Capítulo 51

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—El orfanato donde estaba la bebé era peor que otras instalaciones. Además, estaba abarrotada de niños. Se dice que entre seis o siete niños dormían juntos en la misma habitación.

Isaac estaba muy sorprendido.

¿Dijo que seis o siete niños dormían juntos en un lugar que no era ni la mitad de su vestidor?

< ¿Ese lugar era el infierno?>

LeBlaine fue elegida como la hija del destino a mediados de este año y fue traída a la familia ducal en otoño. Eso significaba que vivía en un lugar como ese hasta este año.

Si lo pensaba bien, LeBlaine tenía un lado que no era infantil desde el principio. Rara vez pedía un juguete, codiciaba algo o hacia berrinches. Habiendo crecido en un lugar como ese, era fácil no saber que desear.

El rostro de Isaac estaba sombrío al salir de la oficina administrativa, y Henry tenía los ojos empañados.

—Al principio, regañé a la pequeña y le pregunté si sabía comer zanahorias...

—.......

—Era un lugar donde tenía que comer zanahorias, o de lo contrario tendría que pasar hambre.

Junto a Isaac, que murmuraba con tristeza, Henry también se lamentaba.

[—¿De verdad piensas que porque está escrito en papel vamos a ser hermanos? No seas ridícula. ¿Quién consideraría a una huérfana sin una sola gota de sangre como familia?]

¿Por qué dijo eso?

Le dolió el corazón al recordar a LeBlaine parpadeando, sin comprender al escuchar esas palabras.

—Voy a enseñarle a la pequeña que ya puede pedir juguetes a su antojo y que puede quedarse en una buena habitación.

—Muy bien.

Los dos apretaron los puños.

***

Después de comer hasta saciarme, finalmente recuperé el sentido tras descansar otras veinte horas. Y tan pronto como volví en mí, comencé a tirarme el pelo.

< ¡Estoy loca!>

[—La habitación de Blaine es pequeña y oscuda, ¡Así que no es mi habitación! Aquí es gande y bonito, ¡así que no es mi habitación!]

Cuando recordé como lloré y dije aquello, me sentí increíblemente avergonzada.

—Aquí, bebe, come más. Lo traje sin que Leah lo supiera.

Puse los ojos en blanco al ver que Yuni hablaba con mirada decidida mientras me tendía una dona.

—No quedo comer más.

—¡Está bien que desees cosas así! Está bien que quieras una habitación grande y bonita, y también deliciosos bocadillos...—Yuni tenía lágrimas en los ojos.

<No, no es eso. Es porque ya comí demasiado...>

Por mucho que sea yo, comer cinco panqueques y además una dona era demasiado.

Debido al incidente de ayer, las miradas de las personas cuando me veían se volvían tristes.

Las criadas amontonaron bocadillos y me los dieron diciendo "Si necesitas algo más, házmelo saber."

Los vasallos también me enviaron juguetes y comida. Después de lo de ayer, parecía ser que la forma en la que había estado viviendo se había hecho público.

No importaba donde fuera, todo lo que veía eran miradas tristes. Por eso me sentía agobiada.

<Huyamos.>

Me dejo criar por los villano, ¿que podría salir mal?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora