La Profundidad del Vínculo
La noche se volvió un torbellino de sensaciones, donde cada latido y susurro se entrelazaban en una danza única entre Felix y Hyunjin. Cuando el placer alcanzó su punto máximo, el cuerpo de Felix se estremeció con una intensidad desconocida. Era como si cada fibra de su ser estuviera conectada a Hyunjin, quien lo sostenía con firmeza, guiándolo a través de la experiencia.
—Hyunjin… —gimió Felix, su voz llena de necesidad y deseo.
Hyunjin se detuvo por un momento, mirándolo a los ojos. La conexión entre ellos era palpable, y sabía que este era un momento que nunca olvidarían.
—¿Te sientes bien, pequeño? —preguntó, preocupado, pero su tono tenía un toque de deseo.
Felix asintió, pero su respiración era irregular, cada inhalación y exhalación estaba impregnada de una mezcla de placer y anhelo. Se sintió poderoso y vulnerable al mismo tiempo, una dualidad que lo emocionaba. Sabía que Hyunjin estaba allí para guiarlo y protegerlo, y eso le daba una sensación de seguridad inquebrantable.
—Sigue… por favor —susurró Felix, sintiendo la necesidad de más, de ser llevado al límite.
Con un suave movimiento, Hyunjin volvió a embestir, esta vez con más pasión. Los movimientos eran fluidos, y cada embiste parecía resonar en la profundidad de su ser. Felix sintió cómo el dolor inicial se desvanecía por completo, transformándose en pura euforia. Cada caricia, cada roce de sus cuerpos, estaba cargado de electricidad.
La habitación se llenó de sonidos de placer, un coro de gemidos y susurros que hablaban de su conexión. Felix se aferró con fuerza a Hyunjin, sintiendo cómo el mundo exterior se desvanecía, dejando solo su deseo compartido.
Con cada embiste, Hyunjin se acercaba más a la esencia de Felix. Sus ojos, llenos de deseo, se encontraban con los de Felix, y en ese momento, todo lo demás no importaba. Se sentía amado, deseado, y eso lo llenaba de una calidez que nunca había experimentado.
—Eres mío —declaró Hyunjin, su voz grave resonando en el aire.
Esa afirmación hizo que el corazón de Felix se acelerara aún más. Sabía que esta relación era única, y la confianza que habían construido se sentía más fuerte que nunca. Con cada movimiento, se entregaba más a Hyunjin, dejando que su cuerpo hablara por él.
—Hyunjin… —gimió nuevamente, pero esta vez el sonido era más alto, lleno de la promesa de lo que estaba por venir.
En respuesta, Hyunjin aumentó el ritmo, cada embiste era más profundo y lleno de intención. Felix sintió que estaba a punto de alcanzar el clímax. Su cuerpo lo traicionaba, y no podía contenerse más. Las olas de placer lo invadían, y se aferró aún más a Hyunjin, que seguía guiándolo con movimientos seguros y apasionados.
—Eso es, pequeño. Déjate llevar —dijo Hyunjin, alentándolo mientras sus labios se encontraban nuevamente en un beso, cada roce llenado de deseo.
Felix sintió que su cuerpo se tensaba, y con un último gemido ahogado, finalmente alcanzó el clímax. Era como si todo su ser estallara en un mar de sensaciones, una oleada de felicidad y satisfacción que lo envolvía por completo. Su cuerpo se estremeció, y la risa y el placer se mezclaron en su interior.
Hyunjin lo siguió, sintiendo el clímax de Felix, lo que intensificó su propio placer. En un instante, el mundo se detuvo y todo lo que existía era ellos dos, envueltos en su amor y deseo.
Después de ese momento de éxtasis, ambos se quedaron abrazados, sus cuerpos aún entrelazados mientras el sudor brillaba en su piel. Felix sintió cómo su corazón latía con fuerza, no solo por la intensidad de lo que acababa de experimentar, sino también por la conexión que había crecido entre ellos.
—Eres increíble, Felix —susurró Hyunjin, acariciando suavemente su cabello mientras ambos intentaban recuperar el aliento.
Felix sonrió, sintiéndose más cerca de Hyunjin que nunca. La experiencia no solo había sido física; también había sido emocional, un momento de entrega total que los unió de una manera que nunca antes había imaginado.
—Gracias, daddy —respondió Felix, sintiendo que esas palabras resonaban con la verdad de su conexión.
Hyunjin sonrió, y esa sonrisa iluminó la habitación, llenándola de calidez. Ambos sabían que este era solo el comienzo de una hermosa travesía juntos, llena de descubrimientos y momentos mágicos que aún estaban por llegar.
Con esa sensación de felicidad y satisfacción, Felix se acomodó en los brazos de Hyunjin, sintiéndose amado y protegido. No había más dudas, no había más inseguridades; solo había un futuro brillante por delante, y sabía que juntos podrían enfrentar cualquier cosa.
Esa noche, mientras se quedaban dormidos, las estrellas brillaban en el cielo, testigos silenciosos de su amor y de la promesa de un nuevo día lleno de posibilidades.
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DADDY
FanfictionLee Felix, considerado "poco atractivo" en su escuela secundaria, sufre de bullying y constantes agresiones físicas, lo que ha debilitado su autoestima. Un día, su madre, buscando darle una vida mejor, toma una decisión inesperada: comprometerlo con...