Prometo siempre odiarte, MI AMOR

Monte Carlo

Geniéve

Llame a mi hermana mayor desesperada.

Tal vez ella sabría que hacer, seguramente algo se podía hacer.

Seguramente puede parecer que me estoy ahogando en un vaso de agua, pero no es grato que a diario salga tu nombre en internet con los peores titulares acompañados de fotos en donde alcanzo a taparme apenas, la gente opinando si soy una zorra, criticando incluso a hasta mis padres por "la falta de ética y moral".

Y no voy a mentir, me causa un poco de conflicto dado que Ares salió bien librado de esto, en las fotos solo se logra ver su espalda, en algunas cuando voltea el flash bloquea por completo su rostro.

No debería tener esa sensación pero, es injusto, ambos nos metimos en esto y la única señalada soy yo.

-¿Que hago Celine?.- pregunté por el teléfono llevándome las manos a la boca

-Tranquila ¿Si? Hablé con Adisson y esta tratando de minimizar a la prensa en Nueva York, Dominic ha hablado con algunos periodistas de Mónaco, amenazó con vender la exclusiva de nuestra boda si sacan algún tipo de información relacionado contigo.

-¡Gracias,gracias!¡Les debo una y dile a Dominic que doblemente gracias!.- suspiré aliviada

Ya era algo, habíamos pasado de que que la bala me diera directo en el cráneo a que fuera una herida superficial.
Creo

-¿Que te dijo?.- me preguntó Ares levantándose de mi sala

-Me está ayudando a minimizar a prensa,bueno, ella, su novio y sus amigas.-

-Es la mejor cuñada.- sonrió y volvió a abrazarme.-Todo estará bien, la próxima semana nadie recordara esto.

Mis padres jamás estuvieron de acuerdo con mi relación.

Ares no venía de una familia de alto prestigio y buen estatus, no como con las relaciones de Céline y Clarisse.

Céline la más grande, se enamoró de Dominic Mleux, hijo de los dueños del 40% de Mónaco y socios de una gran parte de la escudería italiana Ferrari, formalizaron su compromiso hace 3 meses y se encuentran planeando una lujosa boda en Grecia.

Clarisse, la que sigue, se dejó conquistar por Luca Monet, a sus 30 años dueño de una de las mejores marcas de ropa de lujo en Francia.

Y luego estaba yo, dejándome impresionar por un músico de bajo presupuesto en palabras de mi madre; al principio se negaron a que siguiera con él, pero en más de tres veces supieron que me escapé con Ares.
Mi papá se dio por vencido al saber que no sería fácil alejarme de Él y no tuvo más remedio que aceptar y darme esa charla, me dijo que tendría su permiso siempre y cuando terminara la carrera y respetará las reglas de la casa.

No era ningún secreto que odiaban a Ares, pero aún así intentaron "llevarse bien" con mi novio, claro que bajo la amenaza tanto para él como para mí •Un paso en falso y se acaba, no quiero escandalos•

Habíamos sido lo suficientemente cuidadosos durante casi dos años, cero escándalos, cero polémicas, incluso cuando Ares salía públicamente conmigo, se veía a obligado dejar su atuendo de chico malo y vestirse un "poco más a la altura".

Mi hermana menor Gigianni de tan solo 17 años ha sido la principal juez de mis actos.

Hasta ella tiene mejor sentido común según mi madre.

Gigi siempre dice que como es que me fijé en alguien así, ella no podría hacer lo mismo que yo.

Siempre que la invitan a salir primero se fija en si están a su Nivel, bien ahí madre.

Pero siempre hay una oveja negra en la familia ¿Cierto?

Ares y yo seguíamos abrazados en la sala cuando escuché la puerta principal abrirse, algo en mi presentía desastre, escuché la voz alterada de mi papá.

¡Oh no, finalmente había llegado ese momento!

-Suelte inmediatamente a mi hija.- dijo corriendo hacia nosotros e interponiendose.

-Papá....- traté de explicar y mis ojos ya estaban llenos de lágrimas

-Creí haber sido muy claro señor Savant, le di mi voto de confianza, lo acepte en mi casa ¿Y esto es lo que recibo de usted?.- dijo apuntándole con el dedo

Yo trataba de hacer que me volteara a ver jalandolo del brazo, pero mi papá solo irradiaba furia esperando una respuesta de Ares.

-Señor...lo lamentamos, no era mi intención exponer de esa forma Geniéve.-

-¡PERO LO HIZO SAVANT!¿SABE LO QUE DICEN DE ELLA?¿YA SE TOMO EL TIEMPO DE LEER A LOS MEDIOS? .-Exploto tomando el adorno que estaba en la mesita de sala y aventandolo al piso.- ¡No quiero volver a verlo por aquí!

-Papá...- nuevamente rogué

-¿!QUE NO ME ESCUCHO!?¿O QUIERE QUE YO MISMO LO SAQUE DE MI CASA?

-No papá....por favor, escúchame.- dije poniéndome al frente, entre Él y Ares

-Disculpeme señor, de verdad lo lamento, pero no pienso dejar a Gen.-

-Es que no es pregunta, ni opción, las reglas estaban claras desde el principio, usted falló, usted se larga.
Ha perdido todo tipo de consideración de mi parte, no es más que un vulgar y corriente, si sabe lo que le conviene Savant, va a dejar en paz a mi hija.

-No puedes... Papá.. yo lo am... .-

-¡Cierra la boca Geniéve!

-No le hable así .-

-¡Tú, maldita rata de la fama, no eres quien para decirme que hacer, Y MENOS EN MI CASA! .- Hizo un lado de Geniéve para tomarlo del cuello

-¡Ya basta!.- interfirió mi madre.- Alessandro, no te metas en un problema, y usted Savant, salga inmediatamente de mi casa si no quiere consecuencias más graves.

-Esta bien, me voy a ir, pero eso no significa que voy a dejar en paz a Gen, la amo y voy a hacer todo lo posible por estar a su altura.-

-¡Ni volviendo a nacer maldito corriente!.- grito Gigi detrás de mi madre

-Gigi.- dije entre lágrimas

Cuando Ares salió de mi casa supe que vendría el verdadero regaño.

-¿En qué carajo estabas pensando Madelaine?.-

Papá no suele usar mi primer nombre y cuando lo hace eso solo significa problemas.

-Ni siquiera estaba pensando papá, lo siento, de veras lo siento.- dije tratando de defenderme

¡Oh no!

Papá volteo a darme una mirada, una de la que jamás había sigo testigo, era una mezcla entre decepción y desprecio, tristeza, coraje, no lo sé, pero dolía, y dolía bastante.

-¡No quiero verte! .- dijo un tanto derrotado .- Y creo que está más que claro que no tienes permiso de volver a ver a ese tipo.

Vi como papá entraba a su estudio y desaparecía de la sala, detrás de mi sentí el juicio de mi hermana y mi madre.

No supe que hacer con las emociones que tenía y lo que salió de mi fue llanto.

Aunque no esperaba un aplauso, tampoco esperaba ser juzgada de esa forma por mamá.
Subí con la vista nublada hacia mi habitación.

Cómo todo una escena de película yacía yo en la cama llorando como toda una Magdalena, pensando en que pasaría con mi vida, con mi relación con Ares, pero sobre todo en la relación con mis padres.