12.Perseguidor

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La calma en la base de Akawashi fue breve. Jay, con el dispositivo de comunicación de su padre en una mano, trabajaba con precisión en el objeto de Éter que habían recuperado. Siguiendo las instrucciones detalladas que Jhon le transmitía, manipuló el artefacto sólido con cuidado, girando y presionando ciertos puntos en su estructura. El brillo azul se intensificó brevemente, y luego, como si respondiera a una orden silenciosa, el objeto sólido comenzó a licuarse. El líquido resultante mantenía el mismo resplandor, una luz azul intensa que iluminaba la pequeña sala.

 El líquido resultante mantenía el mismo resplandor, una luz azul intensa que iluminaba la pequeña sala

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—"Increíble..." —murmuró Selena, fascinada por el cambio.

—"Mantén el foco, Jay," —dijo Jhon al otro lado del comunicador—. "Esa sustancia es inestable."

Cuando parecía que todo estaba bajo control, Viktor no pudo aguantar más. Frunciendo el ceño y con los puños apretados, se volvió hacia Alma.

—"No puedo quedarme de brazos cruzados. Shiva y Lucy siguen ahí fuera. ¡Voy a buscarlas!" —dijo, dando un paso hacia la salida.

Alma, igual de inquieta, asintió. —"Estoy contigo. No podemos esperar más."

Antes de que pudieran moverse más, Jay y Selena se interpusieron.

—"¡Esperad!" —gritó Jay, poniéndose frente a Viktor. —"No podemos ir por nuestra cuenta, Jhon nos ordenó mantenernos aquí y—"

—"¿Aún piensas en órdenes?" —Viktor lo cortó, su voz llena de frustración—. "Shiva y Lucy son nuestro equipo, ¡y pueden estar muriendo ahora mismo!"

—"Lo sé, Viktor," —dijo Selena, tratando de mantener la calma—. "Pero ir sin un plan solo nos va a condenar a todos."

Mientras la discusión se intensificaba, Chun observaba la escena desde un rincón de la sala, sin decir una palabra. Sus ojos fríos no mostraban emoción alguna, su postura rígida era la de una soldado lista para la batalla. Los agentes de Akawashi pasaban a su alrededor, atendiendo sus tareas, sin percibir la tensión creciente.

Fue en ese momento cuando una explosión ensordecedora sacudió la base.

Las paredes vibraron, y los gritos comenzaron a resonar por los pasillos. Jay dio un salto hacia el objeto de Éter para protegerlo, mientras que Viktor y Alma desenfundaron sus armas en un solo movimiento. El suelo tembló bajo sus pies, y el sonido de disparos y explosiones llenó el aire.

—"¡Nos atacan!" —gritó Alma, preparándose para el combate.

Las puertas de la sala se abrieron de golpe y un agente de Akawashi, ensangrentado y jadeante, entró tambaleándose. —"¡Nos han seguido!"

Jay intercambió una mirada rápida con Selena y Viktor. Los enemigos que habían enfrentado en las minas no se habían rendido, y ahora habían traído la batalla hasta la base.

El legado de KasiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora