Capítulos cortos. Lo sé (╥﹏╥)
Narrador:
- ¿Que dijiste, puta de mierda?!- rugió Enzo.Una avalancha de ofensas mezcladas con insultos se esparció en el aire como miasma. Una voz femenina contratacó en respuesta al insulto. Se hacía oír demasiado chillona, poco fluida y afónica. No lograba entenderse y asemejaba a la estática de un viejo televisor.
- ¿ Crees que soy imbécil? - exclamó el hombre, vociferando-¡¡¡Te ví con ese cerdo entrando al motel, maldita zorra!!!
La mujer grazno en respuesta desde la cocina.
- Espera un momento, alguien está en la puerta.- indicó el sujeto. Por unos instantes hubo tranquilidad y luego un fuerte estruendo-¡¡¡Cierra la boca!!! ¿¡no escuchas que alguien toca la jodida puerta?!
Otra sarta de maldiciones volaron en el aire mientras el sonido de los toscos zapatones se hacían cercanos a la entrada.
- ¡Puta cerda, he dicho que están tocando a la puerta! ¿¡No puedes cerrar el hocico por un segundo?!- rugió liberando el cerrojo y abriendo de golpe.
- ¡Oh! ¡Nathaniel!! - exclamó el hombre cambiando de golpe su semblante colérico por uno de asombro- ¿Que estás haciendo aquí...?
- Papá...
Los pantalones de Nae escurrían agua que terminaba desembocando en sus zapatos. El chico temblaba ligeramente. La noche se cernía sobre las calles y para colmo estaba lloviendo torrencialmente. Había huido de su casa como única alternativa para escapar del desquicio de su madre y apenas había recordado tomar un paraguas.
- Papá, yo...- titubeó - Mamá está mal... de nuevo y quería saber si...
- Nathaniel, hijo... -el padre molió sus dientes y vaciló su mirada inquieto.- Sabes que no puedes quedarte aquí.
- Lo sé...pero...
- ¿¿¿Quien está allí, Enzo??? - exclamó una mujer de cabellos rojizos desteñidos y largas uñas postizas que emergió tras la espalda del hombre- Ah! Miren quién es. ¡Lo que faltaba! ¿Que hace él aquí si sabe que no hay espacio en esta casa para otra boca más?
-¡¡¡ ¿Mujer, no puedes callarte un maldito segundo?!!!- gritó- Hijo...- la voz del hombre intentó suavizarse, aunque en vano- La situación es complicada justo ahora. Deberías volver a casa con tu madre y intentar entenderte con ella.
Nathaniel bajó la mirada y cerró sus ojos. No podía volver a casa y no había forma de poder entenderse con su madre justo ahora.
-E-Enzo...- una voz quebrada y anciana se ubicó desde un diminuto cuchitril a lo largo del pasillo- ¿Enzo, quién está allí, hijo?
El padre se removió en el lugar y pellizco con ansiedad su puente nasal. La mujer de largas uñas se cruzó de brazos y taconeo hastiada.
- No es nadie...- respondió el nombrado.
- ¿Es Nae, verdad? Es mi nieto... Házlo pasar, hijo. Hace semanas que no veo a mi nieto. Por favor, Enzo... Deja pasar a Nae.

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Dogma Bully
RomansSi existe el infierno en la tierra, entonces Nathaniel vivía en él. Cada día representaba un suplicio y todo ello se lo debía de agradecer a Jonh Rick Maro, integrante del equipo de hockey de su colegio; su bullie y verdugo personal.