Semana de Karushuu 2015

Día 2: Curiosidad

Periodo de tiempo: Escuela Secundaria Kunugigaoka, directamente después de los exámenes finales del primer semestre.

Gakushuu Asano no estaba acostumbrado a no salirse con la suya. Era el mejor de la escuela, el mejor de los mejores no solo en Kunugigaoka sino en el distrito. 

La gente se agolpaba a su alrededor, la escuela prácticamente lo adoraba. Todos excepto la clase 3-E.

Clase E. La pesadilla de su existencia, el misterio que tanto lo molestaba. ¡Solo quería saber qué demonios era tan diferente en esa clase! Pero al perder la apuesta de las finales, no tenía forma de averiguarlo. 

A menos que se lo pidiera a uno de los holgazanes de la clase E.

O a uno en particular.

No estaba seguro de por qué eligió a Karma Akabane para enfrentarse a él, ya que consideraba a Akabane su rival y casi, casi, su igual. 

Pero era un holgazán, lo que le dio a Gakushuu la ventaja. 

Lo demostró con su puntuación ganadora sobre Akabane.

—¡Akabane! —gritó Gakushuu, de pie frente al edificio de la Clase E. 

La mayoría de los demás estudiantes se habían ido y lo miraban de forma extraña al pasar. 

Él los ignoró, no le importaba lo que quisieran pensar. 

Estaba allí solo por una persona.

Akabane parecía ligeramente sorprendido, sus ojos se entrecerraron con diversión. 

Le dijo al chico pelirrojo que estaba a su lado que siguiera adelante, y después de un momento lo hizo. 

Antes de hacerlo, agarró la muñeca de Gakushuu. 

Nagisa, ese era su nombre. 

Olas de algo que inquietaron el estómago de Gakushuu se deslizaron fuera de él.

—No sé qué estás planeando, pero ten cuidado —dijo Nagisa en voz baja. Gakushuu bajó la mirada sorprendido y asintió.

—No estaba planeando hacer nada malo. —Nagisa pareció aceptarlo, soltó su muñeca y se alejó. 

Gakushuu miró hacia arriba y Karma se acercó. 

Sostenía su bolso sobre su hombro, con una sonrisa casual en sus labios. Sin embargo, podía ver el cálculo frío en sus ojos dorados.

—Entonces, ¿qué justificó que el gran Asano-Kun apareciera aquí? —Akabane inclinó la cabeza—. No fue solo para ver mi lindo rostro.

Gakushuu tuvo que admitir que su rostro era bonito. 

Pero nunca lo diría en voz alta. Jamás.

Miró más allá, hacia el edificio de la escuela, con los ojos violetas entrecerrados. —¿Qué estás escondiendo? —preguntó abruptamente.

Akabane pareció desconcertado, con un leve rubor tiñendo sus mejillas, antes de seguir la mirada de Gakushuu hacia el edificio que estaba detrás de ellos. 

La comprensión se dibujó en su rostro y la sonrisa burlona regresó.

—Oh, Asano-Kun quiere saber qué nos hace mucho mejores que él —Akabane le sonrió.

—Los holgazanes no me pueden vencer —respondió Gakushuu—. Por eso reprobaste tan estrepitosamente los exámenes finales. Akabane se sonrojó de nuevo, esta vez con evidente enojo.

"Tuviste suerte."

—No, te has vuelto estúpido —dijo Gakushuu sin rodeos—. Yo no pierdo contra los holgazanes. Tú, Akabane, eres un holgazán.

—Te lo demostraré. Te patearé el trasero el próximo semestre —gruñó. Gakushuu se permitió sonreír.

—Estoy deseando que lo intentes, pero no estoy aquí por eso. —Entrecerró los ojos—. ¿Qué estás ocultando?

De repente, Akabane estaba en su espacio personal, con la cara cerca de la suya. 

Se echó hacia atrás ligeramente por instinto, pero no se movió más, manteniéndose firme mientras miraba fijamente al pelirrojo. 

Esa pelirroja que sonreía con sorna estaba empezando a molestarlo.

—Estoy escondiendo muchas cosas, Gakushuu-Kun. —El rubio no pudo evitar el escalofrío que le recorrió la espalda al oír cómo Karma pronunciaba su nombre de pila. No fue un escalofrío del todo desagradable—. Tendrás que especificarlo.

—Sabes exactamente lo que quiero saber —siseó Gakushuu. Karma sonrió aún más y, por un breve instante, hubo una mínima presión en sus labios. 

Al instante siguiente, Karma se fue y la rubia se dio vuelta para verlo alejarse.

—Tendrás que esforzarte más que simplemente preguntar para averiguarlo —respondió el pelirrojo. 

Gakushuu pudo escuchar la satisfacción en su voz mientras desaparecía lentamente de la vista.

No podía decidir si estaba enojado, excitado o intrigado. Probablemente una combinación de las tres cosas.

Odiaba a Karma Akabane.