ִ๑ㅤׄㅤ౾ㅤִ La religionㅤִㅤDnf ᳳㅤׄ

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Con el tiempo, George y Dream encontraron un nuevo equilibrio en sus vidas. Durante el día, se dedicaban a sus responsabilidades en la iglesia, trabajando juntos y compartiendo momentos con los demás monjes. Sin embargo, al caer la noche, la atmósfera cambiaba drásticamente. Las sombras danzaban con la luz de la luna, y en esos momentos de oscuridad, su amor florecía con una intensidad que no podían negar.

En la quietud de la noche, George y Dream se encontraban en su refugio secreto, un pequeño claro en el bosque cercano. Allí, lejos de las miradas curiosas, se permitían ser ellos mismos. Las risas resonaban mientras se robaban besos apasionados, cada uno más desesperado que el anterior.

"¿Sabes, George?" dijo Dream un día, mientras se recostaban juntos en la hierba. "Sacrificar a tantos niños valió la pena. Al menos ahora tenemos esto."

George giró la cabeza, fingiendo no haber oído. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero no podía evitar sonreír. "¿De qué hablas? Eso es algo horrible, Dream."

Dream soltó una risa entrecortada, disfrutando de la reacción de George. "Solo bromeo, pero a veces pienso que mi lado demoníaco podría tener sus ventajas. Como tenerte a mi lado."

George, sintiendo un tira y afloja entre el deseo y la preocupación, lo miró de reojo. "No deberías hacer bromas sobre eso. Sabes que no soy un monstruo."

"Claro que no," respondió Dream, acercándose y tomando su rostro entre sus manos. "Eres mucho más que eso. Eres mi luz en la oscuridad."

George sintió que el calor subía a su rostro. "Eres un tonto," dijo, riendo mientras se dejaba llevar por la cercanía de Dream. "Pero me encanta."

Se acercaron, sus labios se encontraron en un beso suave, que se transformó rápidamente en algo más ardiente. La conexión entre ellos era palpable, y en esos momentos, todo lo demás se desvanecía.

Durante el día, George se esforzaba por ocultar su verdadera naturaleza. Las miradas recelosas de los otros monjes a veces lo hacían sentir como un extraño en su propia vida. Sin embargo, con Dream a su lado, se sentía más fuerte. Su amor era su refugio, un lugar donde podía ser él mismo, incluso si eso significaba llevar el peso de su oscuridad en secreto.

Un día, mientras caminaban por el bosque, Dream lo tomó de la mano y lo miró intensamente. "¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si la verdad saliera a la luz? Si supieran que eres un demonio?"

George sintió un nudo en el estómago. "No puedo pensar en eso. Quiero vivir una vida normal contigo. No quiero que me vean como un monstruo."

"Pero no eres un monstruo," insistió Dream, su voz suave. "Eres un ser increíble. No dejes que el miedo a lo que piensen los demás te controle."

George miró hacia otro lado, sintiendo la inseguridad apoderarse de él. "Lo sé, pero... a veces me asusta perderlo todo."

Dream se acercó y lo abrazó con fuerza. "Nunca te perderé. Sea lo que sea que suceda, siempre estaré a tu lado."