5-La confesion de Gojo.

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El cielo estaba despejado sobre Tokio, un día brillante y sereno que contrastaba con el torbellino de emociones que se agitaban dentro de Gojo Satoru. Por primera vez en mucho tiempo, la invencible y siempre confiada hechicera se sentía vulnerable. Las palabras de Utahime del día anterior la habían dejado reflexionando más de lo que le gustaba admitir.

No podía perder a Yuji. No después de todo lo que habían pasado juntos, no después de darse cuenta de que lo que sentía por él era algo más profundo que solo un afecto entre maestra y alumno. Ella lo amaba, aunque le costara aceptar ese sentimiento, y ahora era el momento de hacer algo al respecto.

Con un nudo en el estómago, Gojo se preparó para lo que sería la charla más difícil de su vida. Invitaría a Yuji a una cita. Y esta vez no sería una cita de entrenamiento ni una salida casual. No, esta vez le confesaría sus sentimientos.

Horas más tarde, en un tranquilo parque de Tokio, bajo la sombra de los árboles que se balanceaban suavemente con la brisa, Gojo y Yuji caminaban juntos. Yuji parecía relajado, charlando sobre trivialidades, ajeno a la tormenta interna de su maestra. Gojo, sin embargo, apenas podía concentrarse en las palabras de Yuji. Su mente estaba enfocada únicamente en lo que estaba a punto de hacer.

Finalmente, encontraron un banco apartado, donde el ruido de la ciudad no podía alcanzarlos. Gojo se sentó, intentando calmar el latido frenético de su corazón, y Yuji se unió a su lado, sonriendo despreocupadamente.

Itadori: Gojo-sensei, ¿todo bien?-preguntó, notando la inusual tensión en su maestra-Pareces un poco distraída-

Gojo respiró profundamente, sabiendo que no podía echarse atrás ahora.

Gojo: Yuji-kun... hay algo que necesito decirte-comenzó, su tono más serio de lo habitual, lo que llamó la atención de Itadori al instante-Esto no es fácil para mí, pero no puedo seguir callándolo. He estado ocultando lo que siento durante mucho tiempo, pero ya no puedo hacerlo más-

Yuji frunció el ceño, confundido por el cambio en la actitud de su maestra. ¿Qué podía estar pasándole a Gojo que la hacía actuar de manera tan extraña?

Gojo lo miró directamente, sus ojos ocultos tras sus gafas, pero su expresión revelaba una sinceridad poco común.

Gojo: Yuji-kun... lo que siento por ti va más allá de lo que debería sentir una maestra por su alumno. Te amo, y no hablo de amor como lo haría alguien mayor que cuida a un joven aprendiz. Te amo de una manera que no esperaba, de una manera que ni siquiera yo entendía hasta hace poco-

El mundo de Yuji se detuvo. Las palabras de Gojo cayeron como una bomba en su mente. Jamás, ni en sus sueños más descabellados, había imaginado que Gojo Satoru, la hechicera más poderosa y distante, pudiera sentir algo así por él. Nunca había visto a su maestra de esa manera, siempre la había admirado y respetado, pero esto... esto era completamente diferente.

Itadori: Gojo-sensei...-murmuró, sintiéndose incapaz de procesar lo que acababa de escuchar-

Gojo no se movió, esperando en silencio la reacción de Yuji. Sabía que le estaba pidiendo algo enorme, pero no podía volver atrás ahora.

Gojo: Sé que esto debe ser confuso para ti-continuó, sin apartar la vista de él-Y no espero que me respondas de inmediato. Solo quiero que sepas lo que siento, porque no podía quedarme callada mientras veía cómo Utahime intentaba ganarse tu corazón-

Yuji, aún en estado de shock, se quedó en blanco. Las palabras no venían fácilmente. Nunca había considerado la posibilidad de que su maestra lo viera de esa manera, y ahora sentía una mezcla de emociones que no sabía cómo manejar.

Itadori: Gojo-sensei... no sé qué decir-dijo finalmente, frotándose la nuca con nerviosismo-Es que... esto es algo que no me esperaba. Me importas mucho, pero... también está Utahime-sensei. No quiero herir a nadie-

El corazón de Gojo se encogió ante esas palabras. Sabía que Utahime había dejado su huella en Yuji, pero escuchar la vacilación en su voz fue como un golpe. Sin embargo, mantenía la esperanza de que, después de su confesión, Yuji al menos la consideraría.

Gojo: Lo entiendo, Yuji-kun-respondió ella, con una suavidad inusual-Solo... piénsalo. No importa lo que decidas, siempre estaré aquí para ti-

Yuji asintió, agradecido por la comprensión de Gojo, pero el conflicto en su interior era palpable. ¿Cómo podía tomar una decisión así?. Sabía que tarde o temprano tendría que elegir, y esa elección podría cambiar todo.

Esa misma noche, después de pasar horas en una espiral de pensamientos, Yuji tomó una decisión. Al día siguiente, se presentó en la estación de tren, con una pequeña mochila a cuestas. Se dirigía a Kioto.

Había decidido aceptar la oferta de Utahime, pero no por las razones que todos esperaban. Quería poner algo de distancia entre él y Gojo, aclarar sus pensamientos y descubrir lo que realmente sentía. Kioto le daría el tiempo y el espacio que necesitaba.

El tren partió, y Yuji sabía que lo que estaba a punto de hacer rompería el corazón de Gojo. Pero necesitaba hacerlo, por su propio bienestar y por el de las dos mujeres que lo amaban.

Al día siguiente

La noticia del traslado de Yuji llegó rápidamente a oídos de Gojo, y cuando lo hizo, sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Yuji se había ido. Había elegido ir a Kioto, estar con Utahime. Su corazón estaba roto. Gojo no se lo esperaba, y por más que intentara mantener su fachada de despreocupación, no pudo evitar que una tristeza profunda la envolviera.

Pasó el día sumida en sus pensamientos, evitando a los demás, preguntándose si había cometido un error al confesar sus sentimientos. ¿Había perdido a Yuji para siempre?

Pero al día siguiente, cuando menos lo esperaba, algo cambió.

Estaba en la sala de entrenamiento, sola, cuando la puerta se abrió de golpe. Era Yuji. Pero no estaba vestido para entrenar ni para quedarse; su ropa era la misma con la que había partido hacia Kioto.

Gojo:Yuji-kun...-murmuró, sorprendida por su repentina aparición-¿Qué estás haciendo aquí?-

Antes de que pudiera decir algo más, Yuji caminó rápidamente hacia ella, sin dudar. La tomó por la cintura y, con una firmeza que nunca había mostrado antes, la besó.

Gojo quedó completamente congelada por unos segundos. No era algo que esperaba, y menos después de haberlo visto marcharse. ¿Qué significaba esto?

Yuji se separó de ella, sus ojos llenos de determinación.

Itadori: Solo fui a Kioto para despedirme de Utahime-dijo, con una pequeña sonrisa-Pero me di cuenta de algo importante. Lo que siento por ti no es algo que pueda ignorar-

Gojo lo miró, sus emociones desbordándose, mientras la esperanza volvía a encenderse en su pecho. Yuji había regresado. Y, lo más importante, lo había hecho por ella.

Entre Tokio y Kioto. (Itadori x Fem Gojo x Utahime)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora