—Me parece que ya ha comenzado el banquete —dijo Ron, dejando su baúl al principio de los escalones y acercándose sigilosamente para echar un vistazo a través de una ventana iluminada—¡Eh, Harry, Law, vengan a ver esto... es la Selección!—
Se acercaron a toda prisa, y juntos contemplaron el Gran Comedor.
Sobre cuatro mesas abarrotadas de gente, se mantenían en el aire innumerables velas, haciendo brillar los platos y las copas. Encima de las cabezas, el techo encantado que siempre reflejaba el cielo exterior estaba cuajado de estrellas. A través de la confusión de los sombreros negros y puntiagudos de Hogwarts, Law vio una larga hilera de alumnos de primer curso que, con caras asustadas, iban entrando en el comedor. Ginny estaba entre ellos; era fácil de distinguir por el color naranja intenso de su pelo, que revelaba su pertenencia a la familia Weasley.
Mientras tanto, la profesora McGonagall, ponía el famoso Sombrero Seleccionador de Hogwarts sobre un taburete, delante de los recién llegados.
Law recordó un recuerdo amargo, normalmente la selección inicial es un recuerdo preciado de los alumnos, la selección de Law fue sumamente desagradable para el, el momento en donde toda la escuela se puso de acuerdo inconscientemente para despreciarlo en su primer año, era un alivio que la situación se haya calmado al final del año.
Habían llamado a un niño muy pequeño, de pelo rubio, para que se pusiera el sombrero. Law desvió la mirada hacia el profesor Dumbledore, que se hallaba contemplando la Selección desde la mesa de los profesores, con su larga barba plateada y sus gafas de media luna brillando a la luz de las velas.
Varios asientos más allá, Law vio a Gilderoy Lockhart, vestido con una túnica color aguamarina. Y al final estaba Hagrid, grande y peludo, apurando su copa.
—Espera... —dijo Harry en voz baja—Hay una silla vacía en la mesa de los profesores. ¿Dónde está Snape?—
—¡A lo mejor está enfermo! —dijo Ron, esperanzado.
—¡Quizá se haya ido —dijo Harry—porque tampoco esta vez ha conseguido el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras!—
—O quizá lo han echado —dijo Law con entusiasmo—Como todo el mundo lo odia...—
—O tal vez —dijo una voz glacial detrás de ellos—quiera averiguar por qué no han llegado ustedes tres en el tren escolar—
Se dieron la vuelta y allí estaba Severus Snape, con su túnica negra ondeando a la fría brisa. en aquel momento sonreía de tal modo que Law, Ron y Harry comprendieron inmediatamente que se habían metido en un buen problema.
—Síganme—dijo Snape.
Sin atreverse a mirarse el uno al otro, Law, Harry y Ron siguieron a Snape escaleras arriba hasta el gran vestíbulo iluminado con antorchas, donde las palabras producían eco.
Un delicioso olor de comida flotaba en el Gran Comedor, pero Snape los alejó de la calidez y la luz y los condujo abajo por la estrecha escalera de piedra que llevaba a las mazmorras.
—¡Adentro! —dijo, abriendo una puerta que se encontraba a mitad del frío corredor, y señalando su interior.
Entraron temblando en el despacho de Snape. Los sombríos muros estaban cubiertos por estantes con grandes tarros de cristal, dentro de los cuales flotaban cosas verdaderamente asquerosas, cuyo nombre en aquel momento a Law no le interesaba en absoluto. La chimenea estaba apagada y vacía. Snape cerró la puerta y se volvió hacia ellos.
—Así que —dijo con voz melosa— el tren no es un medio de transporte digno para el famoso Harry Potter, un miembro de la suprema familia Waters y su fiel compañero Weasley. Querían hacer una llegada a lo grande, ¿eh, muchachos? —
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Law Waters y la Cámara Secreta-Blue Eyes Kid.
FantasyLaw paso las vacaciones explorando el castillo de Hogwarts esperando el regreso de sus amigos, al comienzo de un nuevo año escolar Law y los demás no se imaginaban que tambien seria el comienzo de nuevos desafíos a los que enfrentarse. (Harry Potter...