Celos

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Seguía sin tener mis pensamientos claros.

El brazo fuerte y grande de Bastian seguía en mi cintura jalandome hasta la entrada.

Al salir sentí como el aire azotaba mi cara, no sabía si estaba temblando por la adrenalina o por el viento.

-¿Qué carajo estabas haciendo aquí Geniéve?.- habló tranquilo volteandome a ver.

En ningún momento su mano dejo mi cintura. Yo solo volteé asustada a verlo, parpadee algunas veces antes de que pudiera contestar.

-Yo....- mi voz temblaba y no sabía dónde poner mis manos.

Logré ver cómo Bastian se quitaba el saco para después ponerlo sobre mis hombros y abrazarme.

Seguía temblando aún en las manos de Bastian.

De pronto el bullicio se hizo presente en la entrada del lugar.

"Maldita se Ares basta" "No provoques un escándalo" "Ares controlate"

Inmediatamente volteé hacia la puerta del lugar y vi como Ares salía con sangre proveniente su labio.

Se paró en seco cuando me vio envuelta en los brazos de Bastian.

-¿Regresaste por más Savant?.- escuché su voz ronca mientras su pecho pegado a mi mejilla subía y bajaba rápidamente.

En un impulso por no empeorar las cosas me aferre a la camisa de Bastian cuando sentí que iba con Ares.

-¡Ya todo me quedó bastante claro!.- soltó Ares volteando a verme.

Sus ojos me gritaban decepción y tristeza.

Mis lágrimas empezaron a salir descontroladamente mientras veía como Savant regresaba al lugar.

La voz de Bastian me saco del trance.

-Sube al auto Gen.- trato de ayudarme.

En ese momento mi mente empezó a recapitular todo lo que había pasado.

-¡No me toques!.- le grité

Lo cual es tremendamente irónico dado hace unos segundos me había aferrado a él.

-Geniéve, por favor, solo sube al auto.- trato de sonar tranquilo mientras me abría la puerta.

-¡Pudrete!.- solté llorando mientras caminaba hacia mi auto.

Aún había algunos espectadores que nos miraban confundidos.

-¡Con un cajero Geniéve, sube al maldito auto, no me obligues a ir por ti!.- dijo dándole una fuerte palmada al cofre de su lujoso coche.

Me pare en seco cuando escuché la voz de Bastian gritonearme,pero trate de seguir caminando, aunque no por mucho.

Escuché los pasos apresurados de aquel hombre que le había roto el labio a mi ex, enseguida sentí como sus dos manos tomaron mi cintura y me giraron para encararme con él.

-Necesito llevarte a tu casa, no te voy a dejar sola.-

Su voz está vez era serena y hasta cierto punto suave. Lo que decía parecía más una suplica que una orden.

-Yo puedo irme sola, no te quiero cerca de mi.- trate de zafarme de sus manos.

-Es la última vez que lo pido por las buenas Geniéve.- dijo serio.

Al no recibir respuesta de mi parte, sus manos me acercaron más a él. Una de sus manos permaneció en mi cintura y la otra se fue hasta mis piernas dándole facilidad para cargarme.

Prometo siempre odiarte, MI AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora