Utahime estaba explicando algo con seriedad, y Yuji la miraba con una concentración intensa, asintiendo de vez en cuando.
Gojo sintió una punzada en el pecho. Esa atención... solía ser solo para ella.
Gojo: Ara, ara, ¿estoy interrumpiendo algo importante? —dijo con su tono juguetón escondiendo sus verdaderos sentimientos-
Utahime la miró con una mezcla de sorpresa y molestia.
Utahime: Gojo, no esperaba verte aquí-respondió con calma, aunque había una leve tensión en su voz-
Yuji, por su parte, sonrió ampliamente al verla.
Itadori: ¡Gojo-sensei! No sabía que vendrías. ¿Viniste a verme entrenar?-
Gojo: Claro, Yuji-kun. No quiero que te olvides de quién es la mejor maestra, ¿cierto?-
Utahime entrecerró los ojos, pero no dijo nada. Sabía que Gojo estaba bromeando, pero había algo en su tono que la hizo sentir incómoda.
Utahime: Yuji ha mejorado mucho-intervino en la conversación-Es un alumno prometedor, incluso para los estándares de Tokio-
Gojo sonrió, pero en sus ojos brillaba algo que Utahime no pudo identificar.
Gojo: Claro que lo es. Siempre supe que Yuji-kun era especial. Por eso lo elegí-dijo acercándose un poco más a Yuji, como marcando territorio-
Yuji, ajeno a la tensión, simplemente se rió.
Itadori: Bueno, Utahime-sensei también es una gran maestra-dijo, mirando a Utahime con gratitud-
Ese comentario, aunque inocente, hizo que el corazón de Gojo diera un vuelco. Las palabras de Yuji, aunque simples, la golpearon con más fuerza de lo que esperaba. Nunca había sentido algo así antes. Celos. Una emoción que ella, la todopoderosa Gojo Satoru, siempre había considerado por debajo de ella.
Utahime, por otro lado, no dejó que su expresión cambiara, pero sintió una extraña mezcla de alivio y confusión. Sabía que había algo en su corazón hacia Yuji, pero siempre lo había mantenido en silencio, escondido detrás de su papel de maestra. No esperaba que Gojo, de todas las personas, pudiera estar en la misma situación.
Esa noche, mientras Gojo regresaba a Tokio junto a Yuji, no pudo evitar soltar un suspiro. Estaba furiosa consigo misma por sentir tantos celos, pero más que eso, sabía que tenía que hacer algo al respecto.
Gojo: Yuji-kun-dijo de repente, mientras caminaban-¿Te gusta entrenar con Utahime?-
Yuji la miró, un poco sorprendido por la pregunta.
Itadori: Claro, es una gran maestra. Pero...-hizo una pausa, sonriendo-no es tan divertida como tú, Gojo-sensei-
Gojo sintió que una sonrisa se asomaba en sus labios, pero esta vez, era genuina. Quizás, solo quizás, Yuji todavía la veía como alguien especial.
Gojo: Recuerda eso, Yuji-kun. No quiero perder a mi mejor alumno por alguien más-dijo en tono de broma, aunque sabía que había más verdad en esas palabras de lo que quería admitir.
Yuji se rió, sin darse cuenta del significado oculto detrás de sus palabras, mientras la luna iluminaba el camino de regreso.
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Entre Tokio y Kioto. (Itadori x Fem Gojo x Utahime)
FanfictionGojo-sensei empieza a sentir celos de la relacion naciente entre su alumno favorito Itadori Yuji y su amiga/rival Utahime, quien poco a poco ira robando el corazon del pequeño Yuji para desgracia de la peliblanca. (Itadori x Fem Gojo x Utahime)