Adam y Lute despertaron en el salón de reuniones, justo el día en que se llevaría a cabo la primera conversación con Charlie. Aún un poco mareados por el viaje temporal, se sentaron mientras se recuperaban. Al revisar la hora, notaron que faltaban 15 minutos para que la hija de Lucifer llegara. Ambos se miraron, comprendiendo que necesitaban planificar con cuidado cómo actuarían esta vez. En ese momento, Lute observó un libro en la mesa y, curiosa, lo tomó. "Adam, mira esto", le dijo, mostrándole lo que había encontrado.
El libro tenía una nota pegada en la portada, escrita por Dios mismo. Decía: "Este libro les será útil. Entréguenselo a mi nieta cuando sea el momento adecuado. Y no se preocupen, les mandaré más cosas después". Adam y Lute se miraron con escepticismo. Al mirar el título del libro, ambos se quedaron en silencio: "Manual del Buen Exterminador". La portada mostraba a un ángel atravesando a un demonio con su lanza.
Lute levantó una ceja. "¿Esto le vamos a dar a la princesita?" preguntó, algo divertida, mientras hojeaba el contenido. "Supongo que será... educativo", respondió Adam, soltando una risa sarcástica. Mientras esperaban, abrieron el libro.
Por otro lado, Charlie llegó al edificio de la embajada del Cielo, emocionada por la reunión que había organizado. Sin embargo, al entrar, se dio cuenta de que el lugar estaba completamente vacío. Saludó al aire, y al no recibir respuesta, entró en la sala de reuniones. Todo estaba oscuro hasta que, de repente, las luces se encendieron, revelando a Adam y Lute sentados al otro lado de la mesa. Ambos parecían algo agitados, pero fingían calma.
Charlie saludó alegremente, pero fue recibida por un comentario sarcástico de Adam. Él le extendió la mano, pero al intentar estrecharla, la mano de Charlie atravesó su figura. Era solo un holograma. Adam soltó una carcajada, y Lute le dio un codazo en señal de que se controlara.
"Deja de hacerte el payaso", le dijo Lute con una sonrisa. Adam, ignorando la broma, se inclinó hacia adelante. "Bueno, princesita, dinos, ¿por qué querías hablar con nosotros?", preguntó con cierto desdén, pero manteniendo la compostura.
Charlie tomó una profunda respiración y comenzó a explicar su plan. "He estado pensando... la sobrepoblación en el Infierno es un problema real. Y creo que podemos solucionarlo redimiendo a los pecadores. Quiero darles una segunda oportunidad. Puedo reformarlos, puedo ayudarlos a cambiar".
Adam, sin pestañear, la interrumpió. "¿Redimir pecadores? ¿Por qué deberíamos hacer eso? Nosotros ya nos encargamos de ellos. No es necesario tu plan", dijo mientras se volvía hacia Lute. "¿Tienes algún problema con exterminar demonios, Lute?"
"Para nada", respondió Lute, mirando a Charlie. "Lo hago con gusto". Adam se volvió de nuevo hacia Charlie. "¿Ves? No tenemos problema con seguir exterminando. Así que dime, princesita, ¿de verdad crees que tu plan tiene sentido?".
Charlie, con los ojos brillando de determinación, insistió. "¡Pero eso está mal! Los demonios son mi gente. Hay almas buenas en el Infierno, al igual que en el Cielo".
Lute negó con la cabeza. "No, Charlie. Ellos tuvieron su oportunidad, y la perdieron. Esas 'almas buenas' no existen. Ya no".
Charlie se mantuvo firme, sacando algunos de sus dibujos que ilustraban su plan para un Hotel de Redención. "Ya hay algunos que lo están intentando. Solo necesitan tiempo. Ya han comenzado a cambiar".
Adam, con una risa seca, le respondió: "¿Y dónde están esos milagros de los que hablas? Porque aquí no veo a ninguno. Princesita, ¿no será que todo lo que tienes son solo... dibujos?"
Charlie, con la respiración pesada, trató de mantenerse tranquila. Pero no pudo evitar sentir que la conversación estaba escapando de su control. "¡Por favor! Solo denme una oportunidad. Puedo hacer que funcione, lo prometo".
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Sombras del Cielo y el Infierno
ActionAdam y Lute son enviados al pasado con la misión de corregir los errores que llevaron a la guerra entre el Cielo y el Infierno. El equilibrio entre ambos reinos no depende solo de su poder, sino de decisiones difíciles que enfrentarán a ellos y otro...