¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🫀
La puerta es abierta y Sandy entra cerrándola tras ella. Su mira verdosa se posa en mí con un poco de nervios.
–– ¿Las compraste?–– pregunté parándome de la cama.
–– Obvio. Compré dos diferentes. –– las saca de una bolsa con el logo de una farmacia y me entrega las cajitas.
Tomo las dos y las miro por unos segundos.
–– Entra ve...–– me alienta Sandy, mi mejor amiga.
Me encamino a la puerta del baño con duda en mis pasos. Al entrar cierro lentamente y saco de aquellas cajitas alargadas las pruebas de embarazo.
Muerdo mi labio y asiento para mí misma.
Hago las pruebas y las cierro con sus respectivas tapitas para luego dejarlas sobre el lavamanos. Salgo del baño y veo a Sandy sentada al borde de la cama con su uña del dedo pulgar entre sus dientes.
–– ¿Ya? –– abre sus ojos ligeramente sorprendida.
–– Sí, hice las dos pero tengo que esperar unos minutos–– suspiro temblorosamente.
Estaba muy nerviosa, mis manos sudaban y comenzaba a sentir calor en el cuerpo. Nicholas y yo hace un tiempo habíamos estado intentando tener bebés, pero sin éxito alguno. Estos últimos 6 meses nos habíamos rendido ante la idea, ya no esperábamos nada. Teníamos intimidad pero sin esperar algo. Simplemente nos habíamos hecho la idea que quizá nunca tendríamos o tal vez en un futuro, pero no era nuestro momento.
Hace unas semanas comencé a sentir mareos, a tener vómitos, agotamiento. Ya saben, algunos síntomas de embarazo. Pero francamente no se me pasó por la mente, pues nuestras esperanzas habían estado rotas mucho tiempo.
Sandy me dijo que quizás estaba embarazada por fin, que me hiciera pruebas pero yo no quería, o más bien, no creía que fuera así. Hasta me convenció y vino hasta mi casa para luego volver a salir por dos pruebas de embarazo, ella está tan nerviosa y emocionada como yo. Ella es parte de esto, pues ella fue quién compró por iniciativa las pruebas.
–– Todo estará bien, okay? Si estás embarazada pues que alegría y que bendición, y si no, no te preocupes. Tal vez aun no es el momento. Pero llegará –– me anima Sandy.
Asiento y ella aprieta mis manos en apoyo.
Un par de minutos después me paro y suspiro profundo. Sandy me abraza y me mira a los ojos cuando se separa.
