Ricky salió de su casa sin saber exactamente hacia dónde iba. Sus pasos eran rápidos y erráticos por lo que el frío de la noche apenas lo tocaba. Sentía la garganta cerrada y su corazón palpitaba con fuerza, como si en cualquier momento fuera a saltar de su pecho. No había podido sacarse de la cabeza lo que Jeonghyeon le había confesado por mensaje y ahora mismo no podía enfrentar a ninguno de sus amigos. No podía con eso. Se detuvo en frente de la casa de Seunghan con su mente aún nublada. No sabía por qué había ido allí, pero en el fondo sentía que si había alguien que podía soportar todo eso, ese era Seunghan. Sin pensar demasiado, levantó la mano y tocó el timbre.
La puerta se abrió apenas un momento después. Seunghan apareció vestido con una camiseta simple. Parecía haberse duchado hace poco. Sus comisuras elevadas dejaron de estarlo y su rostro se contrajo de inmediato al ver el estado de Ricky.
―¿Ricky? ―. Dijo con voz suave, visiblemente preocupado.
Ricky no respondió. En cambio, apenas lo vio, su cuerpo cedió, su mente dejó de pensar y simplemente se dejó caer en los brazos de Seunghan. El pelinegro lo atrapó sin dudar, abrazándolo fuerte contra su pecho, desconcertado pero sin decir nada. Solo lo sostuvo, esperando a que Ricky hablara, a que dijera algo. Pero no lo hizo.
―Hey, cielo ―. Susurró Seunghan, apoyando su barbilla sobre la cabeza de Ricky ―. ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
Ricky no respondió. Su respiración era pesada y sus manos temblaban mientras apretaba la tela de la camiseta de Seunghan, como si soltarlo significara romperse en mil pedazos.
―Vamos adentro ―. Dijo el chico, guiándolo suavemente al interior de la casa y cerrando la puerta detrás de ellos.
Lo llevó hasta el sofá, donde se sentaron uno al lado del otro. Seunghan seguía con una mano sobre el hombro de Ricky, esperando pacientemente. El silencio en la sala era abrumador. Ricky no sabía por dónde empezar, ni siquiera si debía hablar. Pero el nudo en su pecho no dejaba de crecer.
―¿Ricky? ―. Volvió a preguntar, pero esta vez más serio ―. Me estás asustando. Dime algo, por favor.
Ricky respiró hondo, tratando de encontrar las palabras, pero todo se sentía mal. Su voz salió ronca, casi irreconocible.
―No... no sé cómo decirlo.
Seunghan frunció el ceño claramente más preocupado que antes. Se inclinó un poco más hacia él.
―Lo que sea que te esté pasando, no tienes que enfrentarlo solo. Estoy aquí ¿Vale? Pero necesito que me digas qué está mal.
Ricky bajó la mirada viendo cómo sus manos seguían temblando. Cómo se supone que le diría eso a alguien. La sensación de ahogo en su garganta crecía con cada segundo.
―Es... Ma-Matthew ―. Murmuró, aunque apenas le salieron las palabras.
Seunghan entrecerró los ojos, concentrándose en lo poco que Ricky había dicho ¿Qué había pasado con él? ¿Acaso intentó hacerlo de nuevo? ¿Los médicos habían dado malas noticias? Era abrumador lo que Seunghan estaba sintiendo en ese momento.
―Ri ¿Qué pasó con Matthew?
Ricky se llevó las manos a la cabeza, sus dedos se entrelazaron en su cabello. Su respiración se volvió más irregular y Seunghan sintió el impulso de volver a abrazarlo.
―No... no puedo... ―. Balbuceó, intentando controlar el caos en su mente ―. No puedo con esto... es demasiado.
Seunghan extendió una mano, acariciando con cuidado la espalda de Ricky.
―Tranquilo... lo que sea, podemos manejarlo. Pero necesito que me digas qué pasó.
Ricky respiró profundamente y cerró los ojos. El silencio los abrazó de nuevo, pero esta vez más pesado; mientras Seunghan esperaba, su mano todavía seguía sobre la espalda de Ricky. Después de lo que pareció una eternidad, Ricky murmuró algo apenas audible.
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School Days » ZB1 & RIIZE
Fiksi Penggemar¿Qué pasa cuando un grupo de chicos se unen para destruir la escuela porque no soportan el reglamento estudiantil? ―¡Jiwoong, lo de incendiar la escuela era un chiste!