Capitulo 4: Te hecho de menos

22 4 0
                                    

— Al bajar del autobús me fui a la tienda por el zumo que me dijo mi madre que trajera y cogí unas cositas que necesitaba. Y al rato fui caminando hacia casa pensando en no se que.

*Tocó la puerta*

— Salam 3likum — digo mirando hacia el suelo entrando e intentando quitarme los zapatos.

— 3likum salam — dice una voz masculina la cual reconocí y mire hacia arriba.

— Babaaaaaaaaa— grito y me lanzo hacia el como una niña de tres años. Si gente, se que parezco una niña pequeña pero es lo que hay este es el hombre que me da vida.

— Bnti — dice mientras me carga como un bebé.

— Cuando has venido, porque no me lo dijiste — digo tocándole la cara sin creerme que está aquí.

— Era una sorpresa cariño— dice mi padre sonriendo con esa sonrisa perfecta y bonita que tiene.

— Te echaba mucho de menos papá— digo mientras le abrazo y subimos juntos. Con mi padre tengo un vínculo muy fuerte, cómo un imán, lo quiero mucho pero también a mí madre pero es como que tengo una conexión muy fuerte con el. Ya me entendéis.

— Oh, veo que ya os habéis visto — dice mi madre con la misma sonrisa que llevaba desde la mañana.

— Tú sabías esto¿verdad? — le digo a mi madre y le doy un beso en la mejilla— por eso estabas feliz está mañana.

— Me has pillado — dice riéndose. Mis padres tienen un amor entre ellos super fuerte y gracias a ellos tengo el pensamiento de que algún día estaré así de feliz con otra persona.

Les dejo en el salón y voy al baño para ducharme y hacer el wudu para rezar. Al terminar voy a mi habitación me visto algo cómodo, rezó y voy a comer con mi familia. No me lo creía, estaba con toda mi familia, riendo, contando anécdotas de nuestros días y era como antes. Alhamdulilah me alegro mucho de esto.

Y se estaba haciendo de noche y mi padre y mi hermana decidimos ir a dar un paseo como cuando éramos pequeñas.

—  Venir chicas— dice mi padre — Sentaros— nos señaló los columpios del parque.

— Vamos — le digo a mi hermana mientras nos reímos y nos sentamos.
Nos empieza a empujar mi padre mientras recordamos nuestros recuerdos.

— Papá, te acuerdas el día que nos trajiste al parque y Sara intentaba beber de la fuente pero se calló de cabeza— digo mientras nos reímos entre los 3. Cuando estamos así nadie se queja de nuestras anécdotas.

— Como para no olvidarlo y tuvimos que ir corriendo para cogerla— dice mi padre riéndose. Me encanta verle sonreír, wallahi que no se que haría el día que ya no esté a nuestro lado.

— Vamos hijas, querías que el sábado vayamos todos a comer en el jardín ese — dice mi padre mientras cada una vamos agarrada de un brazo y caminando por las calles.

Después de media horas llegamos a casa . Me lo he pasado muy bien. Subí hacia mi habitación, hice el wudu y rece y me fui a tumbarme en mi cama y llame a mi Leila.

— Holaa— le digo

— Hola nenis, que tal estás — dice ella.

— Bien alhamdulilah y tu— le digo mirando hacia el techo de mi habitación.

— Aquí estamos la verdad, me ha bajado mañana me va a matar así que no sé si voy a poder ir al trabajo — dice ella.

— Hay mi niña, vale entonces por la tarde pasaré por tu casa — le digo.

Siempre en mi corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora