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George se sentía atrapado entre dos mundos, cada vez más consciente de que la lucha que llevaba dentro no solo era personal, sino que también afectaba a aquellos que lo rodeaban. Después de su conversación con Dream, la idea de abrazar su oscuridad y su luz comenzó a agitarse en su mente, pero el entorno de la iglesia estaba cambiando. Rumores de un asesino de niños comenzaron a circular entre los fieles, llenando el aire con una tensión palpable.

Una tarde, mientras se preparaba para la misa, George sintió la inquietud en el aire. Las miradas de los otros monjes eran diferentes; había miedo, pero también desconfianza. Sin poder evitarlo, se acercó a Dream, que estaba en el vestíbulo, observando a los fieles con una expresión sombría.

"¿Has oído los rumores?" preguntó George, su voz apenas un susurro.

Dream asintió, su mirada fija en el suelo. "Sí, y no son solo rumores. La iglesia está en crisis. La gente necesita una explicación, y están buscando a alguien a quien culpar."

"¿Y si piensan que soy el culpable?" La idea le heló la sangre. "Todo el mundo sabe lo que he sido."

"Eso no importa," respondió Dream, su tono firme. "Lo que importa es que tú no eres eso. Eres más que tu pasado."

George sintió que la rabia comenzaba a burbujear en su interior. "¿Más que mi pasado? ¿Y qué hay de la sombra que acecha en mí? ¿Y si se apodera de mí?"

La conversación se tornó tensa. Dream dio un paso hacia él, su voz suave pero firme. "No puedes dejar que el miedo te controle. Debes enfrentarlo."

El corazón de George latía con fuerza. "¿Y si me convierto en el monstruo que todos temen?"

"¡No eres un monstruo!" exclamó Dream, su frustración evidenciada. "Eres un ser humano, con la capacidad de elegir."

La tensión entre ellos era palpable, y George sintió que su control comenzaba a desvanecerse. Las emociones lo inundaron: confusión, rabia, deseo. "¿Qué sabes tú de esto?" gritó, su voz resonando en las paredes de la iglesia.

Dream se acercó aún más, sus ojos brillando con intensidad. "Sé que estás luchando. Pero no puedes pelear contra ti mismo y contra el mundo al mismo tiempo."

La atmósfera se cargó de electricidad. En un abrir y cerrar de ojos, algo en George se rompió. La oscuridad que había estado reprimiendo tomó el control, y en un instante de locura, se lanzó hacia Dream, sus labios encontrándose en un beso apasionado y desesperado.

El tiempo se detuvo. George sintió cómo la oscuridad y la luz se entrelazaban, el deseo ardiente consumiéndolo. Pero, en medio de ese instante, una parte de él se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se retiró de inmediato, su rostro enrojecido, lleno de confusión y vergüenza.

"Lo siento," murmuró, dando un paso atrás. "No sé qué me pasó."

Dream lo miró, su expresión una mezcla de sorpresa y comprensión. "George, no tienes que disculparte. Fue un momento... intenso."