Príncipe y Prometido - Serie Tribunales Peligrosos #V - Hyunlix.

II. 🐉🔮

Hyunjin.

Hyunjin se prepara. No para volar, su cuerpo se mueve instintivamente con el impulso ascendente de Loska, inclinándose más hacia los hombros del dragón para crear una forma más estilizada. El truco consiste en estar preparado pero relajado. El cuerpo de Hyunjin se hunde contra las correas, la mayor parte del peso sobre sus muslos. El aire pasa rápidamente, picando cada trozo de piel desnuda en un mordisco de bienvenida.

No, Hyunjin se ha lanzado con Loska miles de veces durante los últimos doce años. A veces siente que pasa más tiempo en el cielo que en la tierra. Pero hoy tiene un novato a bordo, así que Hyunjin se prepara para los gritos.

Mejor de lo que Hyunjin esperaba. Apenas hay un instante de terror ensordecedor antes de que el grito de Felix se corte en un gemido estrangulado.

El joven no se relaja como le recomendó Hyunjin, pero eso es normal para un principiante. Felix cae contra él, sólo el cuerpo de Hyunjin y el arnés lo mantienen en su lugar. El impacto no le afecta, Felix es exactamente tan ligero como parece.

Tranquilo también. Hay otro ajuste brusco cuando Loska alcanza la altura que desea y abre sus alas para atrapar el aire. La única reacción de Felix es otro grito ahogado y tensarse debajo del cuerpo de Hyunjin.

Mejor que la mayoría de los nuevos reclutas; de hecho, Hyunjin se enojó una vez mientras llevaba a un nuevo jinete a un paseo de práctica, muy gracioso, pero el recluta estaba tan mortificado por orinar al mariscal de ala que Hyunjin dejó de entrenar a los reclutas el primer mes después de eso.

La silenciosa moderación de Felix será perfecta para Jeongin o absolutamente desastrosa. Hyunjin puede imaginarse a Jeongin y a Felix sentados juntos desayunando, cada palabra cortés y cada gesto preciso.

Perfecto. Tan pronto como encuentren a Jeongin.

La frustración de Hyunjin hacia Jeongin arde aún más porque esto también es en parte culpa del propio Hyunjin. En primer lugar, ayudó a Jeongin a desaparecer. Hyunjin sabía que estaba tramando algo ilícito. Simplemente había esperado ingenuamente que Jeongin volviera después.

Jeongin nunca antes le había pedido un favor. Como hermano, por muy tensa que fuera su relación adoptiva, ¿Cómo podría Hyunjin negarse?

Pero aparentemente ayudar a Jeongin fue una decisión aún peor de lo que esperaba. Hyunjin había regresado a un palacio en ruinas. Un conde muerto, un sirviente muerto y una embajadora en pánico. El rey Taeyong estaba lo más enojado que Hyunjin había visto jamás a su padre.

Este nuevo encargo, aprobado por la realeza, era un alivio. Hyunjin preferiría regresar al norte a su puesto habitual, pero ir a buscar al (pronto) pretendido de Jeongin era mejor que quedarse en el caos de Ostomar en este momento. Además, dadas las circunstancias y la identidad de su pasajero, Hyunjin no confiaría la tarea a nadie más.

¿Enviar un grial indefenso a través de Draskora con una caravana ligeramente vigilada? Un fracaso estratégico impresionante.

Con suerte, cuando regresen a Ostomar, localizarán a Jeongin y todo se calmará. Hyunjin entregará a Felix para que se comprometan y luego se irá al norte de nuevo con Loska. Electrocutar a algunos wraiths* mejorará el estado de ánimo de Hyunjin.

Al menos puede disfrutar del vuelo por ahora. Sería mejor sin pasajero, pero aquí es donde pertenece Hyunjin: al cielo abierto, con su dragón debajo, en armonía con los elementos.

— ¿Cómo estás? —Hyunjin pregunta por encima del aire. Felix responde en voz muy baja. —No puedo oírte.

—Lo siento, alteza. Solo dije que estoy bien. —Felix suena más miserable que bien—. Por favor, avíseme si estoy haciendo algo mal.