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• Domingo 4am

Fiddleford y Stanley estuvieron muy concentrados en el trabajo durante lo que restó del día y no habían medido el tiempo que pasó.

- Stan, ¿vamos a dormir?

- Ve tu, estoy bien. - su boca decía una cosa y su cuerpo demostraba otra.

- Te duermes parado. Vamos, es muy tarde. - agarró el brazo del morocho haciendo fuerza para llevarlo

- ¡NO! ¡Suéltame!

- ¡Entonces hazme caso! Ambos estamos agotados, tanto tú como yo debemos descansar.

Stanley suspiró y lo miro mal, así como los niños cuando los regañan.

- Bien, iré. - Se dejo agarrar por el rubio que seguía sujetando su brazo para llevarlo cuidadosamente hacia arriba.

Llegaron a la habitación de Ford, la cual no había sido tocada desde que él se fue.

- No quiero dormir aquí, quédate tú mejor - dijo Stan

- Si lo harás, el sofá no es un lugar cómodo para descansar.

- ¿Y qué importa? Con más razón, duerme tu aquí.

Fiddleford lo miro enojado, causando que el morocho se sintiera algo mal.

- Solo duérmete, ¿si? Yo si estoy acostumbrado a dormir en el sofá, tú no. Quédate aquí, por favor.

Stan notó que el otro estaba muy cansado también, incluso más que él; no era necesario discutirle.

- Ush te vuelves insoportable. - rodeo los ojos - está bien, me quedaré, vete.

- Gracias. Que tengas lindos sueños. - dijo Fiddleford para luego salir de la habitación.

A Stan no le gustaba dormir en el lugar de Ford, sentía que estaba invadiendo su espacio, pero, tampoco podía ponerse a pelear con Fiddleford estando ambos tan cansados.
Se acostó en la cama, era realmente cómoda, hace tanto tiempo que no sentía su cuerpo relajarse tanto a la hora de dormir.


• Lunes 12pm

Stanley se despertó luego de haber dormido horas y horas. Se vistió y se dirigió directo a la cocina, donde se encontraba Fiddleford escribiendo quién sabe qué.

- ¡Buen día! - hablo primero el rubio - ¿Dormiste bien, como una princesa?

- Si, buen día. - todavía no estaba completamente despabilado.

- Estuve buscando algo para almorzar, pero no hay casi nada. Solo encontré café y unas galletas, ¿te preparo uno?

- ¿Eres mi padre o qué? Puedo hacer cosas por mi cuenta. - fue a agarrar una taza, la cual casi se le cae de las manos por lo dormido que estaba.

- Deja eso. Yo te lo preparo, ve a sentarte. - le sonrió algo burlón

Stan suspiró - solo te dejo hacerlo porque sigo dormido.

- Lo que tú digas.

Fiddleford le preparo un rico café y también le ofreció las galletas, lo cuidaba como a un niño, o como a un amante.

- Gracias - Stan le regaló esa sonrisa incómoda que solía poner cuando intentaba ser amable, lo que causó que el rubio soltara una carcajada - Que.

- Nada. - se tapaba la boca para no reírse - es que tu sonrisa parece algo forzada.

- ¿Y cómo quieres que sonría? Es una sonrisa común y corriente.

Just us; FiddleStanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora