Advertencia:
Este capítulo contiene actos de autolesiones y menciones sobre el suicidio. Si eres sensible o te incomodan estos temas, te recomiendo que no lo leas....
"En el fondo de mi mente, yo te maté.
Y ni siquiera me arrepiento.
No puedo creer que lo dije
Te odio."
...
Minjeong
Mis emociones están muy dispersas ahora, mientras el clonazepam se va disolviendo dentro de mi boca, mi mente no deja de pensar, mis manos tiemblan y me siento muy aturdida.
Nunca supe manejar bien mis emociones, quizás por eso estoy aquí ahora, quizás por eso medio mundo pensará que estoy loca después de todo.
¿Lo estoy? ¿Estoy loca?
Estoy mirando el techo del hospital con un nudo hecho en la garganta, mi corazón late fuerte, y lo único en lo que puedo pensar es en el dolor punzante de mi brazo izquierdo y en contar cada uno de los cuadritos del techo.
Aproximadamente 50 cuadritos blancos, hay un reloj en frente de mí y la almohada se siente muy dura contra mi cuello, pero no puedo hacer mucho más que seguir observando mi alrededor, hay dos chicas que parecen estar durmiendo.
"Despertaste" Escucho la voz de una enfermera, y alzo las cejas en signo de confusión, hasta que volteo a ver mi brazo izquierdo, el cual está todo vendado y cubierto con gazas.
Prácticamente soy incapaz de moverlo, y frunzo el ceño cuando vuelvo a sentir un pinchazo justo en la muñeca, debajo de mis venas, que están llenas de moretones.
"Te desmayaste, el cirujano te hará curaciones en un rato" Aclaró, y volví a sentirme muy confundida, hasta que los recuerdos del día anterior llegaron como balas a mi cabeza.
Recuerdo haber tomado la cuchilla detrás de mi funda estando en el baño del hospital, con la intención de cortar mis venas y desangrarme en el proceso, pero debo decir que la muerte es algo que aún me da miedo, y no fui capaz de cortar en esa zona.
Sin embargo, cada corte fue muy profundo, tanto así, que se lograba ver un color amarillo que francamente era asqueroso, las heridas sangraban tanto que cuando las enfermeras me encontraron, caí rendida entre sus brazos y perdí completamente la consciencia.
Nunca supe tomar buenas decisiones, sé que soy impulsiva, sé que si tengo la oportunidad de cortarme lo haría sin dudar, pero quizás si me pasé un poco haciéndolo en el baño del hospital, sabiendo que las consecuencias serían brutales para mí. Dejé todo hecho un desastre, manché todo el lavamanos y el piso con mi sangre, y se derramó hasta en mi pijama.
"No quiero ver a mi mamá" Pedí suplicante, haciendo una mueca de dolor cuando retiraron las vendas que apretaban mi brazo.
"Eres menor de edad, no hay mucho que podamos hacer" Murmuró una doctora, y sentí muchos ojos observándome mientras más personas entraban a la sala, lo cual me desestabilizó un poco.
Tanta atención puesta solo en mí, tanta gente sabiendo lo que había hecho, puros doctores y enfermeros mirándome intensamente.
Algunos parecían juzgarme, mientras que otros parecían sentir lástima de mi estado tan miserable, quién no sentiría pena al ver a alguien así.
Miré mi brazo con cierta amargura, los cortes estaban muy abiertos y dolían demasiado, pero no me arrepentía, llevaba demasiado tiempo aguantando no cortar ninguno de mis brazos, y era obvio que pasaría en algún momento.
No soy de piedra, soy muy débil, en especial en un momento de crisis, en dónde mi mamá se había enterado de que tenía la cuchilla.
Las ganas de cortarme fueron más fuertes que mi prudencia, y no pude hacer nada más que desquitar mi odio conmigo misma.
De lo único de lo que podía llegar a arrepentirme, era de no haberme cortado ambos brazos. Sé que suena imprudente y enfermo, pero ese dolor me mantenía viva, ese dolor me hacía sentir que aún podía soportar todo mi dolor emocional, ese dolor era como sentir paz nuevamente.
Y no soy capaz de reemplazar ese viejo hábito ni con 500 antidepresivos inservibles.
Ni la fluoxetina, ni la sertralina, ni el maldito clonazepam son capaces de arreglar lo mierda que es mi vida.
"Te aplicaremos anestesia para que no duela tanto, pero son muchos cortes Minjeong" Dijo el cirujano cuando llegó, y era evidente que me dolería mucho.
Me limité a asentir con la cabeza y cerré los ojos, dejando escapar un gritito ahogado sintiendo cada pinchazo de la aguja con anestesia, dolía mucho, y ni siquiera me estaban cosiendo la piel aún.
¿Qué explicación lógica hay para que la curación duela más que la autolesión en sí?
Sentí una de las manos de una enfermera apretando la mía, suspiré con cansancio y dolor.
Pinchazo.
Pinchazo.
Lágrima.
Otra lágrima.
Otro pinchazo.
Lágrima.
Grito.
Otro grito.
Más quejidos.
Más pinchazos.
Sabía que dolía que te manipularan la piel, pero nunca pensé que fuera tan así, mis ojos no podían mantenerse abiertos y aún sentía la sangre correr por mi brazo de repente, la anestesia hacía efecto en algunas ocasiones muy contadas, mientras que otras veces sentía como si me estuvieran matando debido al dolor.
Si no hubiera sido tan cobarde como para cortarme las venas, esto no estaría pasando, y no estaría sintiendo este intenso dolor, pero ya no me quedan más opciones, me quitaron mi cuchilla y estoy segura de que todo se pondrá muy feo a partir de ahora.
Y si es que tenía alguna mínima posibilidad de salir rápido del hospital, esa oportunidad se esfumó desde el primer segundo en el que la hojilla de afeitar destrozó mi piel. Me condené a mi misma a quedarme aquí más tiempo.
¿Qué es lo que quiero realmente?
¿Por qué todos se preocupan por mí solo cuando llego a este punto?
¿Lo llevé demasiado lejos?
Sentí la aguja empezar a coser una de mis heridas más grandes, y solté un lloriqueo, cerrando con más fuerza mis ojos. Dolía demasiado, pero me dolía mucho más saber que mi mamá se enojaría mucho conmigo, y que mi vida sería un infierno nuevamente.
A veces es inevitable que la mente tenga pensamientos destructivos, es inevitable que el suicidio no pase por tu cabeza cuando te sientes así, y sobre todo, es inevitable querer morir con tantas ganas. Al menos para mí, resulta imposible acallar mi cabeza cuando me ruega no despertar más.
Mientras continúa el proceso de colocarme los puntos en el brazo, solo puedo pensar en que ya no quiero vivir más.
Pero, ¿por qué?
...
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CONTACTO 0 | WINRINA
RomantikMinjeong y Jimin terminaron, y el contacto 0 es demasiado difícil para el gusto de Winter.