Dia 6 y 7: Mudanza y apodos

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"Sonriendo en la habitación"

—¿Qué hay en estas cajas, piedras? — se quejó Sirius mientras tiraba una caja con la etiqueta de "Frágil" sonoramente sobre la nueva mesa de madera que habían conseguido para el comedor. Había tres cajas iguales regadas por el piso, todas con la misma etiqueta y todas ellas habían sufrido el mismo destino.

—De hecho, estoy muy seguro de que Sev tiene al menos una carga de piedras para pociones — comento Remus, cargando con las tablas para armar la cama junto a Prongs —Aunque no estoy muy seguro de que sea esa...—

Sirius saco su navaja suiza del bolsillo y la uso para abrir la caja que, efectivamente, estaba llena al tope de piedras de distintos tamaños.

—Oye, Snivy. ¿Qué propiedades tienen estas piedras? — pregunto Sirius, agitando una bonita roca liza con líneas blancas.

Severus, que había estado organizando los discos en la repisa alfabéticamente junto a Lily, le contesto sin levantar los ojos de su tarea.

—Oh, ninguna. Las piedras mágicas serán enviadas por correo, solo quería verte intentando subir por las escaleras con tres cajas de piedras encima —

Sirius le lanzo una maldición, que fue desviada por Lily mientras James se disolvía entre risas.

—¡Estuve cargando esas cajas por tres cuadras, idiota! —

—Si, y tiraste cada una de ellas en cuanto pisaste el departamento — Severus se volteó a mirarlo con una mueca de burla —Vamos, Black. ¿En serio creíste que te dejaría a ti traer mis cosas? Debiste sospecharlo—

Sirius intento maldecirlo otra vez sin éxito, mientras se quejaba con Remus por lo adoloridas que estaban sus manos luego de haber cargado todas esas cajas.

—¡Míralo! ¡Mira quién es el instigador! — lloriqueaba agitando su varita alrededor —¡Que conste que soy yo quien está tratando de mantener la paz! —

Remus ni siquiera intento disimular su sonrisa. Siempre era un placer ver a Severus y a Sirius interactuar de forma amigable, o al menos lo que para ellos era "amigable", considerando que su forma de comunicación más pacifica era molestarse el uno al otro de las formas más mezquinas y aniñadas posibles.

Algunos encontrarían este comportamiento insoportable, debido a la constancia y el carácter de los dos pelinegros, pero Remus no podía sentir nada más que alivio y gratitud. Su discusiones y peleas mínimas eran algo que nunca habría imaginado siquiera posible.

Al principio, habían tenido muchos problemas aceptando su relación con Severus. Tuvieron una gran pelea, y Remus había pasado varias noches sin dormir antes de la luna llena, lo cual empeoro sus síntomas antes y después de la transformación. Severus había estado tan callado, luciendo como si fuera el único culpable del estado de Remus.

—No tendrías que pasar por estos problemas... No por mí —

Remus había besado su mejilla y luego lo había obligado a acostarse junto a él. No podía abrazarlo como quería por sus heridas aun abiertas, pero podía mirarlo descansar junto a él. Sentir su peso a su lado era suficiente para calmarlo.

—No es molestia — dijo con voz adormilada mientras trazaba con sus dedos la forma de su quijada —Tu estas aquí, así que no necesito nada más...—

Severus desapareció esa noche. Remus despertó solo en la casa de los gritos, con algunos viales llenos de relajantes musculares y ungüentos para sus heridas. Remus recuerda como unas horas después Severus volvió a casa junto a sus dos mejores amigos, los tres luciendo despeinados y magullados, y como inmediatamente todos comenzaron a llorar y a disculparse con él.

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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