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Narra Stanley

Me desperté a la madrugada en el sofá, el frío se sentía mucho en el ambiente pero había alguien a mi lado que me abrazaba como si fuera un osito de peluche; Fiddleford. Ambos estábamos acostados y lo mas acurrucados posible para encajar en el sofá, él me agarraba fuertemente del torso mientras mis brazos pasaban por su cabeza, algo raro, podría decir, pero... se sentía muy cálido, además no me quería mover para no despertarlo, luego de tanto llanto y desahogo ambos habíamos quedado agotados.

Pasó un rato y yo volví a caer dormido. Era raro ya que, ese sofá no era para nada cómodo, pero al estar ambos ahí y de tal manera, eso ya no importaba.

11am

Sentí de repente que alguien tocaba mi cara, a lo que me desperté rápido.

- Buen día bella durmiente. - Fiddleford se encontraba ya sentado a mi lado y vestido, ¿Cómo no me di cuenta cuando se levanto?

- Buen dí-

Al caer un poco en la situación, o sea, ¿este tipo y yo dormimos toda una noche acurrucados como una pareja? no pude evitar ponerme nervioso, lo que obviamente se me notó.

-¿Sucede algo amigo?

Esa palabra me molestaba.

"Stan"

- Lo siento. - me levante rápido y me dirigí a la cocina - ¡desayunemos alg-

En la mesa habían dos tazas de café y un par de galletas de chocolate que parecían caseras.

- Ya lo prepare hace rato. - soltó una carcajada, a lo que lo mire confuso. - dormías como bebé, yo me desperté antes de las 9 y como me aburría intente cocinar, esta es la única receta que sé.

- Mhm, gracias... - no me di cuenta pero un pequeño sonrojo se asomo en mis mejillas, parece una idiotez, pero no estoy acostumbrado a que hagan estos detalles por mí.

Ambos nos sentamos, yo estaba embobado mirando la comida y él estaba embobado mirándome a mí.

-Oye, ¿Por que te quedaste ahí durmiendo conmigo? podrías haberte ido. - le cuestioné.

- Es que... hacía mucho frío, y no quería dormir solo - me guiño un ojo, que mierda, ¿esto es solo mi imaginación o hay alguna intención...? ¡ya saben!

Como sea, desayunamos (por cierto estaba muy rico), él se fue primero hacia la tienda para abrirla y yo me quedé vistiéndome;

¡Al fin podía usar un atuendo honorable! con un par de cosas que encontré por ahí, forme un disfraz al que hacia llamar "señor misterio". Lucia muy guapo y elegante con él, por supuesto, ¡todos enloquecerían!

- Ujum, ¿entonces eres una mezcla de pirata... y empresario...misterioso? - decía el idiota de Fiddleford mientras se reía.

- Habla lo que quieras, las chicas lo amaran.

Sí, termine de hablar y una mujer le dijo a su amiga "¡Oye mira eso! ¡Que ridículo! jajajaj" señalándome.

- Ellas no saben apreciar la verdadera belleza.

- Bueno, en realidad a mi me gusta, te ves bien.

- Claro que me veo bien, para las chicas con buenos gustos debo verme como un tipo sensual y misterioso, y para los niños no lo sé una figura heroica o algo así.

Fiddleford soltó otra carcajada. - Lo que tú digas, señor misterio.

Mientras la gente pasaba y observaba las cosas, nosotros nos quedamos parados al lado de la caja para cuidar que todo esté bien, pero en un momento algo me causó un cosquilleo; Fiddleford apoyó una mano en mi espalda bajándola lentamente hasta mi cintura,
¿Acaso no sabe respetar el espacio personal? Nos hace ver como un par de maricas.

Lo mire de reojo con la cara colorada y avergonzado, aunque él... también tenía sus mejillas rojas, cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, se asusto y comenzó a temblar, pero, para nada movió su mano de mi cintura.

- ¡Este lugar es maravilloso! ¿Es un proyecto ya saben, en pareja? - nos pregunto una señorita de cabello castaño y mucho maquillaje.

- Oh, ¡No, no, no! - rápidamente hice que Fiddleford me soltara y me dirigí a la chica - solo somos amigos, señorita, de hecho, me alegra que te guste, tal vez podría darme su numero.

La chica se rio y nos pusimos a conversar, era muy linda la verdad, me dijo que su nombre era Susan y que le gustaría saber más de la cabaña, a lo que la lleve a un pequeño tour.

Se veía fascinada con todo (nunca le diré que solo eran invento absurdos).

- ¿Qué es esto? - dijo Susan acercándose a una maquinita con chispas raras que yo había encontrado por ahí, por supuesto una obra de Ford.

- Bueno, esto es...- no pude terminar de hablar ya que la cosita esa soltó un pequeño rayo que lastimo su ojo.

- ¡Mi ojo! Maldita sea, ¿de verdad vine aquí por esto?

- Mierda... mierda... - agarre la primer idiotez que encontré e hice uno de mis malos chistes para que su humor cambie, que de hecho funciono, la señorita se rio y seguimos el paseo como si no pasara nada.


Llego el momento de cerrar y la acompañe hasta la puerta, intercambiamos números y nos despedimos.

- ¡Luego nos veremos, chico misterio! - decía mientras se alejaba con un pañuelo en su ojo que ahora no podía ni abrir.

- ¡Hasta luego, lindura! - cerré rápido la puerta y apoye mi espalda en ella, exhausto, de verdad me asuste cuando ese rayito golpeo su rostro.

Mientras tanto, Fiddleford estaba en la caja registradora acomodando el dinero, sin levantar la mirada.

- ¿Lo viste, verdad? ¡Te dije que las chicas estarían locas con este galán!

- Ah, que bien. - seguía sin siquiera mirarme, serio y con un tono como si fuera a matar a alguien.

Lo mire preocupado, comencé a hacer chistes y ruidos sin sentido pero él no soltaba ni una risa o palabra.

- ¿Pasó algo? - solo negó con la cabeza. - Obvio que paso algo, no soy imbécil. ¿Qué es? Dímelo.

- Nada que te importe.

- ¡Vaaamoos! dímelo, me preocupa.

Fui al lado de él y lo agarre del brazo, a lo que él me miro quedando ambos muy cerca.

Tenia los ojos vidriosos, una mirada triste, como decepcionada.

- No necesitas preocuparme por mi.

- Estúpido, ayer nos contamos absolutamente todo ¿y ahora no quieres hablar?

Él con cuidado me alejó y cerro la caja.

- Estoy bien, amigo, no me sucede nada. - me sonrió como pudo - Vamos a cenar algo y luego a dormir, mañana será otro día, solo estoy cansado.

- Mhm... bueno... vamos. - le di unas palmadas en la espalda mientras nos íbamos.

Por alguna razón ahora estaba todo incómodo. Durante la cena apenas hablamos, y luego cada quien durmió en su lugar: yo en la habitación de Ford y él en el sofá.

Íbamos tan bien... genial, de hecho.

¿Qué pasó ahora?










Continuará...

¡Gracias por leer!

Y lamento estresarlos con esto 🤓
(Sí, lo de Fidds son celos)

Just us; FiddleStanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora