Mi primera misión, parte 2

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Después de mi pregunta aparentemente tonta, nos quedamos en silencio, nos encontrábamos en la sala de reuniones, con un ambiente tenso. El jefe se sentó al frente, con los codos apoyados sobre la mesa, observándonos a cada uno detenidamente. Había cierta incertidumbre. Una vez terminada su pausa dramática continuo.

-La misión comenzará en dos semanas y deben estar listos -dijo el jefe, sin rodeos-. Antes de partir, quiero que se preparen exhaustivamente. No podemos dejar ningún cabo suelto.

Asentimos en silencio, el peso de la tarea comenzaba a caer sobre nosotros.

-Tendrán que aprender modales, las reglas sociales del entorno donde estarán. No podemos permitir que los descubran -continuó, lanzando una mirada seria-. Y lo más importante... deben saber cómo actuar como una pareja. Esa será su tapadera principal.

Sentí una mezcla de nervios y emoción al escuchar eso último. Fingir ser una pareja sería una experiencia increíble, como humanos normales. De todas formas no creo que se nos complique esa parte ya que tenemos experiencia jeje.

-¿Cuándo empezamos? -pregunté, tratando de mantener la calma en mi voz.

-Hoy mismo, cuando salgamos de esta junta -respondió el jefe, sin dudar-. Desde este momento, cada minuto cuenta, Mirtha y Norman se encargarán de ayudarlos.

Nos miramos entre nosotros, sabiendo que lo que estaba por venir sería intenso. Al salir de la sala, ya no había vuelta atrás. Estábamos en camino a algo más grande de lo que habíamos imaginado.

Una vez nos reunimos con Mirtha y Norman, ambos nos felicitaron con sonrisas de satisfacción.

-Estamos orgullosos de su desempeño hasta ahora -dijo Mirtha-. Pero es hora de comenzar las prácticas más serias.

Nos llevaron a una mesa elegante, adornada con impecable detalle. Las copas brillaban bajo la luz suave, y los cubiertos estaban colocados en perfecta alineación. Todo parecía sacado de una revista de alta sociedad.

-Hoy aprenderán a comer con etiqueta -explicó Norman, señalando los utensilios-. Esto es más importante de lo que creen. Su comportamiento en la mesa dirá mucho de ustedes.

Mirtha tomó la delantera, explicándonos cómo usar los cubiertos y dónde debía colocarse la servilleta.

-La servilleta se pone en el regazo y debe usarse lo menos posible -dijo, demostrando con elegancia-. Los cubiertos deben usarse empezando por los más lejanos al plato, de afuera hacia adentro. Y si hay un menú en el plato, lo toman, lo miran y luego lo dejan a un lado.

Hizo un gesto con la mano y ordenó:

-Traigan el primer plato.

Nos sirvieron un pequeño pan en un platillo y una crema de verduras que se veía deliciosa.

-Para comer la sopa -continuó Mirtha-, deben tomar la cuchara y sacar del centro hacia afuera. Asegúrense de no chorrear nada.

Me acerqué a la mesa, lista para empezar, pero Mirtha llamó mi atención.

-J, puedes acercarte, pero debe ser con la espalda recta y con suavidad. Y recuerda, lo primero es esperar a los anfitriones. Nadie debe comer hasta que ellos lo indiquen.

"I" no esperó y comenzó a devorar la sopa rápidamente. Mirtha frunció el ceño y corrigió con firmeza:

-Debemos comer con calma. Lo ideal es que todos terminen al mismo tiempo. No hay que comer con ansiedad ni con lentitud excesiva.

Una vez terminamos la sopa, los meseros retiraron los platos y nos sirvieron el siguiente platillo: un filete de salmón con puré de zanahoria, papa y pimientos asados, además de delicados adornos. El aroma era irresistible.

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