dope and diamonds 💎 [ hyunin ]

ocho 💎

Holi
Antes que nada, me gustaría
que leyeran lo siguiente:

Quería pedir disculpas primero por la tardanza
y segundo por el capítulo anterior.

Normalmente cuando quiero escribir algo, tengo la idea y algunas situaciones específicas que quiero que sucedan en la trama pero nada más, lo demás va saliendo mientras escribo y normalmente depende de mi estado de ánimo o de lo que estoy escuchando y demás. No era para NADA la idea principal que hubiese escenas de muerte o violencia tan explícitas como en el capitulo pasado, por lo que en ningún momento se me ocurrió poner advertencias.
Unos días después de subirlo releyendo me di con que quizás fue medio fuerte, y a pesar de que el capítulo me gustó, debería haber puesto las advertencias mucho antes.
De igual forma, trataré de que los siguientes no sean así de explícitos y tendrán las advertencias tanto en la descripción como en el inicio del capítulo.

Y después la tardanza, estos meses últimos del año siempre se me complican con actos escolares, teatros de fin de año y un sinfín de cosas de madre que siempre suelo contar, espero liberarme un poco pronto.

Ahora sí:

Cuando ve a Hyunjin llegar al restaurante a media mañana, suspira de alivio. Ha intentado por horas darle una respuesta a sus cientos de interrogantes y aún no ha logrado encontrar ninguna.

Quiere entender el vacío que siente en el pecho y la preocupación que lo está carcomiendo.

Aún siente la piel erizada desde el día anterior, cuando presenció en primera fila la destrucción del niño lindo y tierno que creyó que era Jeongin.

Minho sabía que su vida no era color de rosas, todos ahí sabían la situación de Jeongin. Sin embargo, también lo habían visto siendo risueño, sarcástico y maleducado; una combinación que con esa cara tierna daba como resultado a un espécimen divertido, fuerte y resiliente.

Jamás imaginó el desastre en el que se podía convertir.

El grito del menor los asustó a todos, comenzó a llorar con ganas, con ruido, con un dolor tan profundo que enrojeció su rostro y le causó dolor. Ese dolor, en un segundo pareció transformarse en odio, y el llanto, en gritos y gimoteos asustados. Jeongin había evitado cualquier toque con la intención de calmarlo, como si el contacto piel con piel le quemara más que el ardor en su pecho. Habían intentado hablarle, acercarse, pero Jeongin estaba abstraído en su mundo, perdido en su cabeza, asustado de todo el mundo alrededor.

Se preocuparon aún más cuando Jeongin comenzó a rasguñarse la cara y los brazos, cuando se levantó de la silla y comenzó a alejarse con miedo.

Minho acaricia su brazo, ahí donde una venda cubre la herida del primer plato que Jeongin tiró, el plato donde estaba su porción de tarta.

No fue el único, Jeongin se encargó de tirar todo lo que encontró en su camino, gritando y golpeando todo alrededor, totalmente enojado con lo que sea que estuviese pasando por su mente.

Fueron varios los que tuvieron que sostenerlo para frenar un poco la furia con la que Jeongin estaba destruyendo todo a su paso, recibieron rasguños, golpes y gritos.