Comienzo; 1

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Entonces, Ford atravesó ese portal.
¿Ahora qué iba a hacer Stanley? No podía soportar la culpa de que, tras tantos años sin ver a su hermano, haberlo perdido, y sin saber siquiera si esta vez lo volvería a ver.

Muchas cosas aparecían en su cabeza, tantas que no podía dormir. Él necesitaba arreglar ese portal lo más rápido posible, necesitaba a su hermano devuelta, pero, ¿cómo mierda lo iba a arreglar? Nunca fue ni la mitad de inteligente de lo que es Ford, no entendía ni cómo se encendía esa cosa.
-Mierda... - exclamó mientras se intentaba recostar en el sofá de la casa de su hermano, ahora vacía.

Se sentía muy solo, más que antes, esta sensación no lo dejaba en paz, ¿cómo podía ser tan tonto para perder por segunda vez a Stanford? Era miserable.

Stan estaba resignado a dejar esa cabaña, no podía abandonar a su hermano como si nada, tenía que buscar alguna forma... algo iba a funcionar. Entonces decidió quedarse ahí, investigar y traer otra vez a Ford.

No conocía nada de tal lugar, la gente era... rara. Tampoco sabía cómo reaccionarían a alguien nuevo en la cabaña, entonces simplemente tomó la identidad de su gemelo, cosa que los demás ni percataron, según Stan todos ahí eran muy "idiotas", así que se adaptó rápido; para ganarse la vida abrió la tienda de misterios, y estaba realmente bien, pero su objetivo principal que era recuperar a su hermano no tenía avance, hasta que...

• Viernes 23:00 pm

El morocho se encontraba sobrepensando otra vez, escribiendo cosa tras otra sin llegar a nada, no sabía qué más hacer, pero, de repente escucho como tocaban la puerta desesperadamente.

- ¿Eh? ¿Quien viene a molestar a esta hora? - dice Stan acercándose a la puerta, la cual seguían golpeando - ¡ya voy! Puta madre.

- Amigo, por favor déjame pasar - dijo una voz temblorosa y con un acento inusual, ¿quién era esta persona?

Stan abrió la puerta, encontrándose a un flacucho rubio de su estatura, con aspecto bastante desarreglado y unos anteojos redondos - ¿Qué quieres? ¿No viste la hora que-

Fue interrumpido por el rubio, quien rápidamente lo sostuvo de los hombros - Ford, amigo, perdóname, no debí irme así sin nada, estaba preocupado, no te había visto hace meses, yo... lo que vi... ¡intenté olvidarlo! ¡Pero no lo logré! Sigue estando ahí, dime por favor que si destruiste esa máquina, por favor amigo, necesit-

- Eh... ¿de qué mierda estás hablando? Cálmate... amigo, no entiendo nada de lo que dices.

- Lo siento es que... no tengo mis cigarrillos.

- ¿Y por eso vienes como un loco a estas horas? ¿De qué carajo hablas? - le pregunta otra vez al rubio, el cual no respondió nada más. - Oye, ¿qué te pasa ahora?

El chico estaba mirando fijamente las manos del otro - Oh... no puede ser...

- ¿Eh? ¿Ahora que te pasa? Idiota, me haces perder el tiemp-

- Lo siento tanto, ¿dónde está tu hermano? - dice causando que el morocho lo mire con cara de confusión.

- Jej...¿Hermano? Yo no tengo ningún hermano.

- Reconozco la rareza de Ford desde China, esas manos no son suyas. - comenzó a hablar un poco más cuerdo - No te preocupes, ya sé quién eres, tu hermano me contó sobre ti.

- Eh... - no entendía nada - pero... ¿quién rayos eres tú?

- ¡Oh! No me presente, lo siento, empecemos de nuevo. Mi nombre es Fiddleford, fui compañero de trabajo de tu hermano, de hecho... somos muy buenos amigos.

- Entiendo... Bueno, Ford no está aquí.

- ¿No está? Que raro... él no suele salir, dime, ¿cómo está? Y... ¿qué haces tú aquí? Que yo sepa ustedes estaban...

- Distanciados.

- Si... no me digas que... ¿algo salió mal? - ante esa pregunta, Fiddleford notó que el morocho se puso incomodo - Oye... no te sientas raro, ¿puedes dejarme pasar, y hablar un poco mejor de esto? Creo que nos haría bien a los dos.

- Eh, si, está bien. - le dejo el paso a Fiddleford, quien entró como si fuera su propia casa - qué tipo raro... - murmuraba para sí mismo.

- Cuéntame, ¿Stanley, verdad? Ten confianza, si tu hermano es mi amigo tu también eh - dándole palmadas en la espalda - aunque... yo... le advertí. - Stan iba notando como los nervios del chico volvían.

- Oye, ¿amigo? Mantente relajado, toma, fuma algo así no te vuelves loco otra vez - le ofrece una caja de Marlboro y un encendedor - yo te explicaré mi parte.

- Muchas gracias amigo. - le dice para luego prenderse un cigarro, su mirada cambió totalmente.

- Bueno... hace mucho tiempo que no veía a Ford, por temas de familia ya sabes todo eso... pero el de repente me llamó y pidió que viniera hasta aquí, ¡pensé que buscaba volver a ser los mismos hermanos que éramos antes, pero no! Solo me quería usar para sus idioteces de siempre, entonces bueno discutimos y... el portal se encendió y... el se fue. No pude hacer nada para evitarlo. Eso es todo.

- Mierda... ¿por qué ese tarado nunca escucha a los demás? Yo le advertí, ese portal, todo lo que hay ahí... no... - su respiración empezó a ser más rápida, así que el morocho se acercó un poco y lo tomó de los hombros.

- Oye, calma, a mi tampoco me gustaba que él anduviera con esas cosas raras, sabía que algo sucedería... pero no entremos en pánico, todo tiene solución eh, cálmate.

- Está bien. Yo... le dije que debía destruirlo, por el bien de todos, pero nunca me escucho, es un tipo muy egoísta.

- Lo sé, desde niños siempre fue así.

- Y... ¿Qué haremos ahora?

- Yo... necesito ayuda, no puedo arreglar ese portal solo.

- Arreglarlo es una locura total, eso debería quedar apagado pero... si Ford está dentro... yo creo que... podría ayudarte. Todo por mi amigo... - dijo un poco desconfiado pero se notaba que hablaba sinceramente.

- Yo no quiero involucrar a nadie más... pero es que... nunca fui muy inteligente, no entiendo nada de esto, realmente necesito ayuda.

El rubio lo miro con ternura - Amiguito, no te preocupes, seré fuerte mentalmente y te ayudaré, ¿si? Ford debe volver.

- Si... solo un poco, no quiero que te sobrepases y termines más traumado.

- No te preocupes por mi. - le dio una linda sonrisa, provocando que el morocho se sienta como... ¿cómodo? No lo sabía, pero era una sensación bonita. - ya me voy a ir amigo, nos veremos luego, ten mi número.

- Bueno, ve. Gracias...

Lo acompaño hasta la puerta y se despidieron, Stan todavía pensaba que lo sucedido era bastante raro, pero le alegraba tener a alguien que lo ayudaría.

Gracias por leer 🫶🏻

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