El amanecer sobre la isla de Nabu trajo consigo un aire de calma momentánea, pero los héroes de la Clase 1-A sabían que la verdadera tormenta aún no había pasado. Después del enfrentamiento con Umbra, el grupo se reunió para analizar lo que había ocurrido y planificar sus próximos movimientos. La noticia de que un enemigo tan poderoso aún estaba suelto había dejado a todos en tensión.
Reacciones en la Clase 1-A
Bakugo, fiel a su estilo, fue el primero en romper el silencio con una mezcla de incredulidad y desafío en su voz. "¡Oye, Giulio! ¿Qué fue eso que hiciste con tus sombras? Parecía que estabas a punto de volverte un villano o algo así. ¿Desde cuándo puedes hacer trucos como ese?"
Giulio se encogió ligeramente bajo la intensidad de la mirada de Bakugo, pero Izuku intervino rápidamente, colocando una mano tranquilizadora en su hombro. "Bakugo, Giulio no está tratando de volverse un villano. Lo que hizo fue controlar su poder para protegernos. Eso es lo que hace un verdadero héroe."
Bakugo cruzó los brazos y resopló, pero no pudo evitar un leve gesto de aprobación. "Hmph, no creas que eso significa que me voy a relajar contigo. Solo asegúrate de que esa sombra tuya no nos ataque a nosotros."
Todoroki, que había estado observando la escena en silencio, dio un paso adelante y miró a Giulio con una expresión reflexiva. "Controlar tanto la luz como la oscuridad... no es una tarea fácil. Es impresionante que hayas encontrado un equilibrio. Si necesitas ayuda para entrenar más ese poder, no dudes en pedirlo."
Giulio sintió un calor reconfortante al escuchar las palabras de apoyo de Todoroki y de sus otros compañeros, quienes también mostraron su confianza en él. Fue un alivio saber que, aunque sus poderes podían ser vistos como oscuros y peligrosos, sus amigos estaban dispuestos a aceptarlo y ayudarlo a mejorar.
Una Conversación Íntima
Más tarde esa noche, mientras el campamento se sumía en el silencio, Giulio e Izuku se alejaron del grupo para tener un momento a solas. Se sentaron en la orilla del acantilado, mirando el mar que se extendía bajo la luz de la luna.
"Izuku," dijo Giulio en voz baja, rompiendo el silencio, "todavía no puedo dejar de pensar en lo que dijo Umbra. Sé que elegí mi camino, pero aún siento que hay una parte de mí que está ligada a esa oscuridad. ¿Y si algún día pierdo el control?"
Izuku miró a Giulio con una expresión suave y comprensiva. "Giulio, no estás solo en esto. No importa cuán fuerte sea la oscuridad dentro de ti, no dejaré que te consuma. Lo que importa es cómo usas ese poder, y ya has demostrado que lo usas para proteger, no para destruir."
Giulio suspiró, su mirada todavía llena de incertidumbre, pero también con una chispa de esperanza que solo Izuku podía encender en él. "Gracias, Izuku. Eres mi ancla, mi luz. Sin ti, no sé si podría seguir manteniéndome firme."
Izuku sonrió tímidamente, y luego, tomando un profundo respiro, se atrevió a dar un paso más allá en su relación. "Giulio, quiero que sepas algo. No solo estoy aquí porque somos amigos o compañeros de equipo. Estoy aquí porque te quiero. No importa qué pase o cuán difícil se pongan las cosas, no voy a dejar que te enfrentes a esto solo."
Giulio sintió que su corazón se aceleraba al escuchar esas palabras, y por un momento, todo lo demás desapareció. La amenaza de Umbra, el miedo a la oscuridad, el peso del entrenamiento... todo se desvaneció en ese instante en que la realidad se concentró solo en Izuku. Sin decir una palabra, Giulio tomó la mano de Izuku, entrelazando sus dedos, y se acercó lentamente, apoyando su frente contra la de él.
"Yo también te quiero, Izuku," susurró Giulio, sus ojos cerrándose mientras sentía el calor de Izuku tan cerca. "Siempre voy a luchar para que podamos estar juntos. Pase lo que pase."
Preparativos para la Próxima Batalla
Al día siguiente, la Clase 1-A comenzó a prepararse para lo que sabían que sería un enfrentamiento inevitable con Umbra y su grupo de villanos. Bajo la supervisión de Aizawa-sensei, los estudiantes diseñaron un plan estratégico para defender la isla y proteger a sus residentes.
Giulio e Izuku, ahora más unidos que nunca, decidieron entrenar juntos para perfeccionar sus técnicas combinadas. Crearon un movimiento especial que llamaron "Luz y Sombra: Phoenix Smash", donde Giulio formaba un fénix oscuro rodeado de energía luminosa mientras Izuku canalizaba su poder del One For All para potenciarlo. El ataque no solo era devastador, sino que también simbolizaba la unión perfecta entre sus fuerzas.
Bakugo, observando desde una distancia, hizo una mueca de aprobación. "Si esos dos siguen mejorando así, quizás algún día logren alcanzarme," dijo en tono sarcástico, aunque en su mirada se notaba una chispa de respeto por el esfuerzo y la conexión que compartían.
La Amenaza de un Nuevo Amanecer
Justo cuando la Clase 1-A se preparaba para tomar un descanso, una alerta resonó en sus dispositivos de comunicación. Un mensaje de emergencia provenía de la entrada norte de la isla. Umbra y su grupo habían regresado, pero esta vez no estaban solos. Una figura imponente, con una máscara oscura y una armadura llena de púas, lideraba el ataque. Su presencia emanaba un poder aún más siniestro que el de Umbra.
"Él es Dreadnought," dijo Aizawa-sensei, con una expresión sombría. "Un villano de alto nivel conocido por destruir todo a su paso. Tendremos que ser más cuidadosos que nunca."
Giulio e Izuku se miraron, una chispa de determinación encendiéndose en sus ojos. Sabían que esta batalla sería su prueba más grande hasta ahora, pero estaban listos para enfrentarse a ella juntos, sin importar lo que viniera.
"Vamos, Giulio," dijo Izuku, tomando la mano de su compañero. "No importa cuán grande sea la oscuridad que se avecina. Mientras estemos juntos, la luz siempre prevalecerá."
Giulio asintió, sintiendo que la conexión con Izuku le daba fuerzas para enfrentarse a cualquier enemigo. "Sí, Izuku. Juntos, somos imparables."
Y con esas palabras, los dos héroes corrieron hacia la batalla, sus corazones latiendo al unísono, listos para desafiar cualquier sombra que se interpusiera en su camino.