Capitulo 17: Por fin en casa

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Me desperté más pronto de lo habitual y fui a despertar a Yassin y a Ayman que estaban alrededor de la habitación durmiendo en un colchón hinchable. Se veían muy monos así que les eché una foto y les levanto para el so7r ya que hoy quería hacer mi primer día.

— Ey jirafas, levantaros a comer, quedan cinco minutos — les digo y saltan como ranas. En verdad aún quedaba pero bueno.

— Me lavo la cara y voy a traer algo — dice entrando al baño.

— Yo, yo mejor voy a recoger esto — decía aún medio dormido.

Sale Ayman del baño y baja. Al rato trae una bandeja y una bolsa. Y las pone en el suelo y yo voy por unos dátiles que trajo mi madre y los pongo y nos sentamos juntos.

— Bismillah — décimo a la vez. Al terminar recogimos todo y uno tras otro entramos al baño para hacer el wudu.

Al terminar rezamos juntos. Cada uno recita una sura del Corán y nos levantamos para arreglar nuestras cosas. Cogimos todo y cuando salimos de la habitación me encontré con Mohamed también bien vestido y saliendo.

— Hola tata Nihad — dice feliz al verme.

— Hola cariño — le digo y le doy dos besos en sus mejillas.

— Ya me voy a casa y mira que me han puesto — dice enseñándome el brazo, el cual tenía dibujos.

— Me alegro mucho, yo también me voy — le digo.

— Dile adiós a la tata— dice su madre con una sonrisa mirando a su hijo.

— Adiós tata Nihad — dice dándome un beso en la mejilla — y toma mi  cochecito para que te acuerdes de mí — me lo pone en la mano y le doy un abrazo.

— Gracias cariño, nunca te olvidaré.— le digo y me voy. Ese niño era un amor.

Veo que los chicos se quedan flipando porque no entendían nada y me río.

— Es el niño que me encontré ayer — y allí lo recuerdan y siguen mirando.

Nos montamos en el coche y nos vamos a mi casa. Cuando llegamos estaban todos en la puerta esperándome. Cuando me baje la primera que vino fue Leila, la hechaba mucho de menos. Después fui dándole besos a cada uno.

—Alhamdulillah — dice mi padre y me da un beso en la frente.

Después de un rato entramos todos y nos sentamos en el salón. Al rato se fue Yassin pero iba a volver por la noche para desayunar con nosotros y yo me subí a mi habitación y me fui a ducharme porque quería calmarme un poco.

Al salir de la ducha me visto y rezo el Asr y me pongo en mi cama para recitar un poco.

Yassin

Ya era casi la hora del Magreb y están as invitado a la casa de Nihad y me pasé a una tienda para coger cositas para llevar algo. Page y salí.

Estuve todo el camino pensando y decidí confesarle a Nihad lo que siento por ella. Yo no sé si ella también diente algo por mi pero por lo menos me quitaré un peso de encima. Es estado mucho tiempo pidiéndole a Allah que la haga mía. Pero de momento esperaré en el mejor momento y se lo diré.

— Asalamu 3alaikum — digo cuando me habré el tío Jalid.

— 3alaikum salam hijo, pasa— dice el y pasó y me quitó los zapatos en la puerta y entró al salón.

El tío Jalid estaba sentado conmigo mientras Ayman y Sara se ayudaban en poner la mesa.

Cuando comenzó el adan esperamos un rato y después nos juntamos todos a comer. Después de un buen rato terminamos y fuimos a rezar en la mezquita el isah y tarawih. La mencioné en casa momento que podía para que Allah la sanara y la ayudase.

Nihad

Hoy me quedé en mi casa a rezar tarawih y comencé a pensar en Yassin. Me di cuenta de que realmente me sentía muy bien a su lado, siempre se preocupo por mi y me ayudó en mis peores momentos como éste.

— Ya Allah si es mi maktub hazlo que venga a pedirme la mano ya allah— digo pidiendo du3a cuando termino de rezar tarawih.

Antes de dormirme me tomé una medicación que me dieron y me puse una crema para los moratones.

* Al día siguiente me desperté a las 4 de la madrugada y fui a preparar algo para el so7r y fui a despertar a todos para que comieran.

Nos reunimos todos en la mesa.

— Hay hija mía, si te dije que no hagas nada. Tienes que descansar — dice mi madre.

— No te preocupes mamá, estoy bien — le digo y ella solo asiente y comenzamos a comer. Ya quedaba poco para el fajr así que cada uno bebió un poco de agua y entre nos pusimos a recoger la mesa para ir a hacer el wudu para el fajr.

Reze mis dos rak3at y me quedé sentada el la sujada. Comenze a hablar con Allah y dije todo lo que tenía guardado en mi corazón. Cuando terminé me quedé sentada y coji el Corán para recitar algunas surat . Cuando terminé puse Corán en mi habitación y comencé a recoger un poco ya que estaba hecho un desastre.

Ya eran las nueve y bajé a la planta de abajo y me encontré a mi padre sentado en el salón mientras veía un programa de esos donde la gente llama a un saikh y les pregunta cosas. Mi madre también estaba con el y sinceramente quería salir un poco para que me dé el aire y decidí pedirle a mi hermano si quería salir conmigo porque me daba un poco de cosa salir sola.

— Ayman— tocó la puerta de su habitación.

— Entra entra, estoy despierto— dice el y abro la puerta.

— Puedes salir conmigo porafvor — le digo

— Si, claro. Déjame ponerme mi fukia y vamos.— dice el levantándose de la cama.

— Vale, yo me voy a poner mi khimar y vuelvo— digo y salgo de su habitación y entro a la mía. Me pongo un khimar de color negro y salgo. Al salir me encuentro a mi hermano esperando y bajamos.

— Baba, voy a salir con Ayman a dar un paseo — le digo a mi padre asomándome desde la puerta.

— Vale, pero cuidado — dice con un tono de preocupación y salimos.

Empezamos a caminar y estábamos en silencio hasta que mi hermano decide hablar.

— Lo siento — dice cabizbajo

— No es culpa de nadie, era algo que estaba escrito. — digo cogiéndole del brazo.

— Pero si hubiera respondido a tu llamada — dice el y le corto.

— Esto estaba escrito, y no te preocupes si ya me ves. Estoy a tu lado — le digo parándome a su lado y abriendo los brazos.

— Pero si te hubiera pasado algo — dice preocupado y está vez mirándome a los ojos.

— Pues llorarías porque no puedes vivir sin mi y vendrías a visitarme todos los días para contarme tú día. También harás du3a por mi porque me quieres demasiado — digo con una sonrisa y el me sonríe.

— Creeme que seré tan pesado que te hartaras de mi— dice y por fin sonrie bien.

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