Alice
-¿Cuál es tu tipo de mujer?- pregunté, levantando una ceja mientras jugueteaba con el lápiz entre mis dedos y movía la hoja de papel en mi otra mano.
-¿Estás tratando de conquistarme, cabeza de león?- se burló, girando sobre sus talones para enfrentarme- Déjame decirte que tú no cumples con mis expectativas.
-Pues créeme que tampoco estoy interesada en ti- respondí, apretando los dientes y rodando los ojos en frustración.
¿Quién se creía que era? No era tan guapo como para que me gustara. Era un idiota y un egocéntrico que pensaba que todas las mujeres estábamos a sus pies solo por existir.
Sí, era rubio, de ojos grises, con rasgos faciales envidiables, parecido a un protagonista de novela- aunque si lo fuese- pero eso no era suficiente para que cayera ante sus pies.
-¿Entonces, para qué quieres saber cuál es mi tipo?- preguntó, sin levantar la vista de los papeles que estaba revisando detrás del escritorio.
Me senté en el sofá, observándolo con una sonrisa astuta.
-Estuve pensando... Cuando leí sobre el libro, decía que contenía romance. Siendo tú el protagonista, tienes que encontrar a tu otra mitad. Yo te ayudaré, siendo tu cupido.
Él levantó la vista, sus ojos grises brillando con escepticismo detrás de sus gafas.
-Lo único que tienes igual a Cupido es el cabello rojo- dijo con seriedad, cambiando de carpeta- De ahí en más, no les veo otro parecido.
-Bueno, quizás no tenga alas, pero puedo tener un ojo para detectar a la persona perfecta para ti.
Él frunció el ceño, concentrado en sus papeles.
-No necesito tu ayuda. Estoy bien solo.
-Idiota- murmuré por lo bajo, sacudiendo la cabeza- Sea como sea, confíes en mí o no, seré tu cupido para que encuentres al amor de tu vida.
Él siguió escribiendo, sin levantar la vista.
-Ya me diste algo que me puede ayudar- continué- Siempre que veas a tu chica en este libro, la verás rodeada de flores y brillo, ¿verdad?
Asintió con la cabeza, sin mirarme.
-¿Y qué? ¿Me llevarás por todo el mundo mirando a todas las mujeres hasta que la encuentre?- preguntó, incrédulo, mientras escribía.
-No exactamente- respondí, sentándome en el suelo para apoyar la hoja sobre la mesa- Pero para evitar eso, necesito saber cuál es el tipo de chicas que te gustan.
Levanté la vista hacia él, expectante.
-Vamos, Thaddeus- insistí- No puedes esconderte eternamente detrás de esas carpetas. Me dijiste que este mundo era diferente acerca del amor. Hazlo, cumple tu promesa.
-Vale- dijo, dejando las carpetas a un lado y sentándose en el sofá cerca de mí- Mi tipo ideal tiene que tener cabello lacio, el color no importa. No quiero ojos verdes, ni pecas. Y tampoco quiero que su cabello parezca el de un león... ni que hable mucho- Me miró con una sonrisa pícara- Y, por supuesto, no quiero que me llame idiota cada cinco minutos.
Fruncí el entrecejo, ofendida.
-¡Oye! Estás describiendo todo lo contrario a mí.
Sonrió, disfrutando de mi reacción.
-Es porque quiero que mi alma gemela no sea igual a ti- explicó- Imagina tener que soportar a alguien como tú por mucho tiempo. Sería insoportable.
-Eres un ingrato. Estoy tratando de ayudarte a encontrar el amor- me queje entrecerrando los ojos.
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¿Me voy o me quedo?
RomanceAlice va a la nueva librería de su ciudad, se lleva a casa un libro que le llamo la atención y del cual nunca había escuchado hablar, ¿qué pasa cuando ese libro hace que te conviertas en su protagonista? Un mundo donde ahora ella es la aprendiz del...