CAPITULO 34

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ALEXANDER
(tres días después)

Pongo la delicada pijama de seda en su cuerpo y trenzo su cabello para que pueda descansar cómoda

Pongo algo de música en la tele mientras veo a Lena descansar en la cama, lleva tres días inconsciente y a pesar de que hemos traído aquí a los mejores médicos, dicen que no saben el motivo del por qué no despierta

La han revisado y según ellos concretan que no le pasa nada, que está bien pero por algún extraño motivo está en un estado de coma momentáneo y eso me preocupa

No debí estar ebrio ese día, con la discusión y la reunión con Erick que fue una mierda, la aparición de Claire, la prensa, colapse y de la peor forma 

— no tenias que ver esa carpeta — digo a lena a pesar de que este inconsciente — en realidad algo me decia que algo como esto pasaria si la veias — digo suspirando algo triste 

desde que lena quedo inconsciente llevo peleado con lucas, el me culpa por lo que paso y yo tambien lo hago pero es algo que tarde o temprano pasaria, lena tendria que saber la verdad sea como sea 

— hola papá — dice Damián entrando en la habitacion con su auto de juguete mientras ve con tristeza a su madre — mami es muy hermosa, parece la bella durmiente que se despierta solo con el beso del principe pero tu y mi otro papi no han logrado despertarla, de seguro mi tío Erick ya lo habria logrado — dice haciendo que me enfurezca con la sola idea de que ese idiota bese a mi mujer 

— si el la besaria entonces la convertiria en sapo, ademas ese imbecil no es tu tio — digo tenso 

Damián sonríe con malicia y ya me hace creer que lo hace a propósito 

— mami, cuida mi auto — dice dejando su auto de juguete al lado de lena, y sale de la habitacion 

me quedo de nuevo a solas con ella viendo como su pecho sube y baja, a veces lagrimas recorren sus mejillas, siempre trato de limpiarlas, no se el lio que abra en su mente pero necesito que despierte para poder dormir, para poder respirar con tranquilidad 

la puerta es abierta y es lucas quien entra pero no me mira, ni siquiera me dirige la palabra, solo pasa de largo hacia donde lena y se sienta al otro lado de ella para acurrucarse un poco con su cuerpo y sentir el calor que emana su cuerpo 

los anillos de compromiso de lena relucen en sus dedos y tomo mi telefono undiendole al mando para ver como esta el sistema 

los anillos de lena cuentan cada uno con un GPS de rastreo, microfono de lo que pasa a su alrededor y nuestras dos armas mas peligrosas 

las dos bombas explosivas mas grandes que hemos creado lucas y yo

estas aun no tienen un nombre seguro pero estoy seguro de que pronto quedara definido 

—¿quien mierda son ustedes?— dice la voz de lena pero con... un toque algo distinto 

inmediatamente me levanto de golpe y la veo pararse de la cama algo asustada, la miro algo confundido ya que ella...¿no es lena?

¡que mierda dices Alexander, obvio que es ella! 

lena se para de la cama bruscamente y algo confusa, lucas y yo cruzamos miradas, ambos con la misma duda en los ojos 

—¿de que hablas lena?— dice lucas confundido, lena toma uno de los vasos con agua que deje en la mesita de noche cada noche para ella en caso de que despertara y no estuviera cerca, lena estrella el vaso contra la mesita de noche y alza un pedazo de vidrio hacia nosotros 

— quiero nombres — dice con cara de duda 

— Lucas y Alexander Walker, somos tus prometidos — digo con el ceño fruncido haciendo que de un paso hacia mi, el aura dominante que destila hace que mi cuerpo sienta una extraña vibra recorrerlo y sienta las ganas de poseerla en cada maldito momento, al sentirla asi, su vibra, su olor, su mirada...

La tentación de los WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora