contrapunto.

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Eren.

¿Qué carajo había sido eso?

Los últimos minutos que habían pasado comenzaron a repetirse en mi mente como si fuera alguna clase de broma cruel de mi subconsciente.

Salgo casi corriendo del marco de la puerta cuando veo Nerea darse la vuelta para salir del salón. Originalmente no tenía planeado espiar su conversación con Ackerman. Únicamente me había quedado apoyado sobre el concreto al lado de la puerta para esperarla e ir juntos a la cafetería, pero fue imposible no seguir oyendo cuando comenzó a reclamarle el por qué salía conmigo.

Luego seguí escuchando. "Regresé por ti", cada palabra que Ackerman soltaba comenzaba a tomar sentido en mi cabeza. Como si se trataran de las piezas faltantes de un puzzle.

Él y Nerea salían. Él era con el que rompió el día de la presentación en la cafetería. Él había sido el hijo de puta que la dejó llorando ese día debajo de la lluvia y por el que terminó en el hospital.

Sin darme cuenta había apretado tanto los puños de camino a la cafetería que cuando me vi las palmas, estas se habían tornado blancas por el flujo de sangre interrumpido. Masajeo mis manos entre sí para aliviar un poco la sensación de adormecimiento mientras intento despejar mi mente.

Estos últimos días había estado pensando en cómo era mi relación con Nerea al inicio de conocernos. Ella salía con alguien y yo estaba aún lleno de rencor por la humillación que recibí por parte de Mikasa y Marco en Los Ángeles. Siempre me pregunté inconscientemente quién podría ser el ex novio de Nerea. No podía ser nadie de su círculo de amigos, Ymir ya lo hubiera delatado casualmente cada que lo insultaba y decía las mil formas en la que lo haría sufrir una vez que terminaron, pero ella tampoco sabía quién era así que eso hacía el trabajo más difícil. En mi mente jamás se cruzó la posibilidad de que podría ser Ackerman. Es decir, el tipo tendrá más de treinta, tiene una personalidad de anciano de ochenta años y Nerea es todo lo contrario. No había forma de relacionarlos.

Pero ahora todo tiene sentido. Las veces que sentí a Nerea nerviosa cada vez que estábamos en clases con Levi, no eran por sentirse intimidada con ese anciano gruñón. Era porque salió con él.

Estoy por pararme del sitio en donde me había sentado para salir a tomar un poco de aire pero veo a Nere entrando a la cafetería. De inmediato desvío la mirada y pretendo estar concentrado en los hilos sueltos de la manga de mi sudadera.

De repente comienzo a sentirme muy nervioso y mi estomago daba vueltas. No sabía si era por la reciente revelación que no me dejaría pensar tranquilo hasta que lo escuche de los labios de Nerea o si era porque no había desayunado.

—¿Quieres que pida algo para que comas? —dice de repente esa melodiosa voz por la que últimamente perdía la cabeza mientras siento sus brazos rodear mis hombros desde atrás.  

—S-sí, el sándwich que tú pidas está bien, yo te espero aquí. —suelto nervioso mientras acaricio una de sus manos con delicadeza y la acerco a mi boca para depositar un beso en el dorso.

—Ya vuelvo.

Una vez Nerea se aparta de mi, deja su bolso en la mesa en donde nos habíamos acomodado y se va al mostrador para comprar los sándwiches.

Me sentía intranquilo, una sensación incómoda que no podía sacudirme, y no era por Nerea, aunque también había algo de eso. Era más bien por la situación en sí, por tener que convivir con alguien que había sido responsable de tanto dolor en Nerea. No se trataba solo de la rabia o el enojo que sentía hacia él, sino de la imposición silenciosa de tener que mantener una fachada de respeto, como si nada hubiera sucedido. Era difícil ignorar lo evidente: esa persona había lastimado a Nerea, y yo me encontraba en medio de la necesidad de mantener la calma, de no mostrar abiertamente lo que pensaba.

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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bad guy | eren jeager. (oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora