Ecos en la Niebla (parte 1)

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El Susurro de las Sombras

El aire en la habitación de Jaehyun estaba denso, como si cada respiración fuera una lucha contra algo invisible. Las cortinas se movían apenas, aunque las ventanas estaban cerradas, y un leve susurro parecía recorrer el espacio, apenas perceptible, pero lo suficiente para hacer que su piel se erizara. Últimamente, se había sentido observado, pero cada vez que se giraba, no había nada. Solo un vacío que parecía observarlo desde la esquina de su habitación.

Jaehyun trató de concentrarse en su trabajo, revisando los correos en la pantalla de su laptop, pero la sensación persistía. Era como si las paredes lo estuvieran empujando lentamente, cerrándose a su alrededor. Le faltaba el aire.

Sacudió la cabeza y decidió salir a despejarse. Caminó por las calles de la ciudad envueltas en una niebla que no había notado antes. Era espesa, casi irreal. Apenas podía ver a unos metros delante de él. Mientras caminaba, una figura apareció en la distancia. El corazón de Jaehyun se aceleró sin razón aparente, como si su cuerpo estuviera reaccionando a algo más allá de su control. La figura se acercaba lentamente, y cuando estuvo a solo unos pasos, la niebla se disipó lo suficiente para revelar un rostro familiar.

"Doyoung", murmuró Jaehyun, sin poder evitar una mezcla de alivio y confusión. Pero había algo extraño en él. Su rostro estaba pálido, sus ojos vacíos, como si no lo reconociera. Sin embargo, su boca se movía, pero no emitía sonido alguno. Solo se quedaba allí, mirándolo con esa expresión distante, casi antinatural.

Jaehyun sintió un escalofrío recorrer su columna. "¿Estás bien?", preguntó, intentando sacarlo de ese trance. Pero Doyoung no respondió. Simplemente se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la niebla nuevamente.

"Doyoung, espera", gritó Jaehyun, persiguiéndolo. Pero por más que corría, la figura se alejaba cada vez más, desvaneciéndose en la niebla. Y entonces, el susurro volvió. Esta vez más claro, más insistente. "No lo sigas...", parecía decir, pero Jaehyun lo ignoró, acelerando el paso.

Al cruzar una esquina, lo que encontró lo paralizó. Allí estaba Doyoung, de pie, pero no era el mismo. Sus facciones se habían distorsionado, como si algo lo hubiera desfigurado. Los ojos eran oscuros pozos de vacío, y su boca se torcía en una sonrisa que no pertenecía a ninguna emoción humana.

Jaehyun retrocedió, pero la niebla detrás de él lo atrapó, haciéndolo sentir atrapado, sin salida. "¿Qué es esto?", gritó, pero no había respuesta. Solo el sonido de su respiración acelerada y el susurro, cada vez más fuerte. Doyoung no habló, solo comenzó a acercarse lentamente, con pasos pesados y lentos, como si fuera inevitable.

Despertó de golpe, empapado en sudor, con el corazón golpeando fuerte en su pecho. Estaba en su cama, las cortinas moviéndose ligeramente como antes. Todo había sido un sueño... o al menos eso quería creer. Pero cuando sus pies tocaron el suelo, algo crujió bajo ellos. Bajó la mirada y, con horror, vio huellas húmedas, como si alguien hubiera estado caminando descalzo por su habitación.

No estaba solo.

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