CAPÍTULO 1: Encuentro con los Vulturis

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Renesmee POV

Habíamos llegado a ese lugar frío, completamente cubierto de nieve, donde debíamos encontrarnos con los Ilamados Vulturis. Me aferraba al brazo de mi madre, hasta que, después de unos minutos, escuché a lo lejos el crujido de algunas ramas, acompañado por el sonido de varias pisadas. Al verlos acercarse, noté que todos Ilevaban enormes capas negras y rojas. Eran muchos, nos superaban en número, pero no en poder.

- Aro está buscando a Alice.- susurró mi padre.

Al frente, estaban los tres líderes Vulturis. A la derecha, un hombre de larga cabellera negra, con una expresión de aburrimiento, completamente carente de emoción. A la izquierda, un hombre de cabello rubio. Y, en el centro, un hombre de cabello oscuro y largo, extremadamnente pálido, al igual que los demás, incluyendo a mi familia y a los testigos que venían con nosotros.

En ese momento, los lobos comenzaron a salir de entre los árboles y se colocaron junto a cada grupo. Cuando vi a Jacob acercarse junto a mi madre, ambas le dedicamos una ligera sonrisa. Todos esos seres se quitaron sus capuchas al mismo tiempo. Mi abuelo Carlisle comenzó a caminar hacia el hombre que se encontraba al frente.

- Aro, hablemos como solíamos hacerlo, de una manera civilizada.- dijo amablemente, dando un paso más hacia adelante.

- Palabras justas, Carlisle, pero un tanto fuera de lugar, considerando el batallón que has reunido contra nosotros.- respondió él.

- Te doy mi palabra de que esa nunca fue mi intención. No se ha roto ninguna ley.- dijo Carlisle con la misma calma.

- Danos a la niña. No te burles de nosotros.- habló con enfado el hombre rubio que estaba a la izquierda.

- ¡No es una niña inmortal!- respondió mi abuelo, algo alterado.- Todos ellos lo atestiguan.- dijo señalándonos con un gesto de la cabeza.- Mírala por ti mismo. Observa el color de la sangre en sus mejillas.- me señaló con su mano.

- ¡Artificios!- gritó el hombre rubio.

Aro lo interrumpió levantando una mano. Luego y empezó a hablar.

- Yo descubriré cada faceta de la verdad.- dijo bajando su mano.- Pero, de alguien más se entrala la historia. Edward, viendo a la niña colgada de tu nueva compañera, asumo que estás involucrado.

En ese momento, mi padre me acarició el cabello y me miró a los ojos, del mismo modo en que miró a mi madre, antes de dirigirse hacia Aro. Mientras él caminaba, mi madre intentaba extender su escudo, pero no lo conseguía. Yo me coloqué entre ella y Jacob. Cuando mi padre llegó ante Aro, se detuvo frente a él y le extendió la mano. La expresión de Aro cambió varias veces mientras me miraba.

- Me gustaría conocerla.- dijo mirando nuevamente a mi padre.

Mi padre nos dirigió hacia Aro. Mi madre me miró y caminamos hacia él. Jacob y el tío Emmett nos seguían de cerca.

-Ah, linda Bella... te sienta la inmortalidad.- dijo Aro, dirigiéndose a mi madre.- Ja, ja, ja... escucho su extraño corazón.- dijo señalándome con la mano. Miré a mi madre, quien me dirigió hacia él. Aro me extendió la mano.

- Hola, Aro.- dije con firmeza, tratando de no tartamudear, mientras colocaba mi mano derecha en su mejilla. Él me miraba confundido.

- Magnífico.- dijo y yo retiré mi mano mientras mi madre me atraía hacia ella.

- Mitad mortal, mitad inmortal, concebida y llevada por esta neófita cuando aún era humana.- dijo Aro mirando a mi madre.

- Imposible.- dijo el hombre rubio.

- ¿Crees que me engañaron hermano?- respondió Aro, dirigiéndose a él.

Mientras tanto, mis padres y yo comenzamos a regresar al lugar donde habíamos estado al principio, pero antes, Jacob lanzó un último gruñido hacia Aro.

- Traigan a la informante.- ordenó el hombre rubio a dos hombres corpulentos, que rápidamente trajeron a una mujer. La reconocí. Era Irina.

- ¿Es esta la niña que viste?- preguntó el hombre rubio.

- No estoy segura.- respondió ella.

- Jane.- llamó a una pequeña mujer de cabello rubio.

- Ha cambiado. Esta niña es más grande.- respondió Irina antes de que le hicieran algo.

- Tus acusaciones son falsas.- le dijo el rubio.

- Los Cullen son inocentes. Me equivoque y asumo mi responsabilidad.- dijo Irina mirando a mi madre.- Perdónenme.

En ese momento, uno de esos hombres encendió una antorcha.

- ¡Caius, no!- gritó mi padre, dando un paso adelante.

Pero dos hombres sujetaron a Irina de los brazos y se los arrancaron.

- ¡Ah!- se quejó ella en un grito de dolor.

- ¡lrina!- gritaron sus hermanas, que estaban con nosotros.

Pero ya era tarde. Uno de ellos le arrancó la cabeza y Caius prendió fuego a su cuerpo con la antorcha. Sus hermanas intentaron correr hacia Caius, pero los otros las sujetaron. De repente, mi madre me colocó en el lomo de Jacob.

Kate electrocutó a Eleazar para que la soltara. Garrett empujó a Tanya hacia Carmen, quien la sujetó, mientras él intentaba retener a Kate, pero ella lo electrocutó también.

- Ciéguenlas.- le pidió mi padre a Zafrina. Ella asintió y las cegó de inmediato.

- Devuélveme la vista.- exigió Tanya.

- Tanya, es lo que quieren. Si atacas ahora, moriremos.- le advirtió mi padre.

Mi padre comenzó a acercarse a nosotras, pero de repente Jane dijo algo y él cayó al suelo. Sin embargo, pronto se detuvo, y por la expresión de confusión en el rostro de Jane, supe que no había sido ella quien lo detuvo. Era mi madre, quien nos protegía a todos. Sentí una leve corriente magnética en mi pecho, supongo que así se sentía su escudo.

- Aro, no se ha quebrantado ninguna ley.- dijo mi abuelo, dirigiéndose a él.

- De acuerdo.- respondió Aro.- Pero, ¿eso significa que ya no existe el peligro?- comenzó a caminar hacia adelante.

- Por primera vez en nuestra historia, los humanos son una amenaza para nosotros. Con su tecnología moderna, han fabricado armas que podrían destruirnos.- dijo deteniéndose para mirarnos.- Proteger nuestro secreto nunca había sido más imperativo en tan peligrosos tiempos. Solo lo conocido es seguro, solo lo conocido es tolerable, y no tenemos idea de lo que esta niña podría provocar. ¿Viviremos con tal incertidumbre? Evitamos una pelea hoy, solo para dejar de existir mañana.- concluyó, mirando a su guardia. Todos negaron con la cabeza.

De repente, escuché pasos. Nadie se había movido de su lugar. Eran pasos diferentes... Era la tía Alice y el tío Jasper.

Mi Eternidad Está Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora