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Los días pasaron y la relación entre Felix y Hyunjin seguía creciendo, y la nueva dinámica que habían comenzado a explorar llenaba a Felix de curiosidad y emoción. A medida que se recuperaba, Felix se daba cuenta de que cada gesto de cuidado de Hyunjin tenía un significado más profundo, una ternura que lo hacía sentir amado de una manera que nunca antes había experimentado.

Una mañana, mientras el sol iluminaba la habitación, Felix se despertó sintiéndose más enérgico que en días anteriores. Después de varias semanas de reposo, había decidido que era hora de hacer algo especial para Hyunjin. Con una sonrisa en el rostro, se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, ansioso por preparar el desayuno.

Mientras hacía panqueques, su mente divagaba. Recordaba la conversación con Yeji sobre la palabra "Daddy" y cómo esa idea lo intrigaba. Se sintió emocionado al pensar en cómo Hyunjin lo había estado cuidando y protegiendo, y la forma en que esa dinámica podría hacer que su relación se volviera aún más íntima.

-¿Qué estás haciendo, pequeño? -preguntó Hyunjin desde la entrada, interrumpiendo sus pensamientos.

Felix se dio la vuelta, con los ojos brillando al ver a Hyunjin, que había aparecido con una sonrisa de sueño en el rostro.

-Te preparé desayuno -respondió, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas.

-¡Eres increíble! -dijo Hyunjin, acercándose a él. -Te prometo que siempre que me sorprendas con algo así, tendrás mi corazón para siempre.

Felix sintió una ola de felicidad al escuchar esas palabras. Se sentía afortunado de tener a alguien como Hyunjin en su vida. Después de preparar todo, se sentaron a la mesa y disfrutaron de los panqueques juntos, compartiendo risas y miradas cómplices.

Después del desayuno, mientras lavaban los platos, Felix decidió que era el momento adecuado para hablar sobre lo que había estado pensando. Se giró hacia Hyunjin, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.

-Hyunjin, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo -comenzó, sintiendo que su corazón latía más rápido.

-Claro, pequeño, ¿de qué se trata? -dijo Hyunjin, mirándolo con atención.

-Sobre lo que mencionó Yeji... sobre ser tu "pequeño". -Felix sintió que el rubor subía a su rostro, pero continuó-. Creo que quiero probar esa dinámica. Me hace sentir especial y protegido.

Hyunjin sonrió ampliamente, como si Felix hubiera dicho lo que siempre había deseado escuchar.

-Me alegra que lo sientas así. Para mí, cuidar de ti es natural. Pero si quieres experimentar esto, lo haré con gusto. -Hyunjin se acercó, acariciándole la mejilla con ternura-. ¿Te gustaría que comenzáramos ahora mismo?

Felix asintió, sintiendo que una mezcla de emoción y nerviosismo lo envolvía. La idea de ser el "pequeño" de Hyunjin lo emocionaba, pero también le hacía sentir vulnerable.

-Sí, me gustaría -respondió en un susurro.

Hyunjin sonrió de nuevo, y la calidez en su mirada hizo que Felix se sintiera seguro.

-Está bien, entonces. ¿Qué te parece si pasamos el día juntos y hacemos lo que quieras? Quiero que te sientas como el niño que eres.

Felix sonrió, sintiéndose lleno de alegría. La idea de pasar un día especial con Hyunjin lo llenó de emoción.

-Podemos ir al parque y luego a la heladería -sugirió, sintiéndose más audaz al hablar.

-¡Perfecto! Solo déjame prepararme un momento -dijo Hyunjin, dándole un suave beso en la frente antes de alejarse.

Mientras Hyunjin se preparaba, Felix se dio cuenta de lo afortunado que era de tener a alguien tan comprensivo y amoroso a su lado. La espera lo llenaba de impaciencia, pero no podía evitar sonreír al pensar en lo que estaba por venir.

Finalmente, Hyunjin salió de la habitación, luciendo impecable, pero con un toque más informal que de costumbre. Se acercó a Felix y, antes de que este pudiera reaccionar, Hyunjin lo tomó de la mano.

-Vamos, pequeño. La aventura nos espera -dijo, guiándolo hacia la puerta.

Felix sintió que una oleada de felicidad lo invadía mientras salían a la calle. El clima era perfecto, y la emoción de pasar el día con Hyunjin lo llenaba de energía.

En el parque, jugaron y se divirtieron como niños. Hyunjin lo impulsó en los columpios, lo abrazó mientras corrían y lo animó a probar cosas nuevas, como escalar una pequeña estructura de juegos. Cada momento se sentía más ligero y divertido.

-¡Mira, Hyunjin! ¡Soy un mono! -gritó Felix, balanceándose de un lado a otro mientras reía a carcajadas.

-¡Eres el mejor mono que he visto! -respondió Hyunjin, riendo junto a él.

Después de un rato, decidieron sentarse en la hierba, exhaustos pero felices. Hyunjin se recostó, mirando las nubes mientras Felix se acomodaba a su lado, disfrutando del calor del sol.

-Gracias por este día, Hyunjin. Me siento... diferente, pero de una buena manera -dijo Felix, sintiendo que su corazón se llenaba de gratitud.

-No tienes que agradecerme, pequeño. Quiero que te sientas así siempre. Estoy aquí para ti, para cuidarte y hacerte sentir especial -respondió Hyunjin, mirándolo a los ojos.

Felix sintió que una ola de emoción lo invadía. Nunca había sentido tanto amor y cuidado en una relación. La conexión entre ellos se profundizaba con cada momento que pasaban juntos.

Cuando finalmente se levantaron del suelo, Hyunjin sugirió que fueran a la heladería. Felix no pudo contener su emoción. Se dejó llevar por la alegría del momento, sonriendo como un niño pequeño.

-¿Qué sabor vas a elegir? -preguntó Hyunjin mientras caminaban hacia la heladería.

-¡Quiero probar todos! -respondió Felix, riendo.

Una vez dentro, Hyunjin le dio la libertad de elegir lo que quisiera. Felix se sintió como si estuviera en un sueño, eligiendo sabores de helado mientras Hyunjin lo observaba con una sonrisa de complicidad.

-Este es el mejor helado que he probado -dijo Felix, disfrutando de su elección de fresa y vainilla.

-Me alegra que te guste, pequeño. ¿Vas a compartirlo conmigo? -preguntó Hyunjin, haciendo pucheros de manera juguetona.

-Solo si prometes que me cuidarás después -replicó Felix, riendo.

Hyunjin se inclinó hacia él, acercando sus labios al oído de Felix.

-Siempre te cuidaré. Es mi trabajo como tu "Daddy", después de todo.

Felix sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante esas palabras. Había algo increíblemente íntimo y especial en la forma en que Hyunjin se refería a su nuevo rol.

Mientras el día avanzaba, siguieron disfrutando de cada momento, riendo, jugando y creando recuerdos que atesorarían para siempre. Cuando regresaron a casa, Felix se sintió lleno de felicidad, una sensación de satisfacción que nunca había conocido.

Al final de la noche, mientras se acomodaban en el sofá, Hyunjin envolvió un brazo alrededor de los hombros de Felix, atrayéndolo hacia él con ternura.

-Eres un pequeño maravilloso, ¿sabes? -dijo Hyunjin, mirando a Felix con cariño.

-Gracias, Hyunjin. Me siento muy afortunado de tenerte -respondió Felix, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

-Siempre estaré aquí para ti. Así que no dudes en ser quien eres, pequeño -dijo Hyunjin, acariciándole el cabello.

Felix sonrió, sintiendo que estaba en el lugar correcto. Había encontrado un amor que lo aceptaba tal como era, un amor que lo hacía sentirse seguro y querido. Esa nueva dinámica que habían comenzado a explorar se sentía natural y emocionante, y sabía que era solo el comienzo de una hermosa historia juntos.

DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora