Capítulo VII

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Francia y Panamá ya habían llegado a territorio Austriaco. El transcurso del viaje fue silencioso y algo incómodo para el hombre. Todo ese incómodo ambiente desapareció cuando entraron al lugar donde de encontraría con Austria. Sentía nervios, sabía perfectamente los rumores de lo que me hacían a ella, pero no era momento de pensar en eso, debía saber perfectamente qué era lo que estaba planeando Austria.

Habían entrado a un tipo de subterráneo y le habían quitado todo aparato electrónico que tenía en su poder. Era un gran portón metálico, sin embargo, pudo notar el gran escudo del Imperio Austriaco estampado. Tragando saliva entró al lugar y pudo observar a varios países, todos los miraban con curiosidad menos Argentina y México. De alguna u otra manera sabían que él llegaría.

Los pasos firmes de Austria no se hicieron esperar, en menos de unos par de segundos ya estaba frente a Panamá. La mujer no pudo ocultar una pequeña sonrisa, pues, el país frente a ella le recordaba a su fallecido hermano. Acercando su mano con lentitud acarició la cabeza de Panamá.

-Bienvenido, Panamá.- Añadió Austria.

El suave toque de su mano se alejó y con ellos su presencia también. Volvió a la gran mesa que estaba en medio y dónde estaban las tres potencias.

-Te brindaremos protección a cambio de tu lealtad. Te mantendras neutral para que tú gente no sufra.- Añadió Rusia sin mirarlo.

-Él no dejará que pase eso. Conozco muy bien a Estados Unidos.- Reclamó el panameño.

-Eso lo sabemos, eres una gran ventaja para ellos y una gran amenaza para nuestros aliados de América. Por eso te brindaremos protección, nadie te atacará, te defenderemos si deciden atacarte.- Habló Austria.

Panamá pudo sentir la desesperación de la mujer. La mayoría de los países que se encontraban ahí eran los enemigos de UK y USA, y eso llevaría a una lluvia de sangre. Dudó mucho tiempo, los nervios lo carcomían, sentía sus miradas fijas en él.

-¡Ya miren a otro lado! Lo ponen nervioso al pobre.- Interrumpió el mexicano.

Inmediatamente todos los que se encontraban ahí miraron a otro lado, menos la de Austria, ella lo seguía mirando con esperanza en sus ojos y eso Panamá lo puso notar. Sentía la determinación de una mujer dispuesta a acabar con sus enemigos.

-Acepto, nada es más importante que proteger a mi gente, y si ustedes me prometen cuidar de ellos estaré más que dispuesto a aceptar su trato.-

-Te doy mi palabra, Panamá, cuidaré con mi sangre a tu gente.- Añadió Austria.

El ambiente del lugar se calmó un poco. El incómodo silencio fue interrumpido por el mexicano que se movía de un lado para otro.

-Esto no es guardería, a trabajar que la guerra no se gana sola.- Gritó México.

Todos volvieron a sus lugares, planeando una estrategia, preveniendo posibles atentados, nada podría salirse de sus manos, un solo fallo podía ser perjudicial para ellos y todo lo que estaban construyendo hasta ahora.

-¿Es tedioso no saber que hacer viendo a todos trabajar? Lo es al principio.- Habló el argentino acercándose al panameño.

-Bueno, mi único trabajo es no ser aliado de Estados Unidos y Reino Unido.- Susurró.

-Es confiable, vivimos en un mundo dónde el más fuerte decide quién vive o no. Al final esto iba a pasar.- Dijo Argentina.

-Pero ellos son más.. Tú sabes a lo que me refiero.- Interrumpió Panamá.

-Ah, eso. Tienes razón, pero, ¿de qué sirve tener todo el poder del mundo si no sabes cómo usarlo? Poder y estrategia son cosas completamente diferentes, amigo.- Sin más el argentino se alejó dejándolo solo.

El país se quedó ahí, mirando a todos lados. Nunca antes había visto países de diferentes continentes trabajar en una sola cosa. Países de Asia, América, Europa, incluso África se encontraban ahí. Aún no lograba descifrar como Austria había logrado unirlos sin que haya pleitos de por medio. Todo para destruir al mismo objetivo. Los pasos apresurados de los demás hicieron que salga de sus pensamientos. Todos se habían reunido frente a la gran mesa donde yacia Austria.

-Todos estamos aquí por un mismo objetivo. Eliminar esta opresión por parte de UK y USA. No pido que luchen con mis ideales, también por el de ustedes. No prometo la victoria para la gran guerra que se avecina. Muchos morirán y también vivirán. Lo único que les pido es su lealtad, lealtad a mi causa, nuestra causa.- Declaró Austria.

-Y si la palabra traición pasa por una de sus cabezas, esperarán una lluvia de sangre, y no será la nuestra.- Interrumpió Kazajistán.

Todos los presentes se quedaron completamente callados por lo último. Infundir el miedo no era parte del plan de la Austriaca, pero prefiero no decir nada al respecto, ser cruel como sus enemigos no estaba en sus planes. Sin nada más que hacer ordenó a los presentes volver a sus posiciones para luego salir del lugar. Afuera lo esperaba Hungría con una expresión enojada.

-Parece que viste UK. ¿Qué pasó.- Habló la mujer sin dejar de caminar.

-Él nos traicionó, te traicionó.- Dijo el hombre enojado.

-¿A qué te refieres?-

-Alemania acaba de jurar ante Estados Unidos.- Dijo Hungría.

El lugar quedó en completo silencio. Los pasos de Austria pararon procesando la información que su hermano le había dicho. "Entonces sangre lloverá para Alemania" Fueron las única palabras que pronunció Austria antes de seguir su camino y alejarse del lugar. Su enojo la invadía y el sentimiento de traición también. Definitivamente eliminaría a cada enemigo así sea quién sea.

Fin del capítulo..

˗ˏˋ ¿𝐕𝐚𝐥𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐞𝐧𝐚? - 𝐀𝐔! 𝐂𝐨𝐮𝐧𝐭𝐫𝐲𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐬 'ˎ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora