0006 | fin de una era

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Octubre 25, 2019
Autódromo Hermanos Rodríguez, México.
Prácticas 1 y 2.

En la mañana del jueves Ana se despertó lentamente, sintiendo la luz del sol filtrarse a través de las cortinas. Al abrir los ojos, notó que la cama a su lado estaba vacía. Charles ya no estaba allí. Se quedó unos minutos más en la cama, disfrutando del silencio de la mañana.

Finalmente, se levantó y comenzó su rutina matutina. Se dirigió al baño, se lavó la cara y se cepilló los dientes para luego tomar una ducha. Luego, se puso el outfit improvisado del día. Normalmente vestía colores de la cama del celeste y azul por Williams pero ese fin de semana ya no pertenecía a ellos y debía adaptarse a Mercedes.

Apenas terminó de vestirse, escuchó un suave golpe en la puerta. Era Susie que entró con una gran sonrisa y una bolsa en la mano.

–¡Buenos días! —dijo sonriente dejando la bolsa sobre la mesa—. Te traje algo de merch de Mercedes.

Ana sonrió, agradecida por el apoyo de Susie. Abrió la bolsa y sacó una gorra de Mercedes que le ibas su outfit.

–Gracias, Susie —respondió Ana con una sonrisa.

–Todos están emocionados allá pero apúrate para no llegar tarde —dijo dándole un abrazo rápido antes de salir de la habitación—. Nos vemos en el paddock.

Ana se quedó un momento mirando la puerta por donde Susie había salido, sintiendo unos nervios incontrolables pero toda la emoción por lo que se venia.

Llegó al paddock con una sonrisa en el rostro, emocionada por el día que tenía por delante. Los fanáticos la recibieron con entusiasmo, pidiéndole fotos y autógrafos. Ana se tomó su tiempo para interactuar con ellos, agradecida por su apoyo incondicional.

Después de unos minutos, se despidió de los fanáticos y se dirigió a los boxes de Mercedes. Al entrar, saludó a todos con un gesto amistoso y se dirigió a la sala de reuniones donde Toto y Lewis ya la esperaban.

–Buenos días —dijo Ana, tomando asiento junto a ellos.

–Buenos días, Ana —respondió Toto con una sonrisa—. Hoy vamos a enfocarnos en la práctica y asegurarnos de que te sientas cómoda con el coche.

–Seguramente el asiento no te sea cómodo porque no hubo tiempo de amoldarlo a vos pero es mínimo —un mecánico miró a Ana.

–La ataban con velcro cuando era pequeña, que ahora su asiento no esté amoldado a ella no es nada.

–Gracias por contarle a todos que era tan pequeña de estatura que tenían que atarme para que no salga volando, te agradezco —Ana miró a Toto asintiendo.

–De nada, ahora hablemos de las prácticas.

Ana escuchó atentamente mientras Toto y Lewis discutían la estrategia del día. Después de unos minutos, se levantó y se dirigió a su vestuario para ponerse el mono. Mientras se preparaba, Lewis se acercó y le dio unas palabras de aliento.

hilo rojo ; charles leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora