Cuatro.
A las cinco de la mañana, Emilio permaneció dormido junto a Lilith, a pesar de aquellas asombrosas molestias que ella siente en su trasero, podía descansar un poco. Ella le entró la necesidad de ir al baño, espera un rato y baja las piernas de la cama con un movimiento menos brusco para no despertarlo; aunque ya tenía que ir. Percibe las fuertes manos de él en su abdomen. Con un gruñido se despertó y la agarra con más fuerza, lo que dificulta su avance. Él señala a Lilith que no causara ningún ruido pensando que hay alguna otra presencia con ellos, cuando en realidad no hay nadie más. Lilith quiere orinar, pero Emilio la acerca más a él, rodeándola con sus brazos y piernas para que no pudiera caminar.
Emilio le niega, solo le sugiere que ella lo haga en la cama. Lilith lo mira con desafíos y ahora está encima de él. Para demostrar que, en el caso de que él insista, hará un pipí extra en él. Emilio mira su cara con brillantez. Porque sería un escenario atractivo, aunque quería que ella lo conversara con más detalle. Acaricia suavemente la espalda de Lilith, experimentando un intenso impacto en la piel.
Ella se aleja de su vestimenta con el calzón, se sienta en la entrepierna, aferrándose a él y soltando su orina por encima, liberando todas sus ganas de ir un baño.
Emilio percibe el gélido líquido en su ropa y piel, la sujeta de forma firme para que no pueda moverse, disfrutando del momento.
A él es así como le agrada; ajustarse a las necesidades más esenciales, todo un hombre cochino. Se lame los labios, encantado de ser cochino, especialmente con ella, y complace la sensación de que Lilith haya combinado el pantalón térmico de Emilio con la orina. Inhala con intensidad el aroma desagradable de la estancia, experimentando satisfacción perteneciendo el aroma a ella, a la necesidad de vaciar su vejiga en su regazo. A él le gusta. Dado que es un aroma esencial y natural.
Ahora han vuelto a descansar, sin embargo, le recordó que no podrá escarpase con tanta facilidad para acceder al baño durante toda la noche. Lilith se siente más a gusto, ya no tanto insegura junto a él. Parece que encontró a alguien que la ama y, para ver que sea verdad, se le ocurre preguntarle ese sentimiento fuerte.—¿Me amas?
Emilio otorgó un beso en su frente, sin dudarlo, él respondió con prontitud:
—Sí, te amo mucho. Tuve la oportunidad de controlarte y limpiarte por esa razón, me complace saber que eres mía completamente. Que incluso tus exigencias más fundamentales me pertenecen.
Lilith definitivamente tiene su primer encuentro con un hombre sucio. Emilio la mira con interés, una chispa en sus ojos siente cómo la conexión entre ambos se intensifica. Estuvieron dialogando mientras Lilith percibió sus expresiones. No duró mucho tiempo despierta. Emilio la observa mientras ella duerme, sonríe con satisfacción y a continuación, con el fin de asegurarse de que Lilith no se despierte, decide adoptar medidas para no sentirse insegura sin él.
Emilio hizo todo lo posible con el fin de que ella no se desplazara en ningún momento durante el sueño, pues le agrada observarla de manera vulnerable. Lilith está en completo silencio, relajada en sus sueños sintiéndose tranquila y relajadísima en su sistema nervioso. Se sumergía en esos sueños de paisajes oníricos. Un momento perfecto para desconectarse de la realidad. Emilio esperaba un rato más a ver a Lilith estremecerse antes de hacer algo urgente. Su brazo se cansó en tenerlo debajo de ella, porque con esa espalda evita que la sangre se circule bien, con cuidado lo saca con su siguiente movimiento; recargarlo con ternura en su muslo.
“Mi pequeña señorita” pensó él mientras la observa con cuidado.
Lilith roncaba con tanta fuerza que parecía estar ahogándose, llenando el silencio de la habitación y él no podía evitar reírse al escucharla. Al pasar su mano hacia su muslo, se inclinó hacia ella sintiendo una mezcla de fuego y amor, anhelando en tenerla más pegada a él.
Con el amanecer, llegó el momento de asistir a las clases, pero Lilith tuvo dificultades para concentrarse en lo que sus profesores decían. Su mente estaba en nada más que en su ano tapado, le costaba prestar atención a los temas que se estaban tratando. En cuanto Lilith salió de la escuela, se detuvo en su camino y miró hacia adelante, dónde vio a Emilio caminando directo a ella, Lilith siente su corazón palpitarse un poco más rápido mientras lo observaba dando pasos más grandes para alcanzarla.
Finalmente se encontraron frente a frente, él no dudó en rodear su cintura con sus brazos y darle un beso grande apasionado en los labios, ella respondió a ambas acciones de Emilio derritiéndose totalmente a su agarre, a ella le encanta ser capturada por él.
Mientras que él la abraza con más fuerza, se inclina para susurrarle algo al oído. La voz es suave y excitado por solo soplar un aliento haciéndola recordar a Lilith una intimidad de la noche anterior. Ella no pudo controlar sus risillas de lo que había sucedido entre ellos. Con el contacto cercano entre ambos olvidaron del mundo exterior por un momento, siendo atrapada con el abrazo apasionado de Emilio.
Lilith susurró suavemente al oído a Emilio lo siguiente:
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Pasión Encendida
Roman d'amourPASIÓN ENCENDIDA Cuando la pasión se mezcla con el fuego, se crea una fuerza imparable. El amor, más que un simple sentimiento, es algo más fuerte que nosotros, tan intenso que parece escapar a nuestra comprensión. Cuando encuentras una historia que...