CAPÍTULO 15: Bajo el peso del poder

16 0 0
                                    

Alec POV

Las sombras de la sala se estiraban a medida que la noche avanzaba, envolviendo el castillo de Volterra en una atmósfera densa, casi sofocante. Las celebraciones habían terminado hacía horas, pero en mi mente, la verdadera ceremonia apenas comenzaba. El eco de las voces de los invitados, los aplausos, las felicitaciones... todo eso era superficial. La política, los juegos de poder, las alianzas no declaradas, eso era lo que realmente se estaba celebrando. Y ahora, en este preciso momento, el futuro de los Vulturi descansaba sobre mis hombros.

Recientemente había dejado atrás una conversación incómoda, casi frustrante, con Chelsea. Aunque la idea de su poder era tentadora, había algo en ella, algo en esa necesidad insaciable de control, que me mantenía alerta. Chelsea no era Aro, y no podía permitirme caer en sus redes, por muy útiles que fueran. Yo era diferente. Aro me había elegido no solo por mis habilidades, sino porque veía en mí algo más allá de la ambición. Veía un propósito.

Mientras caminaba por los pasillos de mármol, mi mente repasaba los acontecimientos recientes. Han pasado tres meses desde que Renesmee llegó a nuestras vidas, y aunque al principio parecía un eslabón débil en la cadena, ha demostrado tener un espíritu resiliente. El baile que habíamos organizado no solo era para presentarla oficialmente como parte de los Vulturi, sino también para recordarle a cada vampiro que los Vulturi no eran simplemente un clan: éramos una fuerza imparable.

Y ahora, con mi sucesión formalizada, esa fuerza debía ser liderada con una mano firme.

El pasillo se abría a una de las terrazas del castillo, desde donde se podía ver toda Volterra. Me detuve frente al borde, inhalando profundamente el aire nocturno. Los sentidos de un vampiro son diferentes, claro, pero en ese momento me permití la ilusión de sentir la brisa como lo haría un humano. A veces me preguntaba cómo habría sido mi vida si no hubiera caído en las manos de los Vulturi. ¿Sería más libre? ¿O seguiría siendo el mismo, buscando siempre la cima, el poder?

Una figura familiar se acercó desde el interior del castillo. Sentí su presencia antes de que siquiera hablara.

- Te veía muy pensativo.- dijo Jane, mi hermana gemela, con esa voz suya que parecía siempre llena de malicia contenida.

- Pensar es lo que nos mantiene un paso adelante Jane.- respondí sin mirarla.

Ella se detuvo a mi lado, con los ojos entrecerrados mientras contemplaba la vista de Volterra.

- ¿Qué piensas de Chelsea?- preguntó con un tono casual que no encajaba con su verdadera intención. Jane rara vez preguntaba algo sin un propósito.

No era un secreto entre nosotros que Chelsea había intentado, de una manera u otra, influir en las dinámicas de poder dentro del clan. Aro la necesitaba, eso era un hecho. Pero yo no necesitaba depender de los lazos que ella podía manipular.

- Chelsea... juega a ser una reina sin trono.- dije finalmente, girando mi cabeza hacia Jane.- No subestimes su inteligencia, pero tampoco te dejes atrapar por sus juegos.

Jane esbozó una sonrisa, oscura y peligrosa, pero no dijo nada más. Sabía que entendía lo que quería decir. Habíamos crecido juntos en este mundo de sombras, y aunque nuestras habilidades nos diferenciaban, compartíamos una lealtad inquebrantable entre nosotros. Si algo llegara a amenazar esa relación, Chelsea o cualquiera que fuera, lo pagarían caro.

- Padre está contento con tu sucesión.- comentó Jane de repente, cambiando de tema.- Dice que fue la mejor decisión que ha tomado en siglos.

No respondí de inmediato. Sabía que Aro confiaba en mí, pero también sabía que su confianza siempre venía con expectativas. Nunca lo haría públicamente, pero en privado, Aro era un maestro de las pruebas, siempre observando, siempre midiendo si su decisión había sido correcta.

- Aro confía en que seré capaz de mantener todo esto bajo control.- dije finalmente sin emoción en la voz.- Pero también sé que me estará observando, esperando el más mínimo error. Lo hace con todos.

Jane asintió, pero sus ojos brillaban con algo más.

- No cometerás errores, Alec. Nosotros no cometemos errores.

Esas palabras, tan llenas de certeza, resonaron en mi cabeza. Mi hermana tenía una confianza absoluta en nuestras habilidades, en nuestra posición. Pero yo sabía que el juego de poder era mucho más complejo que simplemente tener habilidades extraordinarias. Era una red de intrigas, secretos y decisiones que podían cambiar el curso de todo.

La noche avanzaba, y el castillo volvía a sumirse en un silencio sepulcral. No había más ruidos de celebración, solo el eco distante de algún guardia moviéndose en las sombras. Volví a la sala de reuniones donde, horas antes, los clanes habían intercambiado miradas y palabras medidas. Entre ellos, los Cullen.

Había algo intrigante en ellos. Aunque Renesmee era ahora parte de los Vulturi, su pasado con los Cullen no se podía borrar fácilmente. Podía sentirlo en los ojos de Carlisle, en la manera en que Esme la miraba desde la distancia. Su vínculo con ella aún estaba allí, tenue, pero presente. Chelsea podría haberlo debilitado, pero no lo rompió del todo.

Me pregunté qué harían si alguna vez se vieran obligados a elegir entre los Vulturi y su propia sangre.

Mientras mis pensamientos continuaban divagando, me di cuenta de algo más. Alec Vulturi, el próximo líder de los Vulturi. Aro había depositado su confianza en mí, pero ¿qué significaba eso realmente? Había observado a Aro durante siglos, y sabía que en algún momento tendría que tomar decisiones que cambiarían la estructura de este clan para siempre. No podría ser como él. Tendría que ser mejor.

- ¿Qué harás ahora?- preguntó Jane, rompiendo el silencio.

- Lo que siempre he hecho.- respondí.- Proteger lo que es nuestro. Y asegurarme de que nadie lo cuestione.

Pero incluso mientras decía esas palabras, sabía que algo estaba cambiando. El peso del poder no era algo que pudiera ignorar. Y en ese mismo momento, me di cuenta de que no solo estaba luchando por mantener el control. Estaba luchando por mantenerme fiel a mí mismo en un mundo donde el poder lo es todo.

Giré sobre mis talones y me dirigí de nuevo al interior del castillo, dejando atrás la tranquilidad de la noche. Sabía que los días por venir serían más oscuros, y que las pruebas verdaderas aún no habían comenzado.

Pero una cosa era segura: los Vulturi estaban en mis manos. Y yo no fallaría.

Holiii... no olviden dejar su ☆ y comentario, apoyarían mucho a esta historia, los quiero bellos lectores.♥️

Mi Eternidad Está Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora