Capitulo IX

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Todo el mundo se paralizó al ver la cabeza del español. Varios países pedían explicación de aquella escena, latinoamerica era un infierno, los presidentes haciendo llamadas a sus embajadas para que dejen España inmediatamente. Los países se encontraban estupefactos, no había muerto un país en años y ver eso ahora los ponía inquietos.

Austria - Viena.          3:45pm

—¡Esos idiotas! Mataron a España para culparte, debemos actuar inmediatamente.- Dijo Hungría con enojo.

—Tiene razón. Si el inglés empezó con ese juego sucio no dudo que hará cosas peores para dejarte mal parada.- Añadió el ruso.

—No, no podemos responder de la misma que ellos. No somos unos monstruos.- Interrumpió la mujer. —Lo que debo hacer en este momento es mandar un mensaje, darles a entender que yo no le hice eso a España.

En ese momento, Kazajistán se acercó a Austria. Todos estaban observando la discusión callados. Algunos estaban del lado del húngaro y del ruso, mientras que otros estaban del lado de la mujer. Eso a Kazajistán no le gustó. Ver a sus aliados divididos no eran buena señal y debía arreglar el asunto lo más pronto posible.

—Austria, tienes razón, pero dar un mensaje en estos momentos no ayudará en nada, lo sabes perfectamente.- interrumpió el hombre.

La francesa que había escuchado la discusión atentamente se pronunció ante ellos con una mirada fría.

—Todos aquí son aliados de una sola, esa es Austria, no hay motivo de negarse a lo que ella hace. Recuerden que ustedes aceptaron formar parte de ella. No voy a tolerar ninguna falta de respeto.- Reclamó la francesa.

El lugar nuevamente se quedó en completo silencio, todos se miraban el uno al otro para ver quién rompía ese situación tan incómoda que se había creado. Cómo si de un milagro se tratase, China, quién se había mantenido callado en todo momento se acercó a la francesa y a la austriaca.

—Mi lealtad está hacía ella. Me uní por un interés, pero no romperé mi promesa de avatar sus órdenes.- Miró el chino a las dos mujeres que se encontraban frente a él.

China sabía que hacer eso era necesario para hacerles entender a los demás que tenían un solo líder. Cómo si de una efecto domino fuera los demás países juraron lealtad uno por unos. Los primeros en hacerlo fueron Canadá, México, Norcorea y así sucesivamente. La acción duró al menos de 15 minutos, hasta que solo faltaba uno, Noruega, quién se había quedado mirando por unos breves segundos a Austria. La tensión entre ambos empezó a notarse, hasta que el noruego bajó la mirada así dando su palabra de lealtad y liberando la tensión.

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En otro lado, exactamente la casa blanca, el estadounidense había llegado recién a su territorio luego de toda la controversia de España. Ahora podía actuar a su antojo ya que todo el ojo público estaba en Austria. Una voz femenina logró llamar su atención, era Filipinas, quién había ido sin previo aviso bajo las órdenes del inglés.

—Es ahora o nunca. Los países latinos ya le están empezando a dar la espalda a Austria. Venezuela aceptó ser nuestro aliado militar.- Habló la filipina mirándolo esperando una respuesta.

—¿Venezuela? Yo no quiero a Venezuela, quería a Panamá. Podría haber sido un buen aliado estratégico. Esa perra se nos adelantó.- Reclamó.

—¿Y qué harás? Ya es tarde para tenerlo de nuestro lado.

—Si no es nosotros, no será de nadie. Para quitarle la inmortalidad a un país necesitamos matar a sus funcionarios y presidente.- Añadió el estadounidense.

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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˗ˏˋ ¿𝐕𝐚𝐥𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐞𝐧𝐚? - 𝐀𝐔! 𝐂𝐨𝐮𝐧𝐭𝐫𝐲𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐬 'ˎ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora