5. Stand By.

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La segunda mitad de este capítulo ha sido escrito en base a que un día estaba escuchando Stand By de Extremoduro y dije "son ellos". Así que espero que escuchéis semejante obra de arte antes, después o durante este capítulo.

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Cuatro días. Ese es el tiempo que llevaban sin cruzarse aún compartiendo espacio en aquel hospital.
Tras su discusión, todo parecía haber vuelto al principio, a aquellos días en los que lo único que conocían el uno del otro eran sus ideas y se odiaban por ellas.
Aunque, en aquellos días, al menos discutían, ojalá discutir ahora, pensó Patricia.
Sentada, sola, en la sala de quimioterapia, pensaba en si había una solución para la situación que ella misma había provocado. Mientras el tratamiento avanzaba, su mente empezó a formular posibles diálogos, ensayando lo que podría decirle, olvidándose, por un momento, de lo que pasó cuando intentó llamarlo por teléfono.
Cuatro días atrás había intentado hablar con él, llamándolo en incontables ocasiones, sin respuesta alguna, hasta que, horas más tarde, recibió un mensaje:
Patricia, deja de llamarme, por favor.  21:00
Los tres días siguientes habían sido complicados para ambos. Patricia había acudido de nuevo a las sesiones de quimioterapia, buscándolo con la mirada en cada pasillo. Él, mientras tanto, había hecho lo posible por evitarla. Sabía las horas a las que Patricia solía tener las sesiones en el hospital, así que ajustaba su rutina para no coincidir. Aunque no por ello había estado menos pendiente de ella.

—Sois peores que unos quinceañeros que están viviendo su primer amor. —Le dijo Biel a Néstor, una vez cerró la puerta de su despacho.

—¿Qué tal está? —Preguntó el médico, ignorando aquel comentario.

Néstor le había pedido que fuera a acompañar a Patricia un rato, que hablara con ella y la entretuviera; sabía lo mucho que odiaba pasar esos ratos sola.

—Como siempre, igual que hace cuatro días. ¿Por qué no hablas con ella? Ella ha intentado llamarte.

—Porque no tiene sentido.

—Igual lo que necesitas ahora no es juzgar si ella actuó bien o mal, sino decidir qué es lo que quieres que pase entre vosotros. Tenéis que entender que los dos estáis en una situación de mierda, pero lo que sentís es de verdad.

—No puedo separar sus decisiones políticas de lo que somos, ni de lo que quiero ser.

—Néstor, yo apoyo tu lucha y lo sabes, pero igual que tú te levantas cada mañana dispuesto a defender a tus pacientes y a este hospital, ella ha hecho lo mismo para sobrevivir en su entorno. Ya vosotros decidís si queréis aceptaros así o no.

Néstor suspiró, con una mezcla de rabia y frustración. Sabía que Biel tenía razón, pero admitirlo era otra cosa. Llevaba cuatro días tratando de poner en orden tantas emociones contradictorias: la rabia por lo que consideraba una traición, la tristeza por haber perdido a alguien que significaba más de lo que quería reconocer, y el miedo; miedo a volver a hablar con Patricia y que no hubiera una solución porque eso solo significaría un punto y final.

—Me está dando lecciones un chaval, ¿De cuánto? ¿Veintisiete años o así? —Bromeó Néstor.

—No son lecciones, son consejos.

—No sé. No es fácil. Se ha creado de nuevo un muro entre nosotros. Es como que hemos aceptado que ya está, que-

—Te repito que ella intentó llamarte. —Interrumpió Biel, sin dejarle terminar. —¿No decías que lo que más te gustaba de ella era que era honesta con sus cosas? Pues es lo que ha hecho, ser fiel a sus principios.

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